martes, 31 de mayo de 2022

Mil veces mejor el ingeniero que el guerrillero

Los resultados electorales del pasado domingo trajeron consigo no pocas sorpresas, pero al mismo tiempo corroboraron algo que podía avizorarse según la lectura de las encuestas, a saber: que el techo de Petro ubica cerca del 40% del electorado y que el 60% restante no quiere un programa que nos ponga en la triste situación que padecen hoy nuestros hermanos de Venezuela. El pueblo colombiano quiere cambios, pero no los que ofrece Petro, que implican saltos al vacío, sino unos centrados en nuestras realidades. En síntesis, cambios para mejorar y no para empeorar.

Al tenor de las circunstancias del día de hoy, parece imposible que Petro logre en la segunda vuelta que tendrá lugar el próximo 19 de junio aumentar su caudal de votación hasta el punto de la mayoría absoluta. Lo más probable es que Rodolfo Hernández sume a los seis millones y medio de votos que acaba de obtener los cinco millones que le ofreció sin contraprestación Fico, más otros que puedan aparecer en el camino.

Petro tiene razón cuando dice que con estas elecciones se pone fin a una época de nuestra historia y se da comienzo a otra. Pero se equivoca cuando afirma que la nueva que ahora se inicia es la que él promete, vale decir, la de la instauración del Socialismo del Siglo XXI en Colombia. Es claro que el pueblo no cree en esas promesas y muchísimo menos en el truhan que las ofrece.

La votación de Rodolfo Hernández , como también la de Fico y la de Fajardo, no sólo representa el rechazo al petrismo, sino a la corrupción que es como un cáncer que azota al país y al que no es ajeno un conglomerado que agrupa a Piedad Córdoba, Roy Barreras, Benedetti, Julián Bedoya y otros especímenes que Petro ha venido acumulando en su colector de basuras.

Hay que admitir que la corrupción no es propia tan solo del petrismo, dado que atraviesa todo el restante espectro político hasta el punto de invadir las diferentes esferas del poder estatal. Muchos que no la comparten e incluso la critican han llegado a la conclusión de que no hay otro remedio que convivir con ella como si se tratase de un mal menor.

La tesis del ingeniero es muy distinta. No sólo hay que censurarla, sino combatirla atacándola en todos los frentes. Fajardo ha dicho que hay que recuperar la decencia en la política, lo cual se traduce en las consignas de Rodolfo: "No mentir, no robar, no traicionar, cero impunidad".

Estas banderas le darán seguramente el triunfo en la segunda vuelta, pues resumen las más hondas aspiraciones ciudadanas. Pero suscitarán reacciones soterradas de quienes hoy se benefician del abuso de los recursos públicos. Ya veremos a los congresistas, los beneficiarios de la desmadrada contratación estatal, los funcionarios inservibles y muchos otros más conspirando contra Rodolfo con toda la panoplia de armas arteras que aparezcan a su disposición.

Hay que votar copiosamente por el ingeniero y, sobre todo, apoyarlo con denuedo en las batallas que le tocará librar para poner orden en las finanzas públicas, de modo que sirvan para atender a las necesidades populares y no a intereses oscuros que hoy se aprovechan de ellas.

Rodolfo Hernández no es perfecto, su talante puede resultar desagradable, no se comporta como un dechado de buenas maneras, pero le sobra lo que hoy se requiere para enderezar el rumbo que traemos: carácter. 

Unas palabras finales sobre Fico: realizó una campaña admirable, digna de mejor resultado, que lo ubica dentro de los líderes con que el país tendrá que contar para los tiempos que se avecinan. Puso en alto el nombre de Antioquia, que respondió a su llamado con una nutrida votación. Hoy Antioquia tiene quien hable por ella con autoridad y dignidad. El mapa electoral insinúa que es necesario pensar en un rediseño de nuestro ordenamiento territorial. Antioquia siente y piensa por sí misma: quiere autonomía.


viernes, 27 de mayo de 2022

Cedo la palabra

Comparto con mis lectores las expresivas palabras de apoyo a la candidatura de Fico que publicó en Facebook mi muy apreciada amiga Luz Stella Jaramillo Mejía:


🇨🇴🇨🇴🇨🇴 Colombia con FICO🇨🇴🇨🇴🇨🇴
Me sueño un país en paz en donde podamos estar tranquilos y salir a disfrutar de nuestras bellezas naturales y sus gentes maravillosas!
Me sueño un país en donde los niños y los viejos puedan seguir soñando sin miedos ni incertidumbres!
Me sueño un país en donde los jóvenes puedan innovar, salir a hacer deporte, recrearse en el arte y trabajar para desarrollar sus potencialidades!
Me sueño un país sin hambre ni pobreza en donde todos podamos seguir adelante construyendo sueños !
Me sueño un país en donde se respeten las diferencias, se de la inclusión en todos los campos y se respete la dignidad del ser humano!
Me sueño un país en donde todos podamos ocupar un espacio digno para nuestro descanso!
Me sueño un país en donde todos nos podamos ayudar y ser solidarios unos con otros sin distingos de ninguna clase!
Tengo la certeza de que FICO y Rodrigo, al timón de este barco nos conducirán por caminos que permitirán que todos alcancemos lo propuesto!
A salir con fé en Dios , sin miedo y con confianza y esperanza a votar este Domingo 29 .

domingo, 22 de mayo de 2022

Fico: El líder que Colombia necesita


Seguí con interés el excelente reportaje que para Semana le hizo Vicky Dávila a Fico (vid. Fico: Nos unimos o nos jodemos - YouTube). Lo recomiendo vivamente a los escépticos que descreen de la juventud del candidato y consideran que no le cabe el país en la cabeza. Todo lo contrario: muestra criterio y carácter para abordar la difícil problemática que atravesamos.

El contraste que ofrece respecto de su más fuerte contendor, Gustavo Petro, es elocuente. Petro es esclavo de sus condicionamientos ideológicos, centrados, como lo afirman quienes lo conocen bien, en un credo marxista-leninista mandado a recoger y, por ende, obsoleto. Dicen algunos de ellos que sigue recitando la cartilla de sus primeras letras en política cuando siendo adolescente adhirió al M-19 e hizo ahí su deshonroso curso criminal, del que no ha mostrado signo alguno de arrepentimiento. Fico, en cambio, exhibe un talante pragmático, desligado de acartonamientos doctrinarios y centrado en la observación de las realidades. Lo suyo, como lo dice cada que puede, tiene que ver con el sentido común.

Bismarck decía que la política es el arte de lo posible y a ello se acoge Fico. Su formación como ingeniero le aporta disciplina intelectual para examinar los contornos de cada problema y ponderar las soluciones adecuadas de acuerdo con los recursos de toda índole que estén a la mano, a diferencia de Petro, que exhibe visos delirantes. No en vano hay quienes consideran, yo entre ellos, que su estado mental es fuente de inquietud. 

En Petro se conjugan malas ideas  y pésimas condiciones personales. Todo lo contrario de Fico, cuyos planteamientos son razonables y goza de una personalidad que inspira confianza.

En escritos anteriores he observado que entre ambos media la distancia que separa a la luz de la oscuridad. Fico es luminoso, diáfano, confiable. Petro, por el contrario, es lóbrego. Su talante es demoníaco y genera odio, contradicción, miedo.

Fico ha adoptado una divisa positiva: unir al país, aprovechar lo mejor de sus recursos humanos, servirse de las iniciativas más favorables, vengan de donde vinieren. Su propósito es continuar lo que funciona bien y mejorar lo que se vea que es deficiente. Ofrece cambios positivos y no destructivos, como los que se han producido en Venezuela y amenazan ahora a Chile y Perú.

"La Revancha de los Poderosos", de Moisés Naím, ilustra con agudeza lo que podría sucedernos si Petro llegara a ser presidente. Triunfaría con él lo que Naím llama la "Gran Mentira"; el suyo sería un gobierno criminal; con él se instauraría la autocracia; dominarían unos cárteles políticos llamados a eliminar la sana competencia por el poder; se impondrían relatos o narrativas iliberales. En síntesis, desaparecerían, como en Cuba, Venezuela y Nicaragua, nuestra democracia y nuestras libertades.

Fico es consciente de de nuestras debilidades institucionales, pero su programa tiende a superarlas y no a agravarlas, como sucedería bajo un gobierno de Petro.

La observación de los fenómenos políticos permite formular distintas consideraciones sobre los liderazgos llamados a la conducción de las sociedades. Los hay sanos, positivos, promotores de la armonía social, como el que caracteriza a Fico; pero también lo hay tóxicos, disolventes, corrosivos, llamados a agudizar las contradicciones colectivas, tales como el que ostenta Petro.

Hay una serie en Netflix que conviene que mucha gente vea, relacionada con líderes del siglo XX que se convirtieron en  el enemigo interno que identifica con las clases así sea medianamente acomodadas. Fico afirma que con él sólo deben temer los corruptos y los violentos, que, por contraste, se apiñan en torno a Petro. 

Falta una semana para la jornada electoral. Cada ciudadano debe reflexionar sobre la responsabilidad que le compete para con él mismo, su familia y la patria colombiana. Le compete votar escrutando su conciencia, que es la fuente de su libertad. Básicamente, hay dos opciones viables para elegir: Fico y Petro. Con el primero se abre un rumbo sosegado en el que reinarán la sensatez y la moderación. El segundo ofrece sobresaltos, diríase que una montaña rusa erigida sobre bases frágiles. Ahí reinaría el espíritu de aventura que trae consigo la ruina del edificio social.

martes, 17 de mayo de 2022

El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde

Estuve escuchando la reciente entrevista que le hizo Vicky Dávila a Gustavo Petro y me llamó la atención el contraste tan agudo que se pone de manifiesto con la oratoria del candidato en las plazas públicas.(Vid. (562) “Gobernaré para todos”: Gustavo Petro en entrevista para SEMANA | Semana Noticias - YouTube)

Mientras que en su encuentro con Vicky se muestra sosegado y trata de ser amable, en su contacto con el pueblo sobresale la fiera que lleva por dentro. Ello trae a mi memoria el extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde que relata Stevenson en uno de sus más famosos escritos. Vid. ✨ - Dr. Jekyll y Mr. Hyde : Resumen (dejaneausten.com)

Desde luego que hay diferencias entre los personajes. El Petro que actúa en plaza pública es bastante parecido a Mr. Hyde. En cambio, el de la entrevista con Vicky Dávila no se identifica del todo con el muy amable y ponderado Dr. Jeckyll, pues aunque habla en tono menor no deja de mostrar su talante pugnaz y su incurable mendacidad.

La entrevistadora se esforzó en mostrar los aspectos positivos del personaje. La resultante es un Petro edulcorado, si bien con gotas amargas. Pero éstas no dejan de producir un mal sabor.

Petro, como suele decirse hogaño, se orienta por unas narrativas aparentemente hilvanadas, pero artificiosas y muy poco acordes con la realidad. Posa de economista, de filósofo político, de historiador, de sociólogo y hasta de jurista, con una labia que descresta a un auditorio poco cultivado, pero resulta inquietante para los que gozan de alguna formación y la atienden con sentido crítico. Como decía Raymond Aron acerca de alguno de sus contradictores, habla "con el aplomo que da la ignorancia". Reitero que es un charlatán desaforado.

Su ignorancia es supina cuando, por ejemplo, se lo escucha disertar sobre el tema de la extradición. No le han dicho que con los Estados Unidos no tenemos tratado vigente, pues la Corte Suprema de Justicia declaró en 1986 la inexequibilidad de la ley que lo aprobó, por lo que el tema se maneja hoy con base en el Código de Procedimiento Penal. Pero él insiste en que hay un tratado que debe renegociarse.

Sus tesis sobre el problema de los cultivos de coca y el modo de afrontarlos son delirantes. Insinúa que los campesinos que se dedican a ello fueron expulsados hacia la selva por los actuales propietarios de las mejores tierras y aquéllos se encontraron ahí con una planta autóctona. No tiene claridad sobre cómo resolver el delicadísimo asunto del narcotráfico. Y llega al extremo de sostener que el petróleo y el carbón, de los que dependen en muy buena medida nuestros ingresos por concepto de exportaciones, son tan perjudiciales como la cocaína.

En otra oportunidad, cuando le preguntaron sobre las alternativas para reemplazar esos ingresos, sin inmutarse contestó que con la industrialización del café y del cannabis. La gente se burla de Francia Márquez, que cuando sale a hablar resulta con despropósitos como el de los huevos que importamos de Alemania. Pero su compañero de fórmula no se queda atrás.

Proclama que con el proteccionismo y la reforma agraria integral el país obtendrá la autarquía alimentaria y se industrializará. Como dice su rival Rodolfo Hernández, Petro nunca ha trabajado en algo útil e ignora,  por consiguiente, las dificultades que rodean a quienes se dedican a laborar en el agro y a gestionar empresas de cualquiera índole. Los ideólogos que lo inspiran no le dicen que la productividad de las actividades económicas no se logra espantando a los emprendedores.

Como la entrevista de marras buscaba ofrecer una imagen positiva de Petro, en ella se dejó de lado todo aquello que pudiera molestarlo. Nada se dijo de su oscuro pasado del que no se ha arrepentido un solo momento. Tampoco se habló de sus relaciones con Cuba, Venezuela y el Socialismo del Siglo XXI, ni de sus propuestas sobre las pensiones o de su empeño en perseguir a los tenedores de bienes con impuestos opresivos. Aunque proclamó hace poco que lo suyo entrañaba un pacto con Satanás, a Vicky Dávila se le ocurrió declarar que cada vez es más católico. Muchísimo menos se hizo referencia a su desastrosa gestión como alcalde de Bogotá.

El Estado asistencialista hasta el extremo que propone desbordaría el gasto público en proporciones inimaginables. Las soluciones que ofrece para instaurarlo radican en impuestos confiscatorios y emisión monetaria capaz de suscitar una inflación incontenible. En otra oportunidad le preguntaron qué haría si los congresistas no lo apoyaran y contestó sin vacilar que, en tal caso, les echaría el pueblo encima. Para eso tiene ya a los facinerosos de la Primera Línea, su cuerpo de choque.

El extinto Alberto Aguirre solía decir de ciertos productos culturales en exceso edulcorados que eran pura melcocha. Pero lo que arroja cuando se manifiesta como el Mr. Hyde que en el fondo es, constituye un veneno letal como pocos. Esa pócima es comparable al famoso bálsamo de Fierabrás.

Cuando observo a Petro, no dejo de pensar en el atroz redentor de que se se ocupa Borges en uno de los capítulos de su Historia Universal de la Infamia.



martes, 10 de mayo de 2022

Réquiem por Doña Helena Baraya de Ospina

Esta madrugada falleció en Bogotá la esclarecida dama doña Helena Baraya de Ospina, viuda de Mariano Ospina Hernández, de quien fue compañera ejemplar.

Preocupada junto con su hoy finado esposo por la incierta situación de Colombia, dieron vida a "La Luciérnaga Azul", concebida como un espacio digital que pudiese servir como medio de información, de pensamiento y de discusión sobre los graves problemas que nos afectan en la actualidad.

La suerte de la patria estuvo en el centro de las preocupaciones  de ambos esposos  hasta el final de sus vidas. Cuando habrían podido dedicarse a disfrutar de sus últimos años, su sentido de la responsabilidad para con este país que los colmó de honores los indujo a emprender la ardua tarea de animar y sostener este medio que ha ganado una muy buena reputación por la calidad de sus contenidos.

Doña Helena fue un dechado de virtudes. Fuera de su simpatía personal, enmarcada dentro de un digno señorío propio de su egregia estirpe, se distinguió por su espíritu emprendedor, incansable como pocos, puesto al servicio de iniciativas cívicas destinadas al mejoramiento de las condiciones de vida de nuestras comunidades. El bien de Colombia estaba presente en todas las actividades que realizaba.

En Medellín se recuerda su gestión al frente de Turantioquia, así como el interés que puso en el cultivo de las orquídeas, que era, más que una afición, una pasión de su familia política. La floricultura es uno de los aspectos más elevados de la identificación del espíritu humano con el medio natural que lo rodea. Diríase que entraña una colaboración con la esmerada obra del Creador. Es un profundo acto de amor.

La vida siempre es procelosa, así se cuente con medios materiales para sostenerla. Todos tenemos que afrontar dificultades de varia índole y el matrimonio Ospina Baraya no fue la excepción a esa regla inexorable. Pero, confiados en la gracia de Dios y sometidos a sus designios providenciales, supieron sortearlas con entereza digna de todo encomio.

Su ausencia no sólo enluta a su familia, sino también a todos los que de algún modo tuvimos que ver con ella. La recordaremos siempre con afecto y admiración, seguros de que nuestro Dios misericordioso la recibirá en su reino celestial y la iluminará por toda la eternidad.

Reciban los suyos la manifestación de nuestra más sentida condolencia.

miércoles, 4 de mayo de 2022

Un Pacto con Satanás

 Pudo haberse tratado de un lapsus linguae, pero a todas luces bien diciente. A Petro se le ocurrió proclamar hace poco en un discurso de plaza pública en Santa Marta que su proyecto de transición del país en todos los órdenes entraña de todo corazón "un pacto con Satanás", aunque luego añadió que, si se quiere, podría serlo con el Jesús comprometido con los pobres.

¿Qué sentido tiene juntar a Satanás con Jesús en una empresa política?

Eso sólo se le ocurre a alguien que está tocado de la cabeza, como es el caso de Petro.

Tal como lo observa Saúl Hernández Bolívar, Petro representa un peligro gravísimo para Colombia, no sólo por sus ideas, sino por sus inquietantes condiciones personales. Tiene todas las trazas de ser un enfermo mental, aficionado al licor en exceso y tal vez a las drogas, fuera de otras peculiaridades que hoy se considera que no deben mencionarse, porque atañen a sus costumbres íntimas (vid. Petro, ¿el país en manos de un enfermo? – La Linterna Azul).

En varios escritos me he referido a él como un endemoniado. Es fama que en su entorno se practica la brujería, tema que salpica también a su compañera de fórmula, Francia Márquez, de la que circula una foto en la que aparece haciendo un extraño ritual que, por lo menos, es propio de una santera.

La incredulidad reinante en nuestras altas esferas es escéptica acerca de la funesta acción que en las sociedades realizan las potencias infernales. Pero hay muchas evidencias que la avalan. Como lo observó en alguna oportunidad el entonces cardenal Ratzinger, nos encontramos con tales hechos malignos que no podemos explicarlos sino por fuerzas ocultas que van más allá de la condición humana. Y Colombia ha sido escenario de la presencia de ellas en múltiples ocasiones.

Los dirigentes políticos suelen ostentar virtudes y defectos propios de personas del común. No es el caso de Petro, que no muestra las primeras y es pródigo en los segundos. Uno no se explica qué le admiran sus seguidores, pues lo que más le celebran, su facilidad de expresión, no es otra cosa que garrulería delirante y engañosa.

En su discurso de Santa Marta habló de las diferentes transiciones que le propone al país. Pero, ¿cuál es el modelo de sociedad que pretende instaurar, no en uno sino en varios cuatrienios?

Vaya uno a saberlo. Lo más probable es que piense en Cuba y en Venezuela, pero se niega a admitirlo públicamente porque sabe que ello le restaría votos. Cuando le preguntan por sus coincidencias con  Chávez y  Maduro, sesga la repuesta y hasta se enoja. 

Mi apreciado discípulo y amigo Juan David García Vidal ha elaborado un valioso trabajo sobre las lecciones de los países exitosos. Por supuesto que Petro no lo conoce ni tiene interés en abordarlo. Pero ninguna de sus propuestas se identifica con las que han hecho la prosperidad de esos países. Las hay que son inviables, como acaba de decirlo Lula respecto de sus tesis sobre la transición energética. Otras son francamente ruinosas, tal como lo han señalado nuestros economistas más competentes.

Que a Petro lo siga el vulgo, como los que seguían al flautista de Hamelin, es algo que se entiende. Pero que se sientan seducidos por él personas que uno creía serias, es algo que solo resulta comprensible cuando se piensa en el poder del resentimiento, los prejuicios o las utopías. Síganlo en su brebaje que mezcla a Jesús con Satanás y ya verán en qué para esa borrachera.