martes, 31 de octubre de 2023

Golpe de Opinión

Después de la descarada escapadita a Hawái, acerca de la cual obra un elocuente registro gráfico que circula en las redes sociales, el que nos desgobierna ha regresado para afrontar el golpe que la ciudadanía acaba de propinarle en las elecciones regionales y locales del pasado domingo.

Pese a que él mismo y sus zascandiles tratan de restarle importancia al veredicto popular, los hechos son tozudos y no es posible minimizar sus alcances. Es claro que Colombia no quiere el castrochavismo que pretende imponernos el actual inquilino de la Casa de Nariño.

Todos somos conscientes de los problemas sociales que nos aquejan y la necesidad de superarlos adecuadamente. Pero las fórmulas ruinosas que ofrece el desgobierno actual no convencen a las mayorías nacionales.

No es satanizando al capital como se logra mejorar la suerte de los menos favorecidos por la fortuna. Con la prédica del discípulo del genocida Mao Zedong, que ocupa la presidencia, en contra de la libertad económica y en pro de la estatización del sector productivo lo que lograremos es multiplicar la corrupción y la miseria. Así lo ha entendido el electorado y por eso los comicios recientes muestran que se inclina hacia lo que con cierta impropiedad se denomina como el centro y la derecha, es decir, unas tendencias moderadas en la orientación estatal.

El desgobierno que nos rige tiene básicamente dos alternativas frente a los resultados electorales. La primera consiste en perseverar en unas líneas de acción que dividen al país y suscitan rechazo en la mayor parte de las comunidades. La segunda lo invita a corregir el mal rumbo que trae y buscar la concertación con los gobernadores y alcaldes recién elegidos, que representan la voz de las regiones y aspiran a que se la escuche con respeto y buena voluntad.

Hay un ejemplo histórico que, mutatis mutandis, ilustra sobre este provechoso camino.

El presidente Mitterrand, elegido por los franceses en 1981, puso en marcha un ambicioso programa socialista que fue rechazado a la postre por la ciudadanía en 1986, cuando se votó por una coalición de tendencia gaullista liderada por Jacques Chirac. Mitterrand llamó al gobierno a Chirac, dando lugar así al fenómeno que se llamó la "cohabitación", que duró hasta las elecciones de 1988 y hubo de repetirse a raíz del triunfo de la oposición en 1993, esta vez con Balladur como primer ministro (vid. cohabitación - Enciclopedia de la Política Rodrigo Borja (enciclopediadelapolitica.org).

Aunque la "cohabitación" en Francia no ha estado exenta de dificultades, ha traído consigo el buen efecto de favorecer la gobernabilidad. Y esto es lo que necesita Colombia con urgencia hoy en día.

Como acaba de observarlo el gobernador del Meta, no nos corresponde estar metiendo el hocico en los problemas de otros países, sino aplicarnos a resolver los propios, que son graves en demasía. En lugar de soñar con convertirse en un líder intergaláctico, el que nos desgobierna debería esmerarse en manejar con buen criterio las circunstancias que nos apremian (vid. “Deje de agredir y atacar, dedíquese a gobernar”: Gobernador del Meta al presidente Petro (caracol.com.co).

No sabemos qué rumbo tomará el país en los tiempos venideros. Hay oportunidades propicias para el entendimiento entre los diferentes sectores políticos, pero, dado el talante egocéntrico y pugnaz del que nos desgobierna, las cosas podrían empeorar.

Hay que agradecer el respiro que nos ha brindado la Providencia con los resultados electorales en comento. Pero es necesario seguir rogándole para que el endemoniado que nos manda recapacite y no siga arrojándonos hacia el caos.


miércoles, 25 de octubre de 2023

La democracia a prueba

El próximo domingo habrá elecciones regionales y locales.

Ojalá que a los resultados reflejen adecuadamente el querer de las comunidades y pongan coto a las inclinaciones totalitarias y liberticidas de quien nos desgobierna.

Su ceremonia de adoración ante la tumba de Mao ilustra de modo fehaciente sobre sus tendencias políticas. Se ha negado a censurar el atroz ataque de Hamás contra el pueblo de Israel, que el presidente Biden calificó como un acto de maldad absoluta, pero elogia la memoria del llamado Gran Timonel a cuya acción criminal, según Simon Leys, se atribuye la aterradora cifra de 70.000.000 de víctimas. Vid. Les quatre sanguinaires (lepoint.fr)

Son, desde luego, muchísimas más que las que se dice que arrojó la deplorable aventura al M-19 entre nosotros (Vid.Síntesis de la verdadera historia del M19 y sus integrantes - ifm noticias¿Qué fue el M-19? Memoria histórica del conflicto armado en Colombia, aún no contada. Sesión N° 4 – FUNDELT). Con todo, la lectura de la obra corruptora de Mao que dice haber emprendido cuando tenía apenas 15 años dejó su impronta en un alma enfermiza, obsesionada por impulsar el cambio social a través de la violencia. 

La moral revolucionaria que profesa el actual gobernante colombiano aprueba todo lo que contribuya al éxito de la revolución. Como la empresa guerrillera estaba condenada al fracaso, dijo que por ahí no era el camino para lograr las apetecidas transformaciones sociales. No ha renunciado a éstas, pero sí, por consideraciones pragmáticas, a ciertos medios que se mostraron inadecuados en su momento.

Como lo he sostenido en otras oportunidades, se muestra como un aventajado discípulo del Padre de la Mentira. Sus proclamas en favor de la vida contrastan con los homenajes que le brinda al sanguinario Mao. Su concepción de una democracia tumultuaria es incompatible con la reposada y serena idea liberal, que la vincula con las decisiones reflexivas y responsables de una ciudadanía bien informada acerca de las necesidades comunitarias. Lo que muestran sus 14 meses de desgobierno es el propósito de dinamitar todo nuestro andamiaje institucional para que del caos resultante surjan condiciones propicias para imponernos un régimen inspirado en el fracasado modelo cubano.

Le escuché al párroco de la Purísima Concepción el pasado domingo, día de las misiones, que nuestra Arquidiócesis destina buena parte de los recaudos de esa jornada para auxiliar a los sacerdotes misioneros en Cuba que carecen de elementos necesarios para un nivel de vida mínimamente aceptable, tales como papel higiénico, crema dental o analgésicos, entre muchos otros.

A la ciudadanía hay que pedirle que el próximo domingo vote con responsabilidad, pensando en que los secuaces de este régimen oscuro lo que pretenden es someternos a las precarias condiciones en que padecen los pueblos de Cuba y Venezuela. No apoyen a esos políticos que, como Esaú, se venden por platos de lentejas, sin advertir que las canonjías que se les ofrecen son el precio de la ruina del país.

Leo hoy en la prensa que el desgobierno ofrece recompensas para quienes denuncien la compra de votos. Es una manifestación hipócrita, pues por bien sabido se tiene que uno de los factores del oscuro triunfo electoral del Pacto Histórico el año pasado fue precisamente ése. Me dijo un taxista que un pasajero le contó que había vendido su voto a cambio de unos pesos y algo de comida. Y mi empleada doméstica vio que en San Javier había filas de gente que estaba negociando su voto por el adorador de la tiranía maoísta. ¿Cómo habrá sido el asunto en la costa atlántica?

Los subsidios que a troche y moche se están ofreciendo no son otra cosa que compra disimulada de votos, tal como acaba de suceder en Argentina. Quizás veamos sus deletéreos efectos en los resultados electorales del próximo domingo.

Son muchas las advertencias que se han hecho sobre la presencia generalizada de organizaciones criminales a todo lo largo y ancho del territorio nacional. Nada menos en Medellín tenemos el temor de que las 300 o más bandas que actúan en nuestras comunas influyan por activa o por pasiva en los resultados electorales. La engañifa de la "paz total", según creen algunos, tiende a poner a esos grupos de delincuentes al servicio de los turiferarios del régimen. No sería extraño que éstos triunfasen en esos sitios permeados por la criminalidad reinante.

A pesar de errores protuberantes, como la insólita defenestración a que se vio sometido un concejal de las excelentes cualidades de Julio González Villa, y de la inicua campaña de descrédito orquestada para minar su prestigio, mi voto será por los candidatos apadrinados por el Centro Democrático, que espero siga siendo el dique que nos proteja del comunismo, la anarquía, la corrupción y la dictadura que nos asechan.


viernes, 20 de octubre de 2023

Colombia va hacia el caos

Simon Leys es el seudónimo de Pierre Rickmans, un sinólogo belga que hace algo más de medio siglo dio a conocer en Occidente los desvaríos de la Revolución Cultural que había emprendido Mao en China. Sus denuncias le valieron los improperios de los maoístas que, encabezados por Sartre, entonaban loas a lo que estaba haciendo el Gran Timonel en su país. Pero, según Leys, a quien el tiempo le dio toda la razón, China estaba en medio de un calamitoso desastre de enorme envergadura. (Vid. Les Habits neufs du président Mao de Simon Leys | Résumé sur Dygest)

Recuerdo que en uno de sus libros que leí por aquellas calendas Leys escribió que era tal la situación que los optimistas posaban su mirada sobre el pasado. El futuro se veía negro a más no poder.

Lo traigo a colación porque tal es la perspectiva que hoy nos ofrece el desquiciado que nos desgobierna. El futuro nos resulta hoy tan incierto que no queda otro remedio que refugiarnos en la contemplación del pasado, así éste sea éste tan brumoso.

En una amena charla que sostuve hace años en Popayán con el maestro Harold Martina, quien se aprestaba a ejecutar el Concierto Emperador de Beethoven en un festival de música sacra que a la sazón se realizaba en esa noble y sufrida ciudad que es cuna de mi muy bienamada esposa que ya disfruta de la gloria eterna, me decía él que, según Rossini, sólo hay dos clases de música, la buena y la mala. 

Pues bien, lo mismo cabe predicar de la política: la hay buena, que genera orden, bienestar y prosperidad para los pueblos, y la hay mala, que trae consigo división, conflictos, desorden y, en general, malestar en la vida comunitaria.

Todos los indicadores muestran hoy que nuestro país se encamina hacia el caos. No otro puede ser el resultado de una gestión gubernamental presidida por alguien en cuya mente reina precisamente eso, el caos.

Si contáramos con un Senado responsable de la suerte del país, ya debería estar ocupándose de la atribución que le asigna el artículo 194 de la Constitución Política, en cuya virtud puede declarar la vacancia del cargo presidencial por abandono del mismo o por incapacidad física permanente. 

Las reiteradas ausencias en que su titular ha incurrido bien podrían configurar abandono del cargo, lo mismo que su presencia en el extranjero sin dar aviso previo al Senado o, a falta de éste, a la Corte Suprema de Justicia. Así mismo, el desorden mental de que dan fe sus desatinados escritos en X, lo que antes se llamaba Tweeter, podría configurar incapacidad para el ejercicio del gobierno. Puede que el cuerpo se mueva, salvo si hay algún rasguño en la rodilla, pero si el cerebro está trastornado la incapacidad física es ineluctable.

El inquilino de la sede presidencial ha dicho varias veces que suspende su agenda por motivos de salud. Ello significa que deja de ejercer sus funciones por causa de enfermedad, así sea transitoria. En tales casos, el citado art. 194 ordena que dé aviso al Senado o, en su defecto, a la Corte Suprema de Justicia. El no hacerlo configura, sin duda alguna, abandono del cargo.

No es necesario un golpe blando ni uno duro para ponerlo en cintura. Basta con que la autoridad competente cumpla con sus deberes. 

Así lo está demandando el diligente abogado Abuchaibe al denunciar penalmente ante la Corte Suprema de Justicia a los integrantes de la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes que, como se dice coloquialmente, han engavetado las denuncias contra ese mal servidor público.

Esas denuncias son de hondo calado y se hace menester que la opinión pública presione para que se las tramite y decida conforme al orden constitucional y legal, tal como lo está pidiendo reiteradamente Carlos Alonso Lucio. Dejarlas en el aire conlleva, ni más ni menos, la desaparición del Estado de Derecho.

El Plan que acaba de denunciar Francisco Lloreda en El País es tenebroso .Vid. El Plan (elpais.com.co). Sea que se inspire en los postulados leninistas, como lo cree José Alvear Sanín en "Bienvenidos al narcoestado revolucionario"(vid. Bienvenidos al narcoestado revolucionario – La Linterna Azul), o quizá vaya más lejos y se guíe por las consignas de Pol Pot en Cambodia, en todo caso no augura nada bueno para nuestra patria, que ha caído en muy malas manos.

lunes, 16 de octubre de 2023

Un poder desbordado hasta el extremo del crimen

Es célebre la observación de Montesquieu acerca de que todos los que ejercen el poder tienden a abusar de él, por lo que es indispensable someterlos a frenos y contrapesas que los limiten a través de poderes compensatorios.

Ese temor se pone de manifiesto en nuestra Corte Constitucional, que es un cuerpo que carece de controles efectivos por parte de otros y ni siquiera se cuida de ejercer un autocontrol.

El artículo 241 de la Constitución Política es claro cuando limita su competencia a los estrictos y precisos términos del mismo. Pero la Corte, muy a menudo, lo deja de lado y decide más allá de lo que tan significativo texto le permite.

De hecho, ha asumido los poderes de una alta corte del Common Law, sistema en el que los jueces crean derecho a través de los precedentes a que da lugar el estudio de casos específicos, ignorando que nuestro ordenamiento jurídico se basa ante todo en el imperio de la ley. Además, ha reemplazado el orden superior de la Ley de Dios por una ideología perversa que a la postre es inhumana.

En mi último escrito censuré con severidad sus pronunciamientos sobre el aborto. Debo volver sobre el tema, porque es de enorme gravedad.

Señalo que la Corte desconoce que la mención de Dios en el Preámbulo como protector del orden constitucional, si bien no hace del nuestro un régimen confesional ni teocrático, tampoco consagra un laicismo radical e irreligioso ni un positivismo jurídico a ultranza. La idea subyacente ahí es la de que existe un orden superior, el mismo al que hace referencia la célebre escena en que Antígona reclama el derecho de dar sepultura a su hermano Polinices, contrariando la prohibición impuesta por Creonte: 

"Antígona: (refiriéndose a los decretos de su tío Creonte) No fue Zeus el que los ha mandado publicar, ni la Justicia que vive con los dioses de abajo la que fijó tales leyes para los hombres. No pensaba que tus proclamas tuvieran tanto poder como para que un mortal pudiera transgredir las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Éstas no son de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe de dónde surgieron. No iba yo a obtener castigo por ellas de parte de los dioses por miedo a la intención de hombre alguno.". Vid. Reflexiones sobre la Antígona de Sófocles (uncu.edu.ar)153066.pdf (biblioteca.org.ar)

Es lo mismo que alega san Pedro ante las autoridades judías: "¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!" (Hechos 5:29).

El aborto pone término a una vida humana, así sea ésta en gestación. De suyo, pone de manifiesto un espantoso desdén por la vida. Muchos comparan su difusión en los tiempos que corren con los horrendos sacrificios que los paganos ofrecían a Moloch. 

Quienes lo promueven invocan el sagrado derecho de la mujer a elegir si quiere o no ser madre. Hablan de respetar su dignidad, pero de hecho la degradan. Dejan de lado los remordimientos atroces que a lo largo del resto de sus vidas atormentan a muchas mujeres que se someten a ello. Y si no experimentan remordimiento alguno, es porque en ellas ha desaparecido la conciencia moral.

En rigor, la aceptación del aborto es la peor muestra de los monstruosos excesos de un individualismo que se empecina a desafiar la naturaleza. Es un acto contra natura y con razón en otros tiempos a las mujeres que sacrificaban el fruto de sus entrañas se las llamaba madres desnaturalizadas.

Bien se dice que con la difusión del aborto el sitio más peligroso para una criatura humana es el vientre de su madre. Con el aborto se justifica la violencia, Las crueles escenas que mostraban las ecografías llevaron al Dr. Bernard Nathanson, el "Rey del Aborto", a asumir el liderazgo provida y convertirse a la postre al catolicismo. (Vid. La conversión del rey del aborto | tengo sed de Ti). En contraste, la marcha por la vida hace poco en Viena se desarrolló bajo la consigna de que la paz comienza precisamente en el vientre materno. (Vid. "La paix commence dans le ventre de la mère"; Marche pour la Vie à Vienne - BELGICATHO.

Y no en vano se desafía el orden natural. El aborto, concebido como medio de control natal, ha acelerado en los países occidentales el invierno demográfico, vale decir, el envejecimiento de la población, que conlleva la necesidad de promover la inmigración que suministre brazos jóvenes para el sostenimiento de los mayores (vid. El ‘invierno demográfico’ es peor que el ‘cambio climático’ (acnmex.com).

Me decía un colega cubano en Chile que uno de los problemas más delicados que afronta su país es la crisis de la natalidad. La población cubana no crece. Se habla de 100.000 abortos anuales.

Las sociedades extremadamente individualistas que se niegan a reproducirse tienen que someterse a la invasión de otras que sí se reproducen y terminarán imponiéndose en sus países. Están repitiendo el fenómeno de la crisis de la sociedad pagana en la antigüedad, en la que eran frecuentes el aborto y el abandono de los recién nacidos, lo que dio lugar al crecimiento del cristianismo, que favorecía a la familia y la natalidad. Como lo ha puesto de presente el famoso sociólogo Carle C. Zimmerman, el auge de la civilización occidental se debe en muy buena medida a la concepción de la familia que impuso el catolicismo (Vid. Family and Civilization: Carle C. Zimmerman, James Kurth, Allan C. Carlson, James Kurth, Bryce Christensen: 9781933859378: Amazon.com: Books).

Raymond Aron era judío no creyente. Sin lugar a dudas, cabe considerarlo como el más importante de los pensadores liberales del siglo pasado. Pues bien, recuerdo que en un reportaje para L'Express hace cosa de medio siglo dijo textualmente: "La civilización occidental marcha hacia su destrucción: ya quiere aceptar el aborto". 

En mi "Introducción a la Teoría Constitucional" observo que la civilización brota de un impulso hacia lo alto llamado a trascender el estado de naturaleza. El desconocimiento de esa realidad conlleva su ruina. No en vano se acusa a los abortistas de ser asesinos de la civilización. (Vid. Civilization Killers - On the Decline of Three Basic Cultural Indicators and What it Means for America - Community in Mission (adw.org)

Por eso no vacilo en afirmar que estamos bajo la tiranía de una Corte herodiana que promueve la matanza de los inocentes.

viernes, 13 de octubre de 2023

Hacia el abismo moral

Dos noticias recientes ilustran sobre la profunda crisis moral que afecta a la sociedad colombiana.

La primera tiene que ver con la seguidilla de sentencias de la Corte Constitucional que concluye declarando que el derecho al aborto es fundamental por lo menos en los casos que considera la sentencia C-55 de 2022. Vid. Sentencia C-055 de 2022 Corte Constitucional de Colombia (alcaldiabogota.gov.co)Aborto en Colombia: Corte declara que es un derecho (90minutos.co).

Según la primera de las sentencias en mención, la Corte, después de examinar la importancia de la protección de la vida a la luz del artículo 11, que la declara inviolable, y del artículo 4.1 del Pacto de San José, que ordena que se la proteja en general a partir del momento de la concepción, llega a la sorprendente conclusión de que la inviolabilidad de la vida humana entra en tensión con los derechos a la salud y los reproductivos, la igualdad de las mujeres en situaciones de vulnerabilidad y en situación migratoria irregular, la libertad de conciencia, la finalidad constitucional de prevención general de la pena y el carácter de último recurso del derecho penal.

Para la Corte herodiana, el derecho a la vida no es inviolable y debe ceder, a través de una arbitraria armonización, ante las exigencias de otros derechos, a los cuáles no sólo se lo equipara, sino que se les asigna prevalencia en los casos que la sentencia precisa, esto es, el de la mujer a decidir ad libitum sobre la interrupción del embarazo dentro del límite de 24 semanas y el de solicitarla con posterioridad si se dan las causales previstas en fallos anteriores (malformación del feto, riesgo para la mujer, violación).

Como el derecho al aborto no está consagrado de modo expreso en la Constitución, la Corte lo deriva de otros derechos: la libertad de conciencia, la igualdad, la salud, Añade otras consideraciones atinentes a las atribuciones del Congreso para legislar en materia penal, constituyéndose más que en colegisladora, en instancia suprema acerca de lo que debe prohibirse y puede permitirse.

Este fallo inicuo, corroborado por el que anuló las sentencias T-430 de 2022 y T-158 de 2023, merece análisis de fondo que desbordan los alcances de un artículo de opinión y tiene un trasfondo del todo censurable, al supeditar la inviolabilidad del derecho a la vida a otros derechos, algunos muy discutibles a la luz de nuestro ordenamiento constitucional.

Es verdad que la noción de derecho fundamental no es nítida, pues el artículo 94 de la Constitución establece que la enumeración de derechos y garantías contenidos en ella y en los convenios internacionales vigentes no debe entenderse como negación de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente en ellos.

El núcleo de esta ampliación de la categoría del derecho fundamental radica en lo que deba entenderse como derechos inherentes a la persona humana.

El texto constitucional no habla de individuo humano, sino de persona, que es una categoría no sólo de evidente carácter moral, sino ligada a la trascendencia espiritual. Pero esta consideración es del todo irrelevante para los ateos y materialistas que controlan hoy por hoy los altos poderes de decisión en nuestra organización política. El relativismo moral y la creencia en que la última ratio de los derechos está en las pulsiones que suscita el deseo en los individuos los lleva a ignorar que la Constitución se inspira en la protección de Dios, tal como lo proclama el preámbulo, y a proclamar que el orden moral está ausente de sus prescripciones.

Si para la Corte herodiana la vida humana en gestación constituye, como lo afirman los abortistas, apenas un amasijo de células, no tardará en adoptar las horrorosas conclusiones de Peter Singer acerca de la justificación del infanticidio:" “Por supuesto, el infanticidio debe ser excepcional y estrictamente controlado de forma legal , pero no se debería excluir, como no se excluye el aborto”. Vid. El humanitarismo selectivo de Peter Singer – Bioética (bioetica.com.mx).

La segunda noticia que quiero comentar se refiere al nombramiento de un actor porno como viceministro de Diversidades en el ministerio de Igualdad y Equidad (Vid. De actor porno a viceministro: esta es la historia de Juan Carlos Florián - Infobae).

Circula en las redes sociales una fotografía en la que aparecen muy sonrientes el que nos desgobierna y un sujeto de nombre Juan Carlos Florián, del que se ha publicado un trino que da cuenta cabal de la depravación de la que se jacta. La vida íntima del primero de ellos es objeto de comidilla entre la gente. No es el caso de entrar en detalles, pero nadie se atreve decir que es ejemplar. Y esta fotografía suscita no pocas inquietudes acerca de la índole de quienes aparecen en ella.

Sea lo que fuere, acá hay que dolerse como Discépolo en su "Cambalache", diciendo que "los inmorales nos han igualao". (Vid. CAMBALACHE - Enrique Santos Discépolo - LETRAS.COM;(3) "Cambalache" ~ Ernesto Fama 1935 - YouTube).

Como reza un verso enorme de Cátulo Castillo, nos estamos sumiendo en "el hondo bajo fondo dende el barro se subleva" (vid. LA ÚLTIMA CURDA - Edmundo Rivero - LETRAS.COM).
























 

miércoles, 11 de octubre de 2023

Cancillería de Hojalata

El Estado de Israel ha sido amigo de Colombia desde su fundación en 1948. Con sus gobiernos hemos tenido buenas relaciones a lo largo de los últimos 75 años. Es mucho lo que pueden aportarnos sus admirables avances en distintos campos.

Pero, ahora cuando nos desgobierna un desquiciado, esas buenas y fructíferas relaciones están sufriendo un penoso deterioro cuyas consecuencias podrían ser nocivas para nosotros desde muchos puntos de vista. En dos palabras, no sería extraño que terminásemos catalogados dentro de ese abominable grupo de países que aplauden el terrorismo.

Mientras que el presidente de Estados Unidos ha manifestado que el ataque que perpetró Hamás a fines de la semana pasada contra los israelíes fue un acto de maldad absoluta, nuestro presidente, borrando un pronunciamiento inicial de nuestra Cancillería que se orientaba en un sentido similar, ha resuelto abstenerse de censurarlo y, por el contrario, ha enderezado sus baterías contra Israel, calificando de neonazis a sus gobernantes y comparando la situación de los palestinos con las víctimas del Holocausto. Según él, lo que presenció en Palestina es lo mismo que vio en Auschwitz. 

El conflicto de Israel con los palestinos es muy complejo. Como lo han reconocido notables personeros de la comunidad judía, a ambas partes les caben sus respectivas cuotas de responsabilidad por su agravación. Para tratar de entenderlo hay que partir de la base del derecho del Estado de Israel a existir, no sólo porque su creación fue patrocinada por la ONU, sino porque sus 75 años de existencia son un hecho cumplido. Desafortunadamente, hay sectores de los mundos árabe y musulmán, que no son la misma cosa, que insisten en negarle ese derecho, lo que pone a los israelíes a la defensiva frente a unos vecinos del todo hostiles. Si éstos adoptasen una actitud diferente, como la que llevó a concertar la paz con Egipto, la suerte del pueblo palestino sería muy otra.

La agresión de Hamás contra la población civil israelí no admite atenuante alguno. Es algo del todo censurable que va no sólo contra elementales reglas jurídicas, sino contra los sentimientos morales del mundo civilizado. Precisamente, los juicios de Nuremberg contra los jerarcas nazis se basaron en que sus crímenes fueron de tal magnitud que, más allá de los dictados del Derecho positivo, atacaban las bases mismas del ordenamiento de la Civilización.

Lo mismo cabe afirmar acerca de las atrocidades de Hamás, que el que nos desgobierna y hace quedar mal ante la comunidad internacional se niega no sólo a desautorizar, sino a condenar con vehemencia.

De Bismarck se decía que era un Cancillera de Hierro. Del nuestro, tan sumiso frente a un energúmeno, sólo cabe afirmar que lo es de hojalata.

domingo, 1 de octubre de 2023

¿Letra muerta?

Conviene volver sobre el artículo 133 de la Constitución Política, según el cual los miembros de cuerpos colegiados de elección directa representan al pueblo y deberán actuar consultando la justicia y el bien común.

Cabe preguntarse si ese deber es jurídico, caso en el cual su violación generaría diversas consecuencias normativas, o si es simplemente moral y por consiguiente su incumplimiento sólo acarrearía efectos políticos.

A menudo se dice con toda razón que cada texto incorporado a la Constitución Política suscita efectos jurídicos. Recuerdo, por ejemplo, que a raíz de la crisis del UPAC la Corte Constitucional declaró contraria a nuestro máximo ordenamiento jurídico la inclusión del rendimiento del dinero en el cálculo de la UPAC, por considerarla incompatible con lo que ordena el artículo 2 sobre la vigencia de un orden justo (vid. C-383-99 Corte Constitucional de Colombia).

Un refuerzo de este deber jurídico se encuentra en el numeral primero del artículo 183 de la Constitución Política, según el cual los congresistas perderán su investidura por violación del régimen de inhabilidades e incompatibilidades, o del régimen de conflicto de intereses, tema éste del que se ocupa el artículo 182, que a la letra dice:

"Los congresistas deberán poner en conocimiento de la respectiva Cámara las situaciones de carácter moral o económico que los inhiban para participar en el trámite de asuntos sometidos a su consideración. La ley determinará lo relacionado con el conflicto de intereses y las recusaciones".

Estas consideraciones normativas vienen a cuento porque, según es de público conocimiento, dada la reticencia de varios partidos políticos a apoyar las iniciativas gubernamentales, el que nos desgobierna ha optado para que, a través de sus ministros, se negocie individualmente con cada congresista el voto por los respectivos proyectos.

En el lenguaje corriente, ello significa untarlos de "mermelada".

Ellos tienen que saber que, por ejemplo, nuestro sistema de salud se cataloga en medios internacionales como uno de los mejores del mundo, si bien amerita que se le introduzcan correctivos para darle mayor eficiencia y extenderlo a capas de la población que todavía no están suficientemente protegidas.

El proyecto del gobierno no apunta a mejorarlo, sino a destruirlo, sustituyéndolo por un sistema de atención predominantemente estatal cuyos beneficios son ilusorios y es probable que redunden en severos daños colectivos.

En dos palabras, ese proyecto atenta contra el bien común. No consulta la realidad del problema que pretende abordar, sino las concepciones ideológicas de un presidente declaradamente comunista. 

Así las cosas, los congresistas tienen el deber constitucional de votarlo negativamente y quienes lo aprueben a cambio de favores burocráticos u otros del mismo jaez violan la normatividad sobre conflicto de intereses, salvo que pongan en conocimiento de la Cámara respectiva que se disponen a votar porque negociaron con el gobierno.

Las cosas deberían ocurrir de este modo si la institucionalidad que muchos dicen que es necesario defender funcionara como es debido. Pero, si así fuese, el que nos desgobierna ya debería estar sometido a juicio por todos sus desafueros,