viernes, 22 de noviembre de 2024

Política constitucional

Casi todos los ordenamientos constitucionales constan hoy por escrito, lo que supone que indican a qué deben atenerse gobernantes y gobernados sobre sus estipulaciones. Pero ello no garantiza la certidumbre de sus contenidos, ya que los textos pueden exhibir vacíos, contradicciones y ambigüedades que sea necesario superar mediante la interpretación. 

Hay algo más: en los textos tenemos qué distinguir lo explícito y lo implícito. Cada uno ofrece algún significado que puede parecer nítido a primera vista, pero el mismo se inserta en una abigarrada red de referencias más amplias sobre las cuáles versa una difícil materia jurídica, la hermenéutica.

Hay que considerar que el derecho no sólo consta de normas que se ajustan a la fórmula dado A debe ser B, pues ellas remiten a conceptos y principios que los ordenamientos no siempre definen con precisión, de modo que se hace necesario examinarlos mediante recursos que suministra la cultura jurídica y, en últimas, la cultura misma.

Tradicionalmente esos recursos los aportaban las creencias religiosas, pero el secularismo impuesto por la modernidad ha dado lugar a que los referentes supremos del derecho ubiquen en las ideologías, que intentan sustituir en los tiempos que corren a las religiones y se comportan en la práctica del mismo modo que éstas. Dicho en otros términos, la fe que antaño se depositaba en las religiones ahora se nutre de las ideologías.

Hay Constituciones fundadas en ideologías más o menos nítidas, como ha sucedido con las de los regímenes comunistas. Pero otras, como la nuestra, adolecen de lo que sin duda podemos llamar un sincretismo ideológico, pues abrevan en distintas fuentes y sus orientaciones pueden dar lugar a muy variadas respuestas.

Se sigue de ello que en la identificación, la interpretación y la aplicación de la normatividad constitucional caben diversas soluciones que dependen de las ideologías de los operadores jurídicos.

Ahí es donde hace presencia la política en el ámbito judicial.

Pero se trata de la alta política, la que se nutre de ideas sobre la justicia y el bien común a que hace referencia la Constitución misma.

Desde este punto de vista, pueden advertirse dos grandes tendencias: la de quienes tratan de ceñirse con rigor a los enunciados constitucionales, a los que suele motejarse de conservadores o integristas, y la de aquéllos que tratan de ir más allá de los textos para adaptarlos bien sea a nuevas realidades, ora a sus propias valoraciones ideológicas. Son éstos los llamados partidarios del activismo judicial, que suelen cubrirse con el ropaje de un muy discutible progresismo.

La Corte Suprema de Justicia norteamericana ilustra sobre estas tendencias, las cuáles reflejan los grandes debates ideológicos que se dan en el escenario del país. Son debates de nunca acabar, pues remiten a concepciones muy diferentes y a menudo irreconciliables.

Lo anotado se inscribe dentro de la vida del derecho y se hace menester reconocerlo como un dato ineluctable de su realidad. De hecho, la justicia constitucional es política, repito que en el más alto sentido de la expresión.

El juez constitucional, como cualquiera otro juez, debe ceñirse a sus convicciones, a su sentido del deber, a los ideales que su conciencia le indique sobre lo justo y la interpretación correcta de la normatividad. Debe ser independiente, imparcial y objetivo en la consideración de los hechos sobre los que le corresponda pronunciarse.

Pero al lado de la alta política medra la baja que sigue los impulsos de quienes ostentan el poder, lo resisten o buscan influir en el mismo. Los que se mueven en este medio tratan de manipular la normatividad para acomodarla a sus propósitos, no para que ella se cumpla razonablemente, sino más bien para distorsionarla e incluso destruirla.

Nuestro país padece hoy un desgobierno que en aras de sus delirios de cambio no busca proteger la institucionalidad, sino demolerla, y es refractario a los controles que obran de acuerdo con la separación de poderes. Pretende que todos ellos se plieguen a sus propósitos y toleren sus desafueros. El júbilo que ha manifestado quien lo ocupa por la reciente elección de un magistrado de la Corte Constitucional que considera fiel a su política, no la alta sino la baja, constituye un indicio grave tanto de su falta de respeto por la institucionalidad como por la persona misma del elegido.

En efecto, no espera de él que cumpla con su deber de magistrado, sino que sea un instrumento útil para sus designios, tales como promover una constituyente por fuera de lo que al respecto dispone la Constitución o eludirla para superar las barreras que la misma ha establecido para frenar la reelección presidencial.

Ojalá que el nuevo magistrado dé muestras de algo que cada vez escasea más en nuestro país: carácter para cumplir con su deber, respeto por el juramento que ha de prestar cuando se posesiones de su cargo.


miércoles, 20 de noviembre de 2024

El liderazgo que necesitamos

En el reciente encuentro de precandidatos presidenciales del Centro Democrático que tuvo lugar en Barranquilla, el expresidente Uribe trajo a colación las tres principales características que según Kissinger debe ostentar el liderazgo, a saber: honestidad, energía y competencia.

Es muy oportuno reflexionar sobre el asunto, habida consideración del liderazgo tóxico que sufrimos bajo el desgobierno en que estamos.

El país afronta problemas muy graves que exigen atención urgente de las autoridades. No es fácil fijar órdenes de prelación para ello, pero quizás haya consenso acerca de la necesidad de ponerle ante todo coto a la corrupción en que estamos sumidos. Lo triste es que quien se manifestó a lo largo de años como adalid en contra de este flagelo esté presidiendo el que hoy se considera como el gobierno más corrupto quizás de toda nuestra historia. Cada día van apareciendo nuevas manifestaciones de esta infame plaga.

Quien esté llamado a tomar las riendas cuando termine este ominoso período presidencial debe, por consiguiente, acreditar una honestidad intachable, que es algo que brilla por su ausencia bajo el régimen reinante.

La honestidad se pone de manifiesto de muchas maneras. Su punto de partida es la honestidad mental, la buena fe, la transparencia en las actitudes, los pronunciamientos, los procederes. Esa transparencia obliga a ser coherentes, a exhibir razones válidas para sustentar lo que se haga, a dar ejemplo que pueda seguirse en la vida comunitaria. 

Un gobernante honesto se cuida de incurrir en la culpa in eligendo y la culpa in vigilando. Debe esmerarse en rodearse bien y en ejercer control sobre sus subordinados. La máquina del gobierno es compleja y no suele funcionar como se debe. Hay que mantenerse al tanto de sus operaciones. Un gobernante bien intencionado, pero cándido, va camino del fracaso. 

La honestidad obliga a cuidar los recursos públicos y no malgastarlos ni utilizarlos para fines extraños al buen servicio. El desgobierno reinante nos ofrece muestras palpables de lo que no debe hacerse dilapidando dinero que podría emplearse en mejores menesteres. ¿Qué decir de lo que se gasta en masajista de la que ya no sabemos si es la primera dama?

Nombramientos y contratos ponen a prueba la honestidad de los gobiernos. Los subsidios que en principio sean necesarios no pueden convertirse en compra simulada de votos que pervierte el sistema democrático.

Hay, en fin, una severa exigencia ética acerca del respeto que se debe no sólo de modo formal, sino sustancial, a la institucionalidad. La desviación de poder destruye la confianza en el gobernante.

La energía es la segunda característica que Kissinger destaca en el liderazgo. Quien gobierne debe tener el vigor necesario para manejar situaciones difíciles. Algo así como el que tuvo el presidente Ospina Pérez cuando dijo en la noche del 9 de abril de 1948 que "para la democracia colombiana es preferible un presidente muerto que un presidente fugitivo". A propósito, recomiendo a mis lectores el libro "Los Ospina en la historia de Colombia" que está ofreciendo La Linterna Azul. Es otra mirada a nuestro pasado, que contrasta con la muy sesgada que el desgobierno reinante pretende imponernos.

El liderazgo exige, en fin, competencia, asunto que comprende múltiples ingredientes: conocimiento; experiencia; buen sentido para captar las necesidades, determinar prelaciones, identificar factores positivos y negativos de las realidades que se trata de abordar, de los medios que se pretenda utilizar y de los resultados que se busque obtener. Ya sabemos bien lo que cuesta estar bajo el mando de alguien que se destaca por ser arrogante, ignorante e incompetente, entre otros muchos defectos más.

Cada ciudadano debe hacer un severo escrutinio de los aspirantes a reemplazar al exconvicto no arrepentido que ocupa hoy la Casa de Nariño. La tarea de recuperación de nuestra institucionalidad será ingente. Requerirá de un liderazgo que convoque y anime a las fuerzas vivas de nuestra sociedad. Como lo pidió en su momento Alberto Lleras Camargo, Colombia necesita unirse en torno de un gran propósito nacional.

sábado, 16 de noviembre de 2024

Rebelión política: ¿derecho o delito?

En su debate con Vicky Dávila, heroína a la que doy la bienvenida al escenario de las candidaturas presidenciales, el que hoy nos desgobierna ha manifestado que la rebelión política por la que se le acusa con sobra de razones no es a su juicio un delito, sino un derecho.

Es tema sobre el que conviene hilar delgado.

Ante todo, hay que recordar que la rebelión es un delito político previsto por el artículo 462 del Código Penal, referido a quienes mediante el uso de las armas pretendan derrocar al gobierno nacional, o suprimir o modificar el régimen constitucional o legal vigente.

Es, por supuesto, un delito de extrema gravedad, pues atenta severamente contra el orden establecido, tratando de imponer la ley de la selva.

Los que lo subvierten de ese modo consideran que se levantan en armas contra regímenes tiránicos. Así se defendió en su debate con Vicky el entonces candidato al que ella tildó de hampón.

¿Podemos en sana lógica considerar tiránicos a los gobiernos posteriores a la dictadura de Rojas Pinilla? ¿Lo fueron los de Lleras Camargo, Valencia, Lleras Restrepo, Pastrana Borrero, López Michelsen, Turbay Ayala, Betancur, Barco y Gaviria, o lo han sido quienes los sucedieron: Samper, Pastrana Arango, Uribe, Santos o Duque?.

Todos ellos fueron elegidos de acuerdo con las reglas de nuestra democracia. No fueron gobernantes de facto, sino legítimos. Del único que hubo discusión sobre la mayoría que lo llevó al poder fue Pastrana Borrero, si bien se trata de un debate todavía no zanjado sobre un gobernante que actuó con riguroso apego a la normatividad constitucional.

Los comunistas de todo pelambre, incluido el que hoy habita en la Casa de Nariño, se alzaron contra el régimen constitucional aleccionados por la Revolución Cubana, con miras a sustituirlo por un sistema totalitario y liberticida como el que impera en la Isla-Prisión. Los gobernantes a quienes se tilda de tiránicos lo que hicieron fue defender a Colombia con los recursos institucionales de esa andanada criminal.

Si la violencia entre conservadores y liberales que desangró al país a mediados del siglo XX puede considerarse como una guerra civil no declarada, lo mismo cabe afirmar sobre la que los comunistas han desatado contra nuestra democracia liberal durante más de 60 años. Hoy gobiernan o, peor todavía, desgobiernan a Colombia, no por la fuerza de las armas, sino por las reglas de juego de la institucionalidad, gracias al engaño al que sometieron al electorado. No fueron capaces de llamarse por su nombre ni de revelar sus intenciones. 

En esa guerra civil no declarada del comunismo contra nuestra democracia liberal no han faltado los excesos de las autoridades, pero en buena medida han obrado los recursos institucionales para remediarlos. Se criticaba la justicia penal militar aplicada a civiles y la Corte Suprema de Justicia, con ponencia mía, la declaró inconstitucional. Se atacaban las posibles extralimitaciones del estado de sitio y desde 1968 se le puso coto, hasta que en 1991 se lo privó de toda contundencia, de suerte que se hizo inoperante a través de su sucedáneo, la conmoción interior.

Más que de excesos de nuestras autoridades legítimas, cabe hablar de la mano tendida que las mismas les ofrecieron reiteradamente a los subversivos, con resultados tan deplorables como los de la política de paz de Betancur o la claudicación de Santos en La Habana. Incluso lo gobernantes de mano fuerte, como Turbay y Uribe, se mostraron abiertos a negociar con los comunistas, pero tropezaron con su obstinación.

Afirmar como lo hace el que nos desgobierna que sus antecesores fueron unos criminales es un evidente despropósito que sólo cabe en una mente desquiciada como la suya.

Criminales han sido a no dudarlo los comunistas que desataron la guerra civil no declarada que tanto dolor nos ha causado.

No hay que olvidar los crímenes atroces del M-19, sobre los que se ha pedido infructuosamente acción en jurisdicciones foráneas, ni, por supuesto, los de las demás organizaciones subversivas.

Nada más, ahora acaba de revelarse en la JEP la monstruosidad de los crímenes contra la niñez que cometieron las Farc.

El supuesto derecho de rebelión contra el orden establecido lo ejercen quienes lo invocan para cometer asesinatos selectivos, masacres, incendios y asaltos de poblaciones, secuestros, extorsiones, desplazamientos forzados, invasión de propiedades, tráfico de armas y de drogas, robos, delitos sexuales horripilantes y todo aquello que sólo habita en mentes de sujetos que parecen poseídos por demonios. Les cabe perfectamente el diagnóstico de psicópatas y sociópatas, vale decir, unos enfermos mentales.

El mal llamado paramilitarismo fue una respuesta del todo censurable de distintas comunidades que ante la fragilidad institucional buscaron defenderse de las depredaciones de los comunistas. Es una llaga abierta y todavía sangrante en el cuerpo de esta sufrida Colombia.

A la luz de lo expuesto, y faltando muchos otros argumentos, les reitero a mis lectores la pregunta: ¿La rebelión política es un derecho o un delito? ¿El que nos desgobierna es un delincuente no arrepentido de sus tropelías o un batallador por la libertad y la justicia, como jactanciosamente se autodefine?


sábado, 9 de noviembre de 2024

Primero se acaban los helechos que los marranos

El jueves pasado recibí en mi WhatsApp un mensaje que decía que alguien desde un teléfono Samsung en el Valle del Cauca estaba tratando de entrar a mi cuenta. Me pidieron que confirmara si era yo mismo y respondí, desde luego, que no. Entonces me llegó otro mensaje en que decían que debía confirmarlo respondiendo con un número que me hicieron llegar vía SMS. Envié el número y caí como un chorlito.

En efecto, al dar respuesta al último mensaje se adueñaron de mi cuenta en WhatsApp y empezaron a comunicarse con mis corresponsales ofreciéndoles dólares a $ 3.900 o algo así e indicándoles una cuenta, creo que en USA, a la que debían efectuar las transferencias correspondientes si estaban interesados.

Varios amigos me llamaron a decirme que esos mensajes les parecían extraños y entonces advertí que en efecto habían usurpado mi cuenta unos estafadores. 

Procedí a formular la correspondiente denuncia penal a través de la página de la Fiscalía General de la Nación, que es muy amigable, y a reportar a una dirección de WhatsApp la novedad para que bloquearan la cuenta. Espero que así haya sucedido.

Quiero dar noticia pública del evento para advertir la gravedad de lo que está sucediendo. Otras personas me han contado ocurrencias similares y la única defensa que tenemos para proteger nuestras cuentas es no responder esos mensajes.

El que me hizo caer fue un mensaje intimidatorio, según el cual si no respondía WhatsApp bloquearía mi cuenta. Por eso reenvíe el número que me llegó, sin percatarme de la trampa que me estaban armando.

Debido a este asalto, decidí cancelar mi línea telefónica y contratar otra que me acaba de llegar con un número telefónico diferente.

No cabe duda de que desde arriba hasta abajo y por todas partes estamos a merced de hampones. La delincuencia de todos los pelambres está enseñoreada en el país y contemplamos atónitos que las respuestas gubernamentales, por lo menos en el ámbito nacional, son condescendientes con ella. La "paz total" no es otra cosa que un proyecto de sumisión ante toda suerte de bandidos.

Lo que estamos padeciendo no es otra cosa que la anarquía.

Bien se dice que todo vacío tiende a llenarse y por ese motivo las comunidades claman hoy por más autoridad, a sabiendas, desde luego, que la que hoy funge como tal en el poder ejecutivo de la Nación está tocada por sus antecedentes criminales y no se siente inclinada a actuar con severidad contra sus congéneres.



lunes, 4 de noviembre de 2024

Evolución vs. Revolución

En los estatutos que para el Partido Liberal redactó haca años Carlos Lleras Restrepo se lo identificó como una coalición de matices de izquierda y de tal guisa ha procedido a lo largo del tiempo transcurrido desde ese entonces. Los que gobernaron a su nombre después del Frente Nacional a esa inclinación se sometieron, unos con más rigor que otros. No es verdad que el actual gobierno sea el primero de izquierda en toda la historia de Colombia. Es el primer gobierno comunista y de ello no cabe duda alguna.

La orientación izquierdista del Partido Liberal lo acerca a la social democracia y es por ello que se lo admitió en la Internacional Socialista. Pero aquélla difiere notablemente del comunismo. Lenin no rebajaba a quienes la crearon de renegados y traidores.  Y su rama más importante, la alemana, rompió con el marxismo desde la década de 1960.

La social democracia no es enemiga de la propiedad privada, ni de la libertad económica, ni de la economía de mercado, pero considera que deben regularse por el Estado en función de la garantía de los derechos de los trabajadores y del mejoramiento de las capas más desfavorecidas de la sociedad. Es enemiga de los monopolios capitalistas y de los abusos en que puedan incurrir los empresarios, pero no es contraria de suyo a la empresa. Promueve, eso sí, la estatización de sectores estratégicos de la economía y una tributación severa tendiente a reducir las desigualdades. 

De hecho, los gobiernos socialdemócratas en Europa se han caracterizado por el pragmatismo que consulta el ensayo y el error. Por ejemplo, cuando los laboristas conquistaron el poder en el Reino Unido al término de la II Guerra Mundial adoptaron medidas muy severas que más tarde hubo que suavizar por los discutibles resultados que acarrearon. Lo mismo sucedió en Francia por esos años y, más tarde, cuando conquistó el poder Mitterrand. La socialdemocracia se impuso, además, en los países escandinavos, así como en Holanda y Bélgica, y más tarde en España, con Felipe González.

El denominador común de estos regímenes ha sido el respeto por las instituciones políticas de cuño liberal, garantes del pluralismo y, por ende, del sistema multipartidista, la libertad de prensa, las elecciones diáfanas y la separación de poderes. En todos ellos se ha dado la alternación pacífica de distintas opciones gubernamentales. Cuando los socialdemócratas pierden el apoyo popular, los reemplazan sin traumatismos tendencias liberales e incluso conservadoras.

Observando la política europea de la segunda mitad del siglo XX, Raymond Aron señaló que el liberalismo es el signo distintivo de la civilización política occidental, común a la derecha no extremista y la izquierda no totalitaria.

El liberalismo colombiano guarda ciertas afinidades con la socialdemocracia europea. En él han obrado diversas tendencias, unas moderadas y otras más bien radicales, pero durante mucho tiempo encontraron puntos de contacto porque consideraban unas y otras que la división era fatal. La corrupción del gobierno de Samper terminó afectándolo sustancialmente, pues con posterioridad al mismo el partido nunca más pudo llevar un candidato suyo a la presidencia. Además, la Constitución de 1991 dio por finiquitado el bipartidismo. 

Aunque en otras épocas el liberalismo les tendía puentes a los comunistas, a punto tal que en el célebre discurso de Laureano Gómez en la plaza de Berrío en 1949 se lo acusó de estar bajo el control de una "diminuta cabeza comunista", durante el Frente Nacional y en los años que lo sucedieron las guerrillas lo combatieron de modo inclemente y feroz.

A no dudarlo, esas guerrillas fueron y han sido abiertamente antiliberales, siguiendo los cánones del castrismo y después del chavismo, que son la guía del petrismo que ahora pretende entronizarse en nuestro país.

En algotra ocasión he observado que lo de un petrismo liberal no deja de ser un oxímoron, esto es, una contradicción esencial. Si se apoyan en una convicción, los liberales que adhieren al petrismo han dejado de serlo, porque, en medio de sus disimulos y sus engaños, este último alberga un designio totalitario y liberticida del todo ajeno a los principios liberales. Si su motivación es oportunista, dadas las gabelas que esperan obtener del régimen, no son otra cosa que tránsfugas despreciables.

En la convención que acaba de celebrarse en Cartagena, el Partido Liberal ha dejado claro que su tendencia es la evolución que aspira a construir sobre lo ya edificado, y no la revolución, que quiere cambiarlo todo de raíz en procura de edificar un reino ilusorio.

Que quien nos desgobierna hoy es un revolucionario irredento, lo acreditan su manifestación adolorida por la caída del muro de Berlín y su homenaje a Mao Zedong ante su tumba, así haya dicho hace poco que la que profesa en la Doctrina Social Católica. No olvidemos que es un peón del Príncipe de la Mentira.


miércoles, 30 de octubre de 2024

Precisiones sobre el progreso moral

En otra oportunidad he llamado la atención acerca de que la ideología de quienes hoy nos gobiernan no es progresista, sino simple y llanamente comunista. Vid. Pianoforte: ¿Progresistas o Comunistas? (javalmejia.blogspot.com).

El comunismo es una mala palabra dentro de nuestro léxico y no contribuye a la conquista del voto popular, que entre nosotros tiende a inclinarse por la moderación, llámese centro a secas, centro derecha o incluso centro izquierda, según lo acreditan reiteradamente las encuestas. Llamarse progresista pulsa, en cambio, ciertas cuerdas emocionales vinculadas con las aspiraciones a mejorar la calidad de la vida tanto personal como colectiva.

Suele relacionarse el cambio con el progreso, sin percatarse de que hay cambios que son más bien regresivos y que, como lo señaló en un libro digno de recordarse Raymond Aron, el progreso puede traer consigo no pocas desilusiones, como las que acarreó el comunismo en la URSS y sus países satélites. (vid. https://ia801602.us.archive.org/35/items/ProgresoYDesilusin.LaDiallcticaDeLaSociedadModernaRaymondAronV3/Progreso%20y%20desilusi%C3%B3n.%20La%20dial%C3%A9ctica%20de%20la%20sociedad%20moderna%20-%20Raymond%20Aron%20%28V3%29.pdf).

He llamado la atención acerca de que una cosa es el progreso científico y el tecnológico que lo acompaña, no exentos hoy de severos cuestionamientos por los profetas apocalípticos que anuncian la desaparición de la humanidad por el crecimiento incontrolado de nuestro dominio sobre la naturaleza, y otra muy diferente es el progreso en las personas, la convivencia entre ellas y la organización colectiva.

Recuerdo que leí hace tiempos un escrito de don Mariano Ospina Rodríguez, profundo ideólogo del conservatismo colombiano en el siglo XIX, en el que llamaba la atención sobre la importancia decisiva del progreso moral.

Es un asunto crucial en los tiempos que corren. El pensamiento dominante hoy en día carece de criterios morales definidos, pues en él reina el relativismo. Sus "maîtres à penser" han impuesto la idea de que no hay respuesta definitiva a la pregunta kantiana acerca de cómo debemos obrar, pues cada individuo adopta libremente sus opciones sobre lo que le resulta útil, placentero o digno de encomio. Las normas morales que rigen en las sociedades se miran como meras convenciones emanadas de la cultura que pueden desconocerse y alterarse ad libitum por cada uno. De hecho, expresa o tácitamente, se adopta la ideología del thelema que predicaba el famoso satanista Aleister Crowley en El Libro de la Ley: "Haz tu voluntad será toda la ley" (vid. Thelema - Wikipedia, la enciclopedia libre).

Cuando el famoso astrónomo francés Laplace le explicó a Napoleón su sistema cosmológico, el Emperador le preguntó sobre el papel que jugaba Dios en el mismo. Con arrogancia, le respondió: "En mi concepción, Dios es una hipótesis innecesaria". Lo mismo consideran hoy los supuestos filósofos morales que campean en el ámbito intelectual: Dios nada tiene que ver con nuestro modo de apreciar las normatividades. Pero, como lo expresó Dostoiewski a través de su personaje Iván Karamazov, "si Dios no existe, todo es posible".

La Ley de Dios que se manifiesta a través de la naturaleza y sobre todo de la Revelación, constituye el verdadero fundamento del orden moral. 

Es algo que hoy se soslaya: la verdad moral reside en todo aquello que hacia Dios nos lleva, vale decir, lo que enaltece nuestro espíritu. La auténtica realización de nuestra humanidad se logra siguiendo el camino, la verdad y la vida que nos indica el Evangelio. En "La Mística Cristiana y el Porvenir del Hombre", Claude Tresmontant profundiza admirablemente este tema. La gran enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo versa acerca de cómo divinizar nuestro ser alcanzando la santidad. "Sólo hay una tristeza en la vida: no ser santos", clamaba León Bloy. Vid. Sólo hay una tristeza en la vida: no ser santos (ecocatolico.org).

Contra esa verdadera realización del ser humano conspiran tres misterios que hoy suelen relegarse a los ámbitos de lo absurdo y la superstición: el pecado, el demonio y el infierno. Pecado es lo que nos aleja de Dios por incitación del demonio y termina sumiéndonos en el infierno. Todo ello es real, así nos empecinemos en negarlo. Las experiencias de los exorcistas lo acreditan (vid. (99+) Fundamentos Del Exorcismo - Gabriele Amorth | Juan Francisco Vázquez Pérez - Academia.eduMemorias de un exorcista por Gabriel Amorth.pdf - Google Drive). Decía el entonces cardenal Ratzinger que hay ciertas manifestaciones extremas del mal que sólo podemos explicar por la acción de fuerzas sobrenaturales externas. Basta con acercarnos a la prensa cotidiana para darnos cuenta de ello.

 

martes, 22 de octubre de 2024

Enemigos Imaginarios

Karl Schmitt, el famoso pensador alemán sobre la política, decía que en esta reina la dialéctica amigo-enemigo. Se afirma, en efecto, que la política se ejerce con los amigos y contra los enemigos, los cuáles se clasifican como enemigos interiores, exteriores y anteriores. Hay una categoría adicional: los enemigos imaginarios.

Los comunistas que ejercen el poder en varios países de nuestra región han pretendido revivir los enemigos contra los que se pronunciaban los soviéticos entre las décadas de 1920 y 1940 del siglo pasado. Para ellos, las bestias negras eran ante todo los fascistas de Mussolini y los nazis de Hitler. Pero unos y otros fueron derrotados en la Segunda Guerra Mundial y desaparecieron de la escena. Hablar hoy de fascistas y de nazis a los que hay que combatir es ni más ni menos un anacronismo.

Por supuesto que esos integrantes del mal llamado totalitarismo de derecha están hoy desacreditados a punto tal que identificar a alguien como partidario de ellos es más que todo un insulto.

En la actualidad existen regímenes autoritarios que destacan el orden y en algunos casos la tradición como valores políticos dignos de preservarse. Pero ninguno de ellos adhiere a los postulados ni los procederes de los fascistas o de los nazis.

Reza el dicho popular que "no hay cuña peor que la del mismo palo". Y ello se ve a las claras cuando se observa la enemiga de los comunistas contra los fascistas y los nazis, pues todos ellos abrevan en las mismas canteras ideológicas. Hegel es el padre común de todos ellos. Y tan inhumano como fueron el fascismo y el nazismo ha sido el comunismo, o quizá mucho peor. Basta con leer "El Libro Negro del Comunismo" para llegar a esa conclusión, pues ahí se acredita que a los regímenes comunistas en el siglo pasado pueden adjudicarse más de 100 millones de víctimas humanas. Vid. (99+) El libro negro del comunismo | Gabriel Rossi - Academia.edu.

El que se fue a Alemania a deplorar la caída del muro de Berlín y a China a rendirle homenaje a Mao Zedong poca autoridad moral tiene para tratar de fascistas o de nazis a sus contradictores, que en realidad son liberales que temen la deriva totalitaria y liberticida de sus ejecutorias gubernamentales.

En efecto, el riesgo que tenemos de deslizarnos hacia los fangales castro-chavistas es real. Hoy nos gobierna en rigor una camarilla de comunistas que no osan decir su verdadero nombre. Pero, como dice el Evangelio, "por sus frutos los conoceréis"(Mt. 7:15-20; Lc. 6:43-44). Ya se habla de un plan macabro para desestabilizar el país con miras a perturbar los procesos electorales que se aspira a realizar en 2026.

Los comunistas en el poder no son enemigos imaginarios, sino muy reales y peligrosos. Cuando lo obtienen, así sea sujetándose aparentemente a las formalidades institucionales, procuran por todos los medios permanecer en él, alegando que su obra no se ha cumplido y merece más tiempo. 

Esa obra no es cosa distinta que la destrucción del orden establecido, so pretexto de su injusticia radical y de la imperiosa necesidad de corregir sus defectos estructurales. Pero lo que ofrecen a cambio no corresponde a las ilusiones que suscitan, sino al infierno que hubieron de soportar las poblaciones del bloque soviético o las de Cuba, Venezuela y Nicaragua hoy en día.

No en vano se dice hoy que Colombia vive los momentos más difíciles de su atareada historia. Bordeamos, en efecto, unos abismos insondables, de los que sólo la obra de la Divina Providencia podría rescatarnos.


sábado, 19 de octubre de 2024

En el lugar equivocado

Leo en un editorial de El Colombiano las siguientes palabras del ministro de Cultura: "Por Santa Marta no entró la civilización, ni la religión fue un bien para el país, ni el idioma castellano fue un bien para el país"(https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/perdon-por-hace-500-anos-MA25612907).

El debate sobre la presencia de España en América es cosa de nunca acabar. Suscita opiniones de muy varia índole, desde las elogiosas hasta las denigrantes, como las de nuestro mal llamado ministro de Cultura.

Bueno sería al respecto recordar un dicho del filósofo Espinoza que Raymond Aron solía sintetizar más o menos así: "En asuntos históricos, lo recomendable no es aplaudir ni deplorar, sino comprender".

La comprensión aconseja considerar los eventos dentro de sus respectivos contextos, con sus luces y sus sombras. También decía Aron que "la historia es trágica".

El ministro de marras es dueño de sus opiniones y bien se ve que es poco reflexivo, Su contundencia indica que ignora los matices y es extremista en lo que atañe a sus pareceres.

Allá él, pero resulta oportuno preguntarse si esos puntos de vista son apropiados para quien ocupa un despacho encargado de la cultura.

No estoy seguro de que el ministerio que encabeza se justifique de veras. Es asunto sobre el que conviene preguntarse si el mismo u otros más podrían mejor refundirse en unos pocos o si sus funciones serían más propias de departamentos administrativos. 

En todo caso, ese funcionario parece no haberse enterado del énfasis que pone la Constitución Política que juró cumplir en el reconocimiento y la protección de la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana (art. 7), así como en la obligación del Estado y de las personas de proteger sus riquezas culturales y naturales (art. 8) o en la declaración del castellano como idioma oficial de Colombia, sin perjuicio del reconocimiento de lenguas y dialectos de los grupos étnicos (art. 10).

Sobre estas bases, el art. 72 declara que el patrimonio cultural de la Nación está bajo la protección del Estado.

Pues bien, mal de su grado debería ese funcionario reconocer que hacemos parte de la civilización occidental que nos trajo la colonización española y que tanto el idioma castellano como la religión católica están integrados a nuestra identidad nacional, vale decir, nuestra cultura.

En mis navegaciones por Youtube he encontrado unos videos muy interesantes de un viajero que se identifica como Vemoh y ha filmado sus visitas a los pueblos de Antioquia. Por supuesto que los paisajes que los rodean y sus peculiaridades tanto en la arquitectura como en las costumbres, sobre todo gastronómicas, llaman poderosamente la atención. Pero en sus plazas centrales predominan, incluso sobre los edificios públicos, los templos católicos. Y en sus sitios de interés es frecuente que estén erigidas imágenes de Nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen o los santos patronos de las respectivas localidades. La piedad popular contribuye a no dudarlo a la configuración de nuestra cultura y no es el caso de denigrarla, sino de reconocerla e incluso protegerla, así sea sin desmedro del pluralismo que en todos los órdenes exhibimos como sociedad.

Desafortunadamente, sufrimos un gobierno que pretende ir en contravía de las opiniones dominantes en nuestro país y quiere a toda costa imponernos el totalitarismo de la revolución sexual en marcha. Pensemos por ejemplo, que considera inconstitucional que la ley hable de mujeres gestantes en lugar de personas gestantes, como si fuera de aquéllas pudiera haber otros seres humanos en el mismo estado, o mediante una diabólica resolución busca promover el cambio de sexo de los niños sin contar con la opinión de sus padres.

Lo del ministro trae a mi memoria un tangazo poco conocido que cantaba Gardel: "A contramano". A un amigo dado a ir en contravía le aconseja que deje de seguir a una dama cuyo esposo es calabrés, "y el garrote de los tallarines a sus espaldas lo va a hacer caer". Vid. A CONTRAMANO (hermanotango.com.ar).



miércoles, 16 de octubre de 2024

Revolución por Resolución

En otras oportunidades me he referido al importante libro de E. Michael Jones sobre la revolución sexual, que traza su trayectoria desde los perversos aportes del tristemente célebre marqués de Sade hasta nuestros días, cuando campea muy oronda sobre las ruinas de la civilización cristiana (vid. Download PDF - Libido Dominandi Sexual Liberation Political Control By E Michael Jones [d4p7qj050v4p] (idoc.pub).

Esta revolución es pieza fundamental de lo que se ha llamado el Nuevo Orden de los Bárbaros o un Nuevo Orden Mundial sin Alma (vid. EL NUEVO ORDEN DE LOS BÁRBAROS.docx (google.com)El Nuevo Orden de los Bárbaros o cómo se ha programado el Gran Reset desde al menos 1969 – Ejército Remanente🏹 Noticias (ejercitoremanente.com).

Estos textos contienen las grabaciones que hizo el Dr. Lawrence Dunegan de lo que recordaba de unas conferencias que cuando era estudiante de medicina le escuchó al Dr. Richard Day, funcionario de Planned Parenthood, en 1969. El Dr. Day habló en ese entonces de lo que estaba por venir y cuando más tarde el Dr. Dunegan observó que esos anticipos se estaban cumpliendo meticulosamente, grabó sus recuerdos. La periodista de investigación Randy Engel dio a la publicidad las grabaciones, advirtiendo a los lectores que después de conocerlas su imagen del mundo que los rodeaba cambiaría radicalmente. Eso sentí, en efecto, una vez que las hube leído hace varios años.

Los burócratas no sólo anticristianos sino decididamente ateos que han capturado la vocería de la ONU y otras organizaciones internacionales han puesto en marcha estos programas enderezados hacia unas transformaciones radicales en el ordenamiento de las sociedades. referidas en gran parte a los temas atinentes a la sexualidad humana.

En un estudio clásico, el antropólogo británico J.D. Unwin, después de estudiar minuciosamente 80 sociedades primitivas y 6 sociedades civilizadas a lo largo de 4.000 años, llegó a la conclusión de que el control de la sexualidad a través del matrimonio heterosexual y monogámico influyó decisivamente en su vitalidad. La decadencia, a su juicio, se relaciona con el relajamiento de las costumbres (vid. Sex and Culture - Kindle edition by Unwin, J. D.. Politics & Social Sciences Kindle eBooks @ Amazon.com.Sex and Culture - Wikipedia, la enciclopedia libre(99+) The Fate of Culture in J.D. Unwin's Sex and Culture, or "The Last American Generation" | Daniel Janosik - Academia.eduSexo e Cultura. A correlação entre a moralidade sexual… | by Raphael Garcia | Medium).

El Nuevo Orden de los Bárbaros no representa, como creen sus promotores, un avance en la civilización, en las libertades y en la igualdad, sino un camino de regresión a épocas en que la perversidad dominaba en la vida colectiva. 

Recuerdo un capítulo esclarecedor del libro "The Origins of Pagans and Christians Beliefs" en el que el autor, Edward Carpenter, que había adherido a la tesis muy discutible de la raíz pagana de nuestras creencias cristianas, destacaba que en todo caso el judeocristianismo difería del paganismo fundamentalmente en su concepción de la sexualidad. De hecho, mientras que el mundo romano en que creció el cristianismo se hundía en toda suerte de aberraciones, los adherentes de la nueva religión se caracterizaban por su reciedumbre moral. La familia monogámica y la severidad de sus costumbres les dieron la fuerza para imponerse en un mundo corroído por la depravación. El triunfo del cristianismo en el imperio romano constituyó una verdadera revolución moral, contra la que se alza la sexual de los tiempos que corren.

Las tendencias dominantes hoy en día avanzan hacia la destrucción de la familia tradicional dizque en aras de su redefinición, para incluir la familia homosexual y destruir los vínculos que antaño la caracterizaban. El matrimonio ha perdido su carácter sagrado y es por ello que hoy muchas parejas han decidido optar por la unión libre, que se hace y deshace sin mayores formalidades. Las ideas sobre la sexualidad la disocian de su finalidad natural, que es la procreación. El sexo se reduce al placer que produce su ejercicio, sin que importen sus connotaciones morales más allá de la libre decisión de sus copartícipes. Según leí en un escrito relacionado con Sófocles, alguno de sus personajes lo consideraba "un amo cruel y avasallador".  Como en el famoso soneto de Lope de Vega sobre el amor, "quien lo probó lo sabe". Vid. Esto es amor, de Lope de Vega - Poemas sentidos (archiletras.com).

Una de las grandes víctimas de esta revolución es la natalidad, cuyas tasas se están reduciendo a punto tal que hoy se registran más muertes que nacimientos. Y según leí hace poco, la causa mayor de mortalidad ahora está en el aborto. Se calcula que en China se han producido más de 700 millones de abortos. Y en USA, después del tenebroso fallo Roe vs. Wade, la cifra asciende a unos 70 millones. Ya nuestro país ha entrado en el camino del invierno demográfico, con la complicidad de la Corte Constitucional, enemiga de la vida, y de un gobierno que quisiera expandirla en las estrellas, pero no  vela por ella aquí mismo.

La naturaleza ha dado lugar a que haya dos sexos responsables de la reproducción de la vida humana. Pero una ideología desquiciada, hija de la disociación que en la filosofía moderna se ha formulado entre la naturaleza y la cultura, pretende desconocer la realidad natural de los sexos masculino y femenino, para imponer un nuevo concepto, el género, supuestamente de orden cultural. Lo que cuenta para ella no es la realidad biológica, sino el imaginario cultural. De ese modo, ya no se habla del orden binario de la sexualidad humana, sino de una enorme multitud de inclinaciones sexuales (hay quienes identifican más de 100), todas ellas merecedoras de respeto en función de la libertad y la igualdad. El ordenamiento moral impuesto por el cristianismo se considera inaceptable y hasta se lo involucra dentro de los supuestos del delito de odio que ha hecho carrera en los códigos penales más recientes. Ese delito se invoca para perseguir las creencias cristianas hoy en día. Vid. Janet L. Folger, The Criminalization of Christianity; The criminalization of Christianity - PDF Free Download (epdf.tips). Y acaba de aducirlo el que nos desgobierna para amenazar a los promotores de una marcha contra sus políticas corruptoras.

Estas ideas perversas presiden en la actualidad los cursos de educación sexual tanto en el sector público como en el privado. Y la depravación reinante ha llegado al extremo de promover entre los niños, dizque para respetar su libertad, el cambio de sexo, sea a través de la cirugía o de medicamentos hormonales. Es algo verdaderamente diabólico,

Pues bien, mediante Resolución 2138 de 2023 el ministerio de Salud y Protección Social, usurpando quizás funciones legislativas del Congreso, ha señalado los lineamientos para imponer la revolución sexual entre nosotros. Su lectura es farragosa, pero estremecedora. Pero nuestra jerarquía eclesiástica, que sigue los lineamientos de la Iglesia claudicante que ha reemplazado a la militante de años atrás, no ha dicho ni mu sobre tamaño estropicio.

domingo, 13 de octubre de 2024

Valores y Política

David Easton propuso para el análisis de la política la aplicación de la teoría de sistemas. El núcleo de su proyecto radica en la idea de que las acciones políticas se proponen la adjudicación autoritaria de valores en la vida social (vid. (99+) David Easton - Categorías para el análisis sistémico de la política 1 | Ricardo Pérez Restrepo - Academia.edu).

Toda acción humana se propone la obtención de fines que se consideran valiosos. La acción política en particular busca imponerlos por la vía de la autoridad, en la medida que se los considere necesarios para la sociedad.

Por consiguiente, la racionalidad de la política hay que considerarla a partir de los fines que se propone y de los medios que se consideren adecuados para obtenerlos. De aquéllos se plantea que sean valiosos; de los segundos, que sean eficaces y, sobre todo, eficientes, vale decir, aptos para obtener los mejores resultados con el mínimo esfuerzo.

Estas dos dimensiones, la de los fines y la de los medios, abren amplísimos terrenos de discusión ante todo para el pensamiento político, pero con fuertes repercusiones en el ámbito moral y, desde luego, en el filosófico.

Hoy suele considerarse que a la filosofía, que ha sufrido el embate invasor de la ciencia, le queda por lo menos la tarea de escudriñar el mundo de los valores, que parece ser refractario al empeño científico.

Uno de esos valores es la justicia, a cuyo alrededor giran el mundo del derecho y, a no dudarlo, el de la política. Ésta, bien concebida, se propone en efecto la realización de un orden justo en la sociedad. Lo que se trata de imponer autoritariamente es porque se considera que en últimas traduce los requerimientos de la justicia.

Como lo he señalado en otra oportunidad, toda norma moral parte de alguna noción del bien, toda norma de trato social considera alguna noción de lo decente y toda norma jurídica invoca algún principio de justicia. Como bien lo sostenía el profesor Burdeau, son las ideas de justicia las que promueven los cambios constitucionales. De hecho, toda revolución se inspira en alguna idea de lo justo (vid. Derecho constitucional e instituciones políticas de Georges Burdeau (Libro electrónico) Leer gratis durante 30 días (everand.com).

La justicia es entonces una categoría formal del sistema político. El examen de la racionalidad de éste implica escudriñar entonces cuál es la idea de lo justo que lo inspira. Pero la inquietud filosófica va más allá: ¿cuán racional es esa idea? Es la cuestión de la justicia material, ardua como la que más. Tanto es así que un pensador del mundo jurídico de la talla de Hans Kelsen se declaró vencido al tratar de resolverla (vid. ¿Qué es la Justicia? (unam.mx)

La axiología es la rama de la filosofía que trata sobre el valor. Las discusiones que éste suscita son intensas: ¿cuál es su naturaleza? ¿es susceptible de consideración racional o es meramente emocional, subjetivo y arbitrario? ¿cuál es su categoría ontológica?

La gran tradición clásica lo ubica en el ser mismo, en el que encontramos lo verdadero, lo bueno y lo bello. Pero esta idea metafísica, que se halla expuesta magistralmente en Platón, es objeto de múltiples negaciones en el pensamiento moderno, que suele considerar que al respecto sólo cabe describir lo que pensamos y sentimos, pero sin que nuestra inteligencia esté capacitada para pronunciarnos sobre sus verdades.

Aun considerando que hay un reino de valores objetivos que es posible identificar a partir de la trascendencia del espíritu humano, es necesario admitir que en la práctica median enormes dificultades, como las siguientes:

-Hay distintos valores, por lo que es indispensable considerar su jerarquía y su compatibilidad. En efecto, la promoción de unos puede conllevar la limitación y hasta el sacrificio de otros.

-Cómo se concreta cada valor, sea en actitudes, conductas, realizaciones u objetos. Pongo dos ejemplos: para nosotros los católicos, el valor supremo de lo sagrado reside en las formas eucarísticas; para los musulmanes, en cambio, ese valor está en la famosa Piedra Negra (vid. Piedra Negra - Wikipedia, la enciclopedia libre).

-Casi nunca es posible la realización absoluta de un valor dado, pues ello implica actuar sobre hechos que ofrecen resistencia para su transformación.

-Muy a menudo la búsqueda de la realización de un valor acarrea reacciones contraproducentes, lo que en la doctrina se conoce como heterotelia.

-En ausencia de una reflexión profunda sobre el significado de unos valores para la vida humana, tanto en la esfera individual como en la de relación y, sobre todo, en lo que atañe a la expansión del espíritu, el tema de los valores suele encuadrarse dentro de lo que consideraba Platón como meras opiniones. Pues bien, ¿qué tan meritorias son éstas? Hay quienes consideran que todas son respetables, como corresponde a las manifestaciones de la individualidad, pero lo "políticamente correcto" exalta unas y censura o reprime otras.

El pensamiento democrático tiende a privilegiar las opiniones de la mayoría, pero la resistencia de las minorías ha conducido a debilitar la fuerza de ella. De hecho, lo "políticamente correcto" no traduce las valoraciones mayoritarias, sino las de unas elites que han capturado los medios de comunicación social y las estructuras burocráticas, a través de los que imponen sus puntos de vista sobre el común de los mortales. 

Dada la dificultad práctica para sostener valores absolutos que ganen la adhesión de todos, hay que garantizar que el debate político sea abierto, que todas las opiniones sean escuchadas y que a las decisiones se llegue después de examinar cuidadosamente las cuestiones de hecho involucradas y los puntos de vista de los interesados. La legitimidad, tanto de origen como de funcionamiento, es crucial para que la decisión política sea viable.

Como bien lo señaló Guglielmo Ferrero en un escrito célebre, la acción política transcurre por buenos cauces cuando goza del apoyo de sus destinatarios y no desafía sus convicciones. Al fin y al cabo, reposa obre actos de fe en la titularidad de los gobernantes para el ejercicio del poder sobre las sociedades (vid.FERRERO Guglielmo - El Poder. Los Genios Invisibles de La Ciudad - Free Download PDF (kupdf.net).

Esto es bueno recordarlo ahora que se trata de imponernos un orden comunista, en contravía de las creencias demoliberales dominantes entre nosotros.

martes, 8 de octubre de 2024

El Ascenso del Hombre

Bajo este título dio a la luz Jacob Bronowski la recopilación de los programas que emitió bajo su dirección la BBC para ilustrar sobre cómo ha avanzado nuestra especie en el conocimiento de la naturaleza y las técnicas para poner a nuestro servicio sus fuerzas. Vid. El_ascenso_del_hombre_-_Jacob_Bronowski.pdf (librosmaravillosos.com)

Es, de veras, un libro maravilloso que ilustra acerca de nuestros progresos en ciencia y tecnología desde la edad prehistórica hasta bien entrado el siglo XX. Son progresos que obran a pasos agigantados, tal como lo acreditan los premios Nobel que se están adjudicando en estos días en diferentes campos.

Estos rutilantes avances han contribuido decisivamente a mejorar nuestra calidad de vida. Pero hay quienes consideran que ponen en peligro su continuidad y alzan sus voces para gritar que la vida puede desaparecer de este planeta debido a las comodidades de que estamos disfrutando. Aspiran a que retrocedamos, no años sino siglos, para volver a etapas de mayor precariedad en nuestras condiciones vitales.

La queja más fuerte se da por las consecuencias para el medio ambiente que se resumen en el tema del cambio climático. Es asunto que desde luego reviste gravedad, pero puede tratárselo juiciosamente si media una buena voluntad política. No es el caso de abordarlo con actitudes fundamentalistas, como las que tratan de imponerse entre nosotros, sino examinando con cuidado cada situación para abordarla por medio de soluciones razonables. Del mismo modo como se descontaminaron el Támesis y el Rin, o se limpió la atmósfera londinense, cabe pensar que es posible actuar eficazmente para contener las amenazas del clima.

La obra de Bronowski es admirable, pero afronta sólo una parte del progreso que hemos logrado desde la época de las cavernas hasta el presente. Pienso en lo que toca con nuestros discutibles avances en organización social, convivencia colectiva y desarrollo de la personalidad humana.

Como profesor de Teoría Constitucional, solía enseñarles a mis discípulos que la Civilización es, desde luego, una etapa muy superior a la de la barbarie primitiva y que su forma política es el Estado, aunque sin llegar a la exageración de Hegel, que decía algo así como que es la mano de Dios sobre la humanidad. Mi punto de vista era bastante más matizado y en buena medida seguía las líneas que trazó Ernst Cassirer en "El Mito del Estado". Vid. Cassirer, Ernst. - El mito del Estado [1968].pdf (archive.org).

Observando lo que sucede hoy en el mundo, tal vez no podríamos mantener esa opinión optimista sobre los avances que entraña la organización estatal contemporánea en favor de la calidad de vida de la humanidad. No cabe duda alguna acerca de que lo que realmente pone en gravísimo riesgo su supervivencia es la locura de los políticos que la gobiernan y, sobre todo, los medios letales que la ciencia y la tecnología ponen a su disposición. La gran amenaza no procede del extractivismo, ni de los hidrocarburos o el carbón, ni de la industrialización, sino del poderío atómico. Una guerra nuclear como la que se avizora a partir de los graves conflictos que estamos presenciando prefigura el Armagedón de que habla hoy nuestro gárrulo mandatario.

¿Hemos avanzado en lo que a la convivencia colectiva atañe? En los tiempos que corren trata de imponerse el multiculturalismo y se pone especial énfasis en la integración de las sociedades, tratando de eliminar exclusiones y discriminaciones que se consideran odiosas. Pero estos son designios que obran en las sociedades occidentales, mas no en las islámicas, las asiáticas o las africanas. E incluso en nuestro mundo supuestamente civilizado los conflictos de toda índole siguen agudizándose y la violencia se mantiene fuera de control. Baste con observar lo que sucede hoy en el Reino Unido, Francia o Suecia.

En el pensamiento sobre la moral se plantea el tema del tránsito del individuo tal como ha salido de manos de la naturaleza (evoco aquí un planteamiento de Bergson) hacia el estadio de la persona, esto es, el sujeto moral de que hablan los seguidores de Kant o el hombre nuevo según San Pablo, ¿Somos más espirituales y por ende mejores hoy que antaño? ¿Peor aún, experimentamos hoy un "descensus ad inferos"?

Ahí les dejo, apreciados lectores, un tema de reflexión.



lunes, 30 de septiembre de 2024

Écrasez l'Infâme!

Esta consigna volteriana contra el cristianismo ha cobrado vuelo a pasos agigantados en los tiempos que corren (Vid. ¡Aplastad al infame!: la consigna de Voltaire para movilizar a sus lectores contra el cristianismo | Cultura | EL PAÍS (elpais.com)

La civilización occidental es hija, a no dudarlo, de la fe cristiana. Pero quienes hoy tienen la mayor influencia sobre ella pretenden erradicarla no sólo del ámbito espiritual, sino de la vida cotidiana misma, y lo hacen sin pararse en pelillos. Como lo han señalado algunos, el propósito no es asegurar la libertad de religión, que es algo muy plausible, sino la libertad de la religión, que consiste no sólo en reducirla a la esfera íntima de las creencias personales, sino desterrarla de ahí mismo.

Es algo que están logrando y que les anunció Nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos al plantear esta pregunta: "Pero, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?" (Lc. 18:8)

Hace poco, en una de sus muy lúcidas homilías, el padre Santiago Martín llamaba la atención sobre cómo un puñado de discípulos, la mayor parte de ellos gente sencilla del pueblo de Israel, fueron conquistando a través de la prédica y el ejemplo lo que hoy conocemos como el mundo clásico, hasta lograr sus sucesores el reconocimento de sus creencias como religión oficial del Imperio Romano. A partir de ahí, fuese desde Roma o desde Bizancio, Alejandría o la propia Jerusalén, difundieron el cristianismo a través de todo el Mediterráneo, las islas británicas y los pueblos germánicos, escandinavos y eslavos. Europa entonces se identificó con la Cristiandad y su expansión por el resto del Orbe estuvo acompañada de su espíritu religioso. 

En "La Formación de la Tradición Jurídica de Occidente", el profesor Harold Berman destaca la muy fuerte influencia del Derecho Canónico y lo que denomina la revolución papal de San Gregorio VII, el pontífice que independizó la Iglesia de los poderes temporales que pretendían avasallarla (vid. Amazon.com : 9789681645618). Nuestra cultura jurídica no puede entenderse si prescindimos de la influencia cristiana en su génesis y su desarrollo. Ya el célebre Lord Acton llegó a poner de presente la importancia del ideario cristiano en el humanismo jurídico que ha difundido nuestra civilización. Para no ir muy lejos, en buena medida esas ideas egregias están en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre que proclamó la ONU en 1948 (vid. Catholic.net - Historia y Fundamentos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). 

Este histórico documento comienza declarando que "la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana", en palabras que remiten a los profundos planteamientos del gran pensador católico que fue Jacques Maritain. Su participación en tan significativo texto fue decisiva (vid.Jacques Maritain y la Declaración de Derechos Humanos de la ONU de 1948 (saib.es).

La dignidad intrínseca de la persona humana es, a no dudarlo, una idea religiosa. Puede encontrársela formulada en textos fundamentales de las religiones superiores e incluso en tradiciones de pueblos primitivos, pero en el cristianismo encuentra un muy destacado realce. Basta con evocar este texto del Evangelio que relata el diálogo de Nuestro Señor Jesucristo con Nicodemo: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna." (Jn.3:16). Hay toda una metafísica del amor que nutre el pensamiento cristiano, aunque mal entendida por algunos que la invocan imbuidos de cierto sincretismo. tal como se escuchó en estos días en algún discurso cantinflesco ante la ONU.

Las enseñanzas evangélicas, de las que se pretende hoy privar a toda la humanidad, partiendo de la infancia y la adolescencia, promueven la realización plena de la persona humana en lo individual, lo interpersonal, lo colectivo y, sobre todo, más allá de lo temporal, en lo que concierne a la vida eterna.

El ámbito temporal- recuerdo acá "La Existencia Temporal", de Jean Guitton, (vid. La existencia temporal (Spanish Edition): Guitton, Jean, Martín Barinaga-Rementería, Javier: 9788474901467: Amazon.com: Books)- transcurre entre el momento de la concepción y el de la muerte biológica. Para el cristianismo, ambos momentos son misteriosos y sin duda alguna sagrados. En ellos se pone de manifiesto la voluntad de Dios, nuestro Creador. 

Lo sagrado entraña respeto, veneración, es algo que compromete al ser humano en lo más profundo de su ser, representa el valor supremo (vid.Otto, R. - Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios [ocr] [2001].pdf (archive.org).  Pero el pensamiento contemporáneo ha relativizado todo valor, reduciéndolo a la función utilitaria llamada a satisfacer meramente los apetitos y sobre todo los más terrenales y apremiantes. Frente a los misterios de la concepción y la muerte biológica, que hoy se considera que provienen de la nada y a la misma conducen, se alzan el aborto y la eutanasia. Y si éstos se imponen, ¿cómo negarle espacios al genocidio? Según lo dijo Stalin, "la muerte de una persona es una tragedia; la de un millón, una estadística" (https://www.blogdepsicologia.com/por-que-la-muerte-de-un-millon-es-una-estadistica/#:~:text=Se%20dice%20que%20Joseph%20Stalin%20dijo%20que%20la).

Los derechos humanos, según la tradición judeo-cristiana, arraigan en la naturaleza creada por Dios, que "hombre y mujer los creó a su imagen y semejanza" (Gen. 1:26-28). La ideología dominante hoy aspira a destruir la identidad de los sexos, a negar sus diferencias, a volver, como en ciertas concepciones del pasado, al mito del andrógino original de que trata un texto del Banquete de Platón (vid. El mito del ser andrógino.pdf). Y tras la destrucción de la identidad de los sexos, viene la de la familia, que nuestra Constitución Política declara en su art. 5 que es institución básica de la sociedad, pero sus intérpretes y operadores han desvalorizado sin compasión alguna.

Cité en otro escrito "La Abolición del Hombre", de C.S. Lewis, texto fundamental para entender cómo la negación tanto de la Ley Divina como la Natural fundada en ella, conduce de modo inexorable a la de la dignidad que los textos consideran que es inherente a la persona humana. Como acaba de insinuarlo Milei en su discurso ante la ONU, lo que los burócratas que la controlan va en contravía de los propósitos que motivaron su creación. Así lo denunció Mgr. Schooyans en su libro "La Cara Oculta de la ONU". Vid. La cara oculta de la ONU - Michel Schooyans.pdf (archive.org).

La consecuencia práctica de la consigna volteriana de abatir el cristianismo no es otra que la de abatir a la humanidad.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Excesos institucionales

En su excelente libro "La Verdadera Historia de Colombia", Hernando Gómez Buendía llama la atención sobre dos peculiaridades institucionales muy propias de nuestro país: el presidencialismo y el centralismo excesivos que resultaron de la Constitución de 1886.

Cuando ésta se aprobó, se cuenta que uno de los delegatarios le comentó al señor Caro que habían adoptado una monarquía. Caro, con la sorna que lo caracterizaba, respondió: "Sí, pero desafortunadamente electiva".

La figura presidencial había quedado reducida a su mínima expresión en el estatuto de 1863, en el que los radicales trataron de frenar los ímpetus dictatoriales de Mosquera, que se hacía llamar el Gran General. El presidente en ese entonces era elegido por el voto de los estados soberanos para un período de dos años y lo limitaba severamente el senado, llevando al extremo la fórmula que en los Estados Unidos se conocía como el gobierno congresional, que dio título después a un célebre texto de Woodrow Wilson (vid. El gobierno congresional y la administración pública | Wilson | Revista de Administración Pública (unam.mx).

Nuestro régimen presidencial ha experimentado numerosas y graves vicisitudes a lo largo de los últimos 138 años. En 1991 se intentó reducir su influencia, pero quedaron vestigios de poderes discrecionales, en la práctica incontrolados, que hacen que gravite severamente sobre el espectro político y que en manos de alguien poco confiable y nada respetable podrían acarrear ruinosos daños institucionales.

El señor Caro predicaba la irresponsabilidad presidencial, pero a cambio de la responsabilidad de los ministros, lo que implicaba lo que el profesor Lowenstein en su "Teoría de la Constitución" denominaba un control intraorgánico (vid. (99+) TEORIA DE LA CONSTITUCION - KARL LOEWENSTEIN (1) | rosalyn tullume - Academia.edu). Esa responsabilidad ministerial de hecho ha sido letra muerta, pese a la moción de censura que se instauró en 1991 y no ha dado resultados efectivos.

El juicio, bien sea por responsabilidad política o responsabilidad penal, pasa por el filtro de un cuerpo cerrado y proclive a toda suerte de manipulaciones. A sus integrantes sólo puede controlarlos la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, en caso de que incurran en delitos vinculados con el trámite de sus diligencias. Pero es algo bastante remoto.

Si algo fuere menester que se reformara en nuestra Constitución Política es lo atinente a la institución presidencial. Hay muchas iniciativas que podrían adelantarse al respecto, pero falta lo más importante: la decisión política.

El excesivo centralismo es otra lacra de nuestro régimen constitucional. Núñez pensaba que lo importante era combinar la centralización política con la descentralización administrativa. Pero recuerdo que el sabio Ramón de Zubiría me comentaba que en la práctica la consigna de Núñez había derivado en una descentralización política en cabeza de los jefes regionales de los partidos y una rigurosa centralización administrativa fundada en los abultados recursos de que dispone casi que a su antojo el gobierno nacional.

La Constitución de 1991 no logró ponerle coto efectivo a esta tendencia y es por eso que hoy se advierte en varias regiones del país un vigoroso movimiento en favor de una descentralización fiscal que garantice el principio de autonomía que la Constitución ha consagrado para las entidades territoriales. ¿Por qué temerle a que esas legítimas aspiraciones deriven hacia la adopción de un régimen federal o, al menos, a la fórmula de la federalización que en su hora propuso el entonces presidente López Michelsen?

Por desventura, las ideas sobre modificación constitucional que parece albergar el actual inquilino de la Casa de Nariño no se encaminan a mejorar nuestro régimen político, sino más bien a deteriorarlo más de lo que está.

viernes, 13 de septiembre de 2024

La Constitución es norma suprema

Nuestra Constitución introdujo la figura de la ley estatutaria que, según el artículo 152, rige entre otras materias para las concernientes a los derechos y deberes fundamentales de las personas y los procedimientos y recursos para su protección.

Estas leyes requieren para su aprobación mayoría absoluta de los miembros del Congreso, deberán tramitarse dentro de una legislatura y para que entren en vigencia deberán someterse a revisión previa de la Corte Constitucional, tal como lo dispone el artículo 153 id.

Por su importancia, su trámite es más complejo que el de las leyes ordinarias y exige severos acuerdos políticos.

Como el Gobierno actual tiene dificultades para obtener el apoyo de esas mayorías, ha optado por la vía fácil de tramitar por la vía ordinaria proyectos que en rigor tendrían que someterse al régimen de la ley estatutaria, tales como las reformas a la salud y la jubilación. Pero ambas materias atañen a derechos fundamentales y sólo pueden regularse por medio de leyes estatutarias.

Basta con dar lectura a los arts. 48 y 49 de la Constitución para concluir que los derechos ahí contemplados son fundamentales. 

El régimen jubilatorio se inscribe dentro del concepto de la seguridad social. Es de particular interés para el tema el inciso sexto del art. 49 en cita, que a la letra dice.

"El Estado garantizará los derechos, la sostenibilidad financiera del sistema pensional, respetará los derechos adquiridos con arreglo a la ley y asumirá la deuda pensional que de acuerdo a la ley esté a su cargo. Las leyes en materia pensional que se expidan con posterioridad a la vigencia de este Acto Legislativo, deberán asegurar la sostenibilidad financiera de los establecido en ellas".

La Corte Constitucional, que según se dice tiene ya a su cargo más de 100 demandas contra la reforma pensional que se aprobó hace varios meses, tendrá que decir si haberla tramitado como ley ordinaria satisface las exigencias de la Constitución y, en caso de aceptar que el trámite fue correcto, deberá ocuparse por lo menos de dos asuntos cruciales, a saber. a) si lo aprobado asegura su sostenibilidad financiera, pues bien se sabe que en un futuro no lejano está llamado a colapsar; b) lo atinente a los derechos adquiridos por quienes habían optado por contratar con entidades privadas su régimen pensional, pues abruptamente se los obliga a trasladarse así sea parcialmente al régimen de Colpensiones.

Dudo mucho que la reforma pensional pase por el filtro de la Corte Constitucional, lo que dará lugar con toda certeza a una nueva rabieta del que hoy funge como jefe del Estado.

Se habla ahora de un nuevo proyecto de reforma a la salud que, como el que fracasó hace algún tiempo, se aspira a tramitar por la vía de la ley ordinaria, olvidando que ya en 2015 el Congreso había aprobado como ley estatutaria la número 1751 (vid. Diapositiva 1 (aliansalud.com.co). Según el citado artículo 153 de la Constitución Política, esa ley estatutaria de la salud sólo puede modificarse por otra del mismo género y no por una ley ordinaria, como ahora se insiste en hacerlo.

Es verdad que estamos bajo un gobierno que es poco sensible respecto de la normatividad superior de la Constitución, salvo en lo que cree favorecerlo, pero todavía contamos al parecer con una Corte a la que según el artículo 241 id. se le ha confiado la guarda de la supremacía y la integridad del ordenamiento fundamental que nos rige.

En términos que tomo del Evangelio, bien podemos decirles a los magistrados que la integran que son la sal de la tierra (Mt. 5:13-16). Su responsabilidad es apremiante como la que más.



viernes, 6 de septiembre de 2024

Adiós a Facebook

La Linterna Azul publicó en esta semana la grabación de un importante evento de la Tertulia Il Pomeriggio en el que intervino José Alvear Sanín para disertar sobre el aborto y el suicidio de la civilización que esa práctica atroz conlleva.

Me pareció que se trataba de un documento digno de darse a conocer profusamente y por tal motivo lo remití a mi cuenta de Facebook para compartirlo con mis seguidores. Para mi sorpresa, Facebook me informó que lo había suprimido, por considerar que violaba las políticas de la comunidad. Protesté por la censura que se estaba imponiendo y anuncié que cancelaría mi cuenta en dicha red social, lo cual hice cuanto antes. 

Ayer terminé de leer en Kindle el muy recomendable libro de H. W. Crocker III titulado "Triumph, The Power and the Glory of the Catholic Church, A 2.000 Year History". En su epílogo hace referencia a una de las peores amenazas que sufre nuestra fe en los tiempos que corren, el relativismo moral, que es a mi juicio un fruto podrido de la mentalidad liberal. 

El liberalismo constituye, según lo consideraba Raymond Aron, la quintaesencia de nuestra civilización política, pero como ocurre con toda ideología ofrece derivaciones discutibles. En su caso, se trata del libertarismo, que postula un individualismo extremo que en el fondo es una monstruosidad. Esa deriva libertaria conduce a sostener que no hay verdades morales y cada individuo tiene derecho soberano de asumir sus propios valores, de suerte que la censura social que se aplique a sus comportamientos resulta del todo inadmisible. Prohibido prohibir parece ser la consigna y toda censura de orden moral debe reprimirse por ser violatoria del mandato supremo de la tolerancia.

Pues bien, Crocker llama la atención acerca de la actitud de esos apóstoles de la tolerancia que se muestran rabiosamente intolerantes respecto de quienes disienten de sus postulados. Y es lo que ocurre con los ideólogos de lo que a su juicio es lo políticamente correcto, que procuran a toda costa silenciar a quienes no compartimos sus valoraciones.

La cuestión del aborto suscita una de las más graves fracturas que sufre la sociedad contemporánea. A juicio de nosotros, los que militamos en la corriente Pro-vida, su aprobación es ni más ni menos una faceta de extrema gravedad de la banalidad del mal, expresión que acuñó en un texto célebre Hannah Arendt. 

Por supuesto que nuestra valoración de la vida se apoya en las creencias religiosas de cuño cristiano que profesamos, pero incluso pensadores ateos, como el citado Raymond Aron, comparten con nosotros el rechazo del aborto. Traigo a colación, en efecto, lo que expresó Aron, según recuerdo, en el último reportaje que dio para "L' Express" hace años: "La civilización occidental marcha hacia su destrucción: ya quiere aceptar el aborto".

No otra cosa expuso Alvear en la disertación que a Facebook le pareció censurable.

En el más reciente mensaje de Nuestra Señora de la Paz en Medjugorje se refirió a la batalla que hoy se libra entre el bien y el mal: "...El bien y el mal luchan y desean predominar en el mundo en los corazones de la gente..." (vid. Último mensaje de Medjugorje - Medjugorje WebSite). El relativismo moral está del lado del mal y promueve una anarquía disolvente que conlleva la destrucción de la humanidad. Se trata en síntesis del nihilismo. Ahora bien, si todo vale, nada termina siendo valioso.

En mi "Introducción a la Teoría Constitucional" hice referencia a un concepto de Mounier, según el cual toda civilización surge de un impulso hacia lo alto, vale decir, de una disciplina que encauza la energía social hacia valores supremos. Tengo en mi lista de lecturas, si Dios me da vida, un importantísimo libro que encontré hace poco en mis navegaciones por la red: "Sex and Culture", de J. D. Unwin (vid. dn790002.ca.archive.org/0/items/b20442580/b20442580.pdf). El autor, un distinguido antropólogo inglés, estudió 5.000 años de historia de 80 tribus primitivas y 6 civilizaciones antiguas, para llegar a la conclusión de que la energía social que las constituyó y preservó estaba relacionada con la moralidad sexual y, en últimas, con la organización familiar. Es en el fondo la misma tesis de Carle C. Zimmerman en "Family and Civilization", que he mencionado en otras oportunidades (vid. Family and Civilization: Carle C. Zimmerman, James Kurth, Allan C. Carlson, James Kurth, Bryce Christensen: 9781933859378: Amazon.com: Books).

La aprobación social del aborto entraña el menosprecio de la maternidad y, por ende, de la institución familiar. La crisis de ésta significa en rigor la de la civilización.

No en vano el mensaje del 25 de junio último de Nuestra Señora de la Paz advirtió: "...Hijos míos, la paz está en peligro y la familia bajo ataque. .." (vid.. Mensaje del 25 de junio de 2024 - Medjugorje - Virgen de Medjugorje (centromedjugorje.org).

Volvamos al principio: lo políticamente correcto que pretende imponerse a troche y moche para silenciar las voces disidentes conduce inexorablemente a lo que C.S. Lewis denunció magistralmente en "La Abolición del Hombre" (vid. 🎇 La abolición del hombre | C. S. Lewis | GRATIS | pdf, epub, mobi. (libronube.com). Se trata aquí de una de las mejores defensas que se han ensayado de la objetividad de la ley natural y de la moralidad, vale decir, de un lúcido cuestionamiento del relativismo moral hoy imperante en los medios que se dicen cultos. 




domingo, 1 de septiembre de 2024

En memoria del padre Lebret

A mediados del siglo XX el gobierno de Rojas Pinilla le pidió al padre Louis-Joseph Lebret que elaborara un informe sobre la situación social de Colombia. El padre Lebret ya era famoso por sus estudios sobre la economía humana, que tuvieron notable influencia en otros países de nuestra región, como Uruguay y Chile. Años después, el papa Pablo VI, que lo apreciaba mucho, lo tuvo como asesor del Concilio Vaticano II y de su encíclica Populorum Progressio (vid.hf_p-vi_enc_26031967_populorum.pdf (vatican.va)

El padre Lebret insistía en que el crecimiento económico estuviera acompañado del desarrollo social y, por consiguiente, mejorara las condiciones de vida de las comunidades, en especial de los sectores más desvalidos.

Decía: “Si yo amo a Dios, no puedo permanecer tranquilo en mi confort. A la civilización ficticia del confort levantada por el capitalismo, oponemos el ideal de una civilización del servicio”. (vid. Descubrir a Lebret hoy. Reflexiones desde el Sur . Andrés Lalanne (2020) – RIEH).

Según su concepto, “El “problema” de conseguir la economía humana, “es técnico y es espiritual. Quién rechaza considerarlo bajo estos dos aspectos se asegurará de no solucionarlo.” (id.).

El informe Lebret se presentó al presidente Lleras Camargo, quien lo atendió en temas sustanciales, como la reforma agraria, a la que puso especial énfasis tiempo después Carlos Lleras Restrepo, mas se la frenó bajo el gobierno de Misael Pastrana Borrero con el llamado Acuerdo de Chicoral.

El diagnóstico del Informe Lebret era calamitoso. Colombia exhibía en ese momento las peores lacras del subdesarrollo.

Convendría examinar lo que ha cambiado para bien y para mal en nuestra situación social a lo largo de los últimos 70 años.

No podemos ignorar que la Colombia de hoy difiere en muchos aspectos de la que estudió en los años 50 del siglo pasado el padre Lebret. Empero, las circunstancias actuales dejan muchísimo que desear. Hay quienes consideran que si se hubiesen atendido las recomendaciones del famoso informe nos habríamos ahorrado medio siglo de violencia subversiva. Es asunto que queda abierto a la discusión. 

Es lo cierto, sin embargo, que abundan los motivos de insatisfacción en los sectores populares, que demandan más eficaz acción de las autoridades para resolver sus apremios. Son esos motivos los que llevaron a la presidencia al que hoy nos desgobierna, quien sedujo sobre todo a los votantes jóvenes con sus consignas de cambio para mejorar y hoy los tiene decepcionados por el rotundo fracaso de su gestión.

Ya lo había advertido el padre Lebret: la economía humana requiere rigor técnico, No basta con proclamarla en el discurso, pues debe fundarse en las realidades y afrontar los problemas con soluciones racionales y no con iniciativas delirantes. 

¿Qué podemos esperar de un gobierno que le confía la planeación a un activista que confiesa ignorar las matemáticas?

Basta con leer la prensa diaria para darse cuenta de lo calamitosa que está nuestra situación social en asuntos de la importancia del empleo, la informalidad, la alimentación, la vivienda, la salud, la educación, la seguridad ciudadana, el orden público, las condiciones de vida en los suburbios, las poblaciones y los campos, la inaceptable desigualdad, la corrupción reinante, etc.

El fracaso de la actual administración ha despertado las ambiciones de muchos que aspiran a ganar las elecciones en 2026. Pero, como reza el Evangelio, "muchos son los llamados y pocos los escogidos" (Mt. 22:14). Los que pretendan tomar las riendas del país en los años venideros tienen que ser conscientes de lo difícil que es gobernarlo y de la magnitud inconmensurable de los problemas que van a encontrar, comenzando por los acuciantes reclamos de las comunidades que luchan por sobrevivir en medio del caos en que estamos sumidos.

El asunto no es de derechas, izquierdas o centro, sino de buen sentido, que es lo que falta en los que hoy nos desgobiernan.

Una buena cartilla para ellos podría ser la actualización del informe Lebret. Así sabrían del agua que lo moja.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Reconstrucción

En tiempos de Samper, Don Hernán Echavarría Olózaga se quejaba de que Colombia tuviera un granuja en la jefatura del Estado. Hoy nos desgobierna alguien de peor calaña, que con su talante zafio, sus peroratas ofensivas y sus comportamientos desatinados demuestra su indignidad respecto de la alta investidura que ostenta.

El vulgar papelón de Panamá da cuenta de que no se respeta a sí mismo, ni a su familia, ni a la hospitalidad del país vecino, ni muchísimo menos a la gente de bien de nuestra patria.

Sus discursos destilan odio, resentimiento, envidia, agresividad, maledicencia y, en fin, una actitud claramente hostil llamada a azuzar al pueblo contra los que él ha graduado de enemigos. Su verbo ponzoñoso convoca a la violencia, no obstante sus mendaces llamados dizque a una paz total.

Transcurrida ya la mitad de su mandato constitucional, lo que tiene para mostrar es una obra de demolición de la institucionalidad que a lo largo de años fatigosamente hemos organizado.

Como ya va cuesta abajo, empiezan ahora a agitarse posibles candidaturas para las elecciones que ojalá no se frustren en 2026.

Como dijo alguna vez Carlos lleras Restrepo, la consigna es "al agua, patos". Puede haber muchos buenos aspirantes a reemplazar al que para nuestro infortunio hoy nos desgobierna. Ya suenan algunos, pero hay que darle tiempo al tiempo para que otros se manifiesten.

No sobra hacer algunas advertencias al respecto.

En primer lugar, quien aspire a ganar el favor ciudadano debe exhibir respetabilidad, que es condición sine que non para un buen gobierno. No basta con adquirir el poder, pues si éste no se reviste de autoridad moral sus empeños serán irrisorios. Un dirigente del que los súbditos se burlen, como sucede con el actual inquilino de la Casa de Nariño, no puede obtener los apoyos que se requieren para una gestión exitosa.

En segundo lugar, hay que convocar a las fuerzas vivas de la nación para reconstruir lo que en estos dos fatídicos años se ha desquiciado, comenzando con la austeridad las finanzas públicas y su aplicación a las más apremiantes necesidades populares.

Esa convocatoria tiene que partir de la base del buen entendimiento entre el sector público y el privado, que es el secreto del éxito de las democracias occidentales. La libre iniciativa individual adecuadamente regulada por el Estado muestra que es la fórmula más adecuada para la promoción del bien común.

En tercer lugar, la reconstrucción del tejido comunitario conlleva un denodado esfuerzo para superar la profunda crisis moral que nos agobia. No basta con declararse enemigo de la corrupción, sino actuar como tal. Padecemos un desgobierno que clama contra los corruptos, pero los acoge benévolamente en su seno. ¿Qué decir de quien dice representarnos ante la FAO, por ejemplo?

En cuarto lugar, hay que superar la dicotomía entre derecha e izquierda, que parece reproducir la de Escila y Caribdis de la mitología clásica.  Mejorar las condiciones de vida de la población es un imperativo ineludible, pero ello no se logra multiplicando dádivas a la bartola ni hostigando a los emprendedores, sino con un esfuerzo pragmático que estimule a éstos y beneficie a los menesterosos.

Last, but not least, los aspirantes deben prestar oídos a las voces sensatas que alertan sobre la necesidad de ponerse de acuerdo en las fórmulas de selección de los más opcionados, de modo que puedan presentar un frente común capaz de superar las asechanzas del demonio que nos desgobierna y aspira a perpetuarse en el poder, así sea en cuerpo ajeno y haciendo gala de todas las triquiñuelas de que es capaz.

No olvidemos que Colombia vive las horas más críticas de su historia. De la buena voluntad y el buen sentido de sus dirigentes depende que transite por buen camino en los tiempos venideros.


miércoles, 14 de agosto de 2024

Poderes ocultos

David Placer ha publicado dos importantes libros sobre las influencias ocultistas en el régimen venezolano: "Los Brujos de Chávez" y "El Dictador y sus Demonios". Ambos se consiguen en Amazon y el primero de ellos se puede descargar gratuitamente en (99+) Los Brujos de Chávez | Ana Gonzalez - Academia.edu.

"Los Brujos de Chávez" es fruto de una detallada investigación acerca de los nexos del finado dictador con el esoterismo, los cuáles se iniciaron a través de prácticas espiritistas que lo convencieron de que se contactaba con el Libertador Simón Bolívar y un antepasado al que llamaban Maisanta. 

Cristina Marksman, hermana de una amante suya, estaba bien dotada de poderes paranormales y a lo largo de varios años fue su confidente y consejera. Ella le auguró la prisión, la conquista del poder político y la muerte precoz. Cuando logró la elección presidencial se afilió a la masonería y, luego, a raíz de sus estrechas relaciones con el régimen cubano, le abrió las puertas a la santería. Fidel Castro aprovechó el talante supersticioso de Chávez para ponerlo en manos de los babalawos o santeros que invadieron como plaga de langostas a Venezuela para penetrar todos los estratos sociales y servir de espías del tirano que imperaba en la isla prisión.

El libro se lee de corrido. Es fascinante y, en algunos de sus apartes, aterrador. La santería. bien sea la cubana o la más vinculada con sus antecedentes africanos, se impuso en Miraflores, la residencia presidencial, y se extendió hasta el pueblo llano. Hay un capítulo especialmente crudo sobre el tráfico de restos humanos que se utilizan para los rituales de la palería, así como un relato estremecedor sobre el ritual que practicó Chávez en torno de los restos de Bolívar, dizque para ser poseído por su espíritu. Bien se sabe que Chávez mantenía en su comedor y en reuniones que celebraba una silla vacía para que la ocupara el Libertador.

Toda esa hechicería no pudo impedir que lo invadiera el cáncer. Doblegado por éste, pidió los auxilios de la religión católica y al parecer murió invocando a Nuestro Señor Jesucristo, no sin antes haber pedido su protección en La Grita, como también la de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela.

Recuerdo que militares venezolanos que lo acompañaron a la Cumbre Iberoamericana que se celebró en Santiago contaron que hizo comprar cantidades de vino para llenar la bañera del recinto en que se hospedaba y sumergirse en ella. No sé si esa práctica tenía que ver con sus supersticiones o hacía parte de su extravagancia.

El caso de Maduro es quizás peor. En "El Dictador y sus Demonios", Placer cuenta que, fuera de sus prácticas espiritistas y santeras, se hizo seguidor de Sathia Sai Baba, un famoso gurú indio que se creía un dios hacedor de milagros (vid. Sathya Sai Baba - Wikipedia, la enciclopedia libre). Se habla de las fortunas que ha dilapidado pagando brujos en Cuba y de las ceremonias de hechicería que se realizan en la residencia presidencial (vid. El dictador y sus demonios: La secta de Nicolás Maduro que secuestró a Venezuela by David Placer | Goodreads).

En la presentación del libro se dice:

" Maduro, de la mano de su mujer, la supersticiosa Cilia Flores, quería tocar las puertas del cielo, pero terminó construyendo en Venezuela el peor de los infiernos. El devoto del gurú indio Sai Baba se rodeó de ministros sectarios y fanáticos que tejieron una red de espionaje invisible e inviolable, construyeron las más terroríficas mazmorras y dirigen una red de exterminio para aniquilar a opositores y a chavistas disidentes con total impunidad."

En Venezuela reina un demonio. Es un país dominado por el Príncipe de las Tinieblas, lo mismo que Haití, Nicaragua y, por supuesto, Cuba.

Reitero que el nuestro no está lejos de caer bajo sus garras. La pareja que nos desgobierna realizó poco antes del 7 de agosto de 2022 en un parque bogotano una estrafalaria "posesión espiritual" en la que se practicaron rituales dizque propios de nuestros ancestros indígenas y afrodescendientes, pero probablemente  impregnados de hechicería y quizás de satanismo.

Como la nuestra ya no es una Iglesia militante, sino claudicante, no alza su voz para advertir los riesgos que para la salud espiritual de la población acarrean esas oscuras tendencias.

Insisto en que debemos orar mucho por la salvación de Colombia, que va por un despeñadero, guiada por un personaje oscuro como el que más.

miércoles, 7 de agosto de 2024

¡Muera el mal gobierno!

Los comuneros se alzaron en la Nueva Granada bajo la consigna de "¡Viva el rey y muera el mal gobierno" (vid. Heroínas: Manuela Beltrán heroína de la independencia de Colombia (heroinas.net).

Ya no tenemos rey, pero sufrimos el oprobio de un desgobierno que al promediar su mandato ha abundado en desaciertos y, para peor, ha sumido en hondas y graves preocupaciones a nuestros compatriotas por lo que podría acontecernos en el inmediato porvenir, habida consideración de lo que sucede en la vecina Venezuela.

¿Veremos el final de este deplorable mandato el 7 de agosto de 2026 o la caterva que lo rodea insistirá en prolongarlo, así sea en cabeza ajena?

Conviene recordar que quien ocupa hoy en nuestro país la jefatura del Estado lo hace violando el artículo 197 de la Constitución Política, que prohíbe que sea elegido para ejercerla a quienes hayan sido condenados en cualquier época por sentencia judicial, a pena privativa de la libertad, excepto por delitos políticos o culposos. 

El que nos desgobierna fue, en efecto, condenado por la justicia penal militar entonces vigente en el país, entre otros por el delito de porte ilegal de armas. Es un hecho notorio que él mismo ha reconocido que pagó cárcel por ello, pero cuando alguien intentó impedir por la vía judicial que se lo eligiera por votación popular para un cargo público, no logró ´probarlo porque había desaparecido en el expediente respectivo el original de la sentencia condenatoria. Ello sucedió probablemente por obra de una mano criminal que cometió el delito de falsedad en documento público. La administración de justicia, al parecer, no lo investigó y es por ello que no se pudo lograr la nulidad de la elección.

Estamos desgobernados por alguien que tiene antecedentes criminales de los que se ufana, pues los justifica alegando que luchaba contra un régimen tiránico. ¿Lo era el de Julio César Turbay Ayala, el de Belisario Betancur Cuartas o el de Virgilio Barco Vargas?

Es un personaje que se formó en la ilegalidad y es muy poco el respeto que a pesar del perdón que a sus conmilitones del M-19 les otorgó el Congreso ha mostrado en torno de nuestras instituciones. No se siente a gusto como gobernante con el sistema de pesos y contrapesas con que lo limita la Constitución Política y no pocas de sus acciones tendientes a socavarlo parecen copiadas de las que ha utilizado Putin para instaurar un régimen dictatorial en Rusia, según lo reseñé en mi más reciente artículo, o, para no ir tan lejos, sugieren cierta similitud con las trapisondas del chavismo en Venezuela.

Ahí residen los profundos temores que a diario se ponen de manifiesto en los medios, sobre todo cuando se considera la posibilidad de que influya decisivamente en las elecciones de nuevos magistrados de la Corte Constitucional o de nuevo Procurador General de la Nación, que son órganos que todavía parecen dar cuenta del vigor de nuestra institucionalidad.

No sabemos si el Congreso logrará superar la tentación de la suculenta "mermelada" con la que ya se sabe que se ha comprado a influyentes miembros suyos, pues si bien ha frenado algunas de sus inquietantes iniciativas, no se advierte el avance del juicio político que debería adelantarse por la ya indiscutible violación de lo dispuesto por el artículo 109 de la Constitución Política,

El flamante embajador ante la FAO, en un impromptus, hizo saber que a la campaña entraron ilegalmente $ 15.000.000.000, lo cual corroboró un exmagistrado venezolano afirmando que el dinero provino del "Cártel de los Soles" que impera en el vecino país (vid. https://www.youtube.com/watch?v=wWfqNPw-uog). ¿Por qué esto no ha sido objeto, como coloquialmente se dice, de "exhaustiva investigación"?

En mi más reciente artículo escribí que Colombia no es todavía un Narcoestado, pero va en camino de serlo siguiendo los pasos de Venezuela. No lo es, porque quedan vestigios de institucionalidad independiente y responsable. Pero corre peligro de serlo si los frenos institucionales se deterioran y continúa extendiéndose a lo largo y ancho del territorio el control que ya ejercen desaforadamente las organizaciones criminales que el que nos desgobierna ha dejado que obren a sus anchas so pretexto de una inconcebible "paz total".

Si a ello se agregan el debilitamiento, la desmoralización y la humillación a que viene sometiendo a la fuerza pública, así como la defensa contra toda evidencia ya declarada por la justicia penal de la ominosa Primera Línea, vaya uno a saber si reforzada por los millones que se ofrecen a cien mil jóvenes dizque para que no delincan, el panorama se torna más oscuro. ¿No son cien mil los integrantes de los feroces colectivos chavistas que oprimen a la población venezolana?

No cabe duda de que padecemos un mal gobierno. Quiera Dios que no pase del 7 de agosto de 2026.


lunes, 5 de agosto de 2024

Regímenes mafiosos: ¿agentes demoníacos?

Después de publicar mi reciente escrito sobre el gangsterismo político, encontré en Amazon un libro de palpitante actualidad sobre el dominio que las mafias ejercen sobre Rusia. Su título es "Putin's Mafia State: A Story of Corruption, Control, and the Failure of Democracy in Russia". Su autor: Leonid Nevzlin (vid. https://www.amazon.com/dp/B0D3F1K1QK/ref=docs-os-doi_0). 

No dudé en descargarlo inmediatamente a través de Kindle y abordar cuanto antes su lectura, que ofrece un panorama desolador del régimen que domina en tan significativo país, del que depende hoy no sólo la paz mundial, sino el futuro mismo de la humanidad.

Los datos del libro fueron aportados por personas residentes en Rusia que no pueden dar a conocer sus identidades porque temen justificadamente por sus vidas. El autor reside en Israel. Hubo de renunciar a la ciudadanía rusa debido a su oposición a Putin (vid. Nevzlin, Leonid Borisovich (jewishvirtuallibrary.org).

La descripción de un régimen mafioso como el que impera en Rusia y otras latitudes muy cercanas a nuestro país es desoladora. La Constitución y la institucionalidad en general son de fachada. Hay unas reglas no escritas y una organización real que dependen de una camarilla que ha capturado el poder público para la satisfacción de sus propios intereses centrados básicamente en el enriquecimiento personal. Ni la administración de justicia ni la fuerza pública son confiables, pues les toca someterse a los dictados gubernamentales. Ningún derecho les es oponible. Quien los desafíe paga con su vida.

Lo que estamos viendo que sucede en Venezuela es un pálido remedo de la realidad rusa, pero muestra a lo que se llega cuando un poder desaforado se salta todas las talanqueras con que la juridicidad trata en vano de sujetarlo. 

Esto no es nuevo en lo que José Martí llamaba Nuestra América. Hace relativamente poco se reeditó entre nosotros el libro de Germán Arciniegas titulado "Entre la Libertad y el Miedo", que describe cómo las dictaduras del entorno que nos rodea competían en cinismo y brutalidad, tal como hoy se sufre en Venezuela, en Nicaragua y ha quedado como herencia de más de medio siglo de castrismo en Cuba.

Un libro muy interesante, aunque algo discutible en lo que toca con algunas de sus hipótesis, enseña que a Fidel Castro ya desde su época de estudiante universitario se lo consideraba en Cuba como un gángster, lo cual no era extraño en el enrarecido escenario político de la actual isla prisión. Su autor, Servando González, lo acusa de haber participado en el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, hecho luctuoso que nos ha acarreado males sin cuento (vid. (99) La CIA, Fidel Castro, el Bogotazo y el Nuevo Orden Mundial | Andy Chavez - Academia.edu¡EL BOGOTAZO! "Fidel Castró mató a Gaitán el 9 de abril", escritor Servando Gonzáles. (youtube.com).

Arciniegas nos ofrece un capítulo extravagante sobre un dictador salvadoreño que practicaba la brujería y gobernaba según los mensajes que descifraba de unos frasquitos que mantenía en la azotea de su residencia presidencial. El satanismo está entronizado hoy en Nicaragua, que gime bajo la nefasta influencia de Rosario Murillo, de le que se dice que es una bruja poderosísima (vid. https://www.youtube.com/watch?v=Kq7FWZBlq-E). Y si de brujería hablamos, hay muchos rumores sobre su influencia no sólo en la Venezuela de hoy, sino en nuestro propio país. Lo de Haití es capítulo aparte. Nadie duda de que está bajo las garras de potencias infernales.

Venezuela es hoy a las claras un Narcoestado. Colombia no lo es todavía, pero va camino de serlo bajo el mando de seres oscuros como el que para nuestro infortunio nos desgobierna y su secuaz en la vicepresidencia.

Como creo firmemente en Dios, pero también en la existencia y el poder del Maligno, no dudo del control que ejerce sobre los regímenes mafiosos a los que hago referencia. Pese a los escépticos y descreídos, considero que estamos hoy en el escenario de una batalla cósmica entre las fuerzas del bien y las potencias infernales que luchan por la sujeción e incluso la destrucción de la humanidad.

Lo dijo San Pablo VI: "A través de alguna grieta el humo de Satanás ha entrado en el templo de Dios" (vid. STAT VERITAS: Pablo VI: “A través de alguna grieta ha entrado, el humo de Satanás en el templo de Dios”. (statveritasblog.blogspot.com)

Si hasta allá alcanzan sus tentáculos, ¿qué decir de los gobiernos?