lunes, 24 de enero de 2022

Velad y Orad

 He visto en las redes sociales la homilía de un sacerdote que dice que

cuando los comunistas tomaron el poder en Portugal, Sor Lucía tuvo una
revelación de la Santísima Virgen según la cual, si un millón de
portugueses se unían en en el rezo del Rosario, el país superaría ese
flagelo. Y así ocurrió. Los comunistas sólo duraron un año en el
gobierno.

Algo parecido sucedió en Austria para impedir su anexión al Imperio
Soviético después de la II Guerra Mundial. Se cree que la resistencia
ciudadana, alimentada por la oración, logró que los rusos desistieran
de someterla al régimen de sus demás satélites de la Europa oriental.

Colombia afronta hoy el mayor peligro de su historia, consistente en
que un comunista como Gustavo Petro triunfe en las próximas elecciones
presidenciales. Desde hace más de noventa años nuestro país ha venido
defendiéndose del asedio rojo. En buena medida, las peripecias de
nuestro devenir histórico a lo largo de casi un siglo se explican en
función de la amenaza comunista, que pudo conjurarse en las últimas
décadas del siglo pasado gracias al apoyo popular a los dos partidos
históricos. Pero la crisis de los mismos, aupada por la Constitución
de 1991, ha dado lugar a una dispersión de las fuerzas políticas que
favorece a los extremistas de izquierda. Colombia es hoy un país
desorientado que ofrece un terreno fértil para la acción de demagogos
y aventureros.

Los creyentes consideramos que la Providencia actúa en la vida de las
sociedades. Y en situaciones tan inciertas como la que atravesamos hoy
en nuestro país, pensamos que la oración es un remedio eficaz para
encauzarlo por buen camino.

Hay que rogar para que la Comunión de los Santos ilumine a nuestros
dirigentes y al pueblo en general para que en los procesos electorales
que se avecinan se obre con buen sentido y logre evitarse la caída en
el abismo hacia el que nos llaman las fuerzas disolventes y malignas
que lidera Gustavo Petro.

Insisto en el carácter demoníaco de este oscuro personaje que se niega
a dar explicaciones convincentes sobre su pasado guerrillero y no
muestra señal alguna de arrepentimiento por las tropelías en que
incurrió haciendo parte del tenebroso M-19.

Su proyecto político delirante es totalitario y liberticida. Su modelo
se inspira en los regímenes imperantes en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Es incomprensible que dirigentes que se dicen liberales lo estén
apoyando.

Nosotros estamos, como suele decirse, dejados de la mano de Dios.
Volvamos nuestra mirada hacia Él, para que nos proteja de tan ominosas
perspectivas.

jueves, 13 de enero de 2022

Cosa de Locos

Leo en el No. 294 de los Pensamientos de Pascal lo siguiente:

"No se imagina uno a Platón y Aristóteles más que con grandes togas de parlantes. Eran personas atentas, y como las demás, reían con sus amigos; y cuando se han distraído escribiendo sus Leyes y su Política, lo han hecho como jugando; era ésa la parte menos filosófica y menos seria de su vida: la más filosófica era vivir sencilla y tranquilamente. Si han escrito de política, era como si trataran de arreglar un hospital de locos; y si han aparentado hablar de ello como de una gran cosa, es que sabían que los locos a quienes se dirigían pensaban ser reyes y emperadores. Tenían en cuenta sus principios para moderar su locura, lo menos mal que se podía hacer" (Pascal, "Pensamientos", Sarpe, Madrid, 1984, p. 104).

Observando lo que sucede en la Colombia de hoy no queda otro remedio que darle la razón a Pascal: la cordura está ausente en nuestros procesos políticos.

Hay un aspirante a la presidencia que campea en las encuestas sobre otros que individualmente considerados no le hacen mella. Y ese aspirante, Gustavo Petro, exhibe todas las trazas de ser no solo un enfermo mental, sino moral. Los que lo conocen de cerca consideran que es una mala persona. Eso se advierte a las claras cuando se observan sus actitudes, sus discursos, sus propuestas. Es algo peor que un líder tóxico: un ser de talante demoníaco.

El suyo, igual que el del desgraciado personaje de ese tangazo que titula "Como abrazado a un rencor", es "un pasado sin honor".

Por más que trate de ocultar su mala vida pasada, una multitud de hechos tozudos lo señalan con dedos acusadores. Se habla del sadismo con que trataba a las víctimas de los secuestros del M-19, de la violencia que ejercía como recaudador de las extorsiones de esa organización criminal, del fanatismo de sus ideas que lo llevó a pesar de su juventud a ocupar altos puestos en su dirigencia. Si no participó directamente en el holocausto del Palacio de Justicia, fue porque estaba detenido por porte ilegal de armas, hecho que dio lugar a que la justicia penal militar emitiera en contra suya sentencia condenatoria.

Según los artículos 179 y 197 de la Constitución, no puede ser elegido como congresista ni como Presidente de la República quien haya sido condenado en cualquier época por sentencia judicial, a pena privativa de la libertad, excepto por delitos políticos o culposos. Pero, habida consideración de sus artimañas, ese fallo de la justicia penal militar no ha tenido efectos para impedir su llegada al Congreso, ni frustrará sus aspiraciones presidenciales.

Hay consenso sobre su pésima gestión al frente de la Alcaldía de Bogotá. Felipe Rodríguez Marroquín y Nicolás Gómez Arenas publicaron un denso libro de 400 páginas titulado "Lo que Petro niega sobre la corrupción de la Bogotá Humana", en el que detallan múltiples irregularidades en que incurrió al frente de la administración de la capital (vid. ‘Lo que Petro niega sobre la corrupción de la Bogotá Humana’, un libro que dará mucho de qué hablar - Noticentro 1 CM& (canal1.com.co). En Youtube puede verse una inquietante información sobre el entorno corrupto de Petro y compañía (Vid. La corrupción de la Bogotá Humana durante la alcaldía de Gustavo Petro - YouTube). Los testimonios son abrumadores.

Se habla mucho de sus poco encomiables costumbres privadas. Se encuentra en Facebook una filmación en la que aparece izando la bandera LGTBIQ+ mientras anuncia con alborozo la conjunción del movimiento socialista con el movimiento gay. A despecho de ciertas manifestaciones oportunistas sobre su religiosidad, destinadas a atraer sobre todo a fieles evangélicos, todo indica que su credo y sus comportamientos distan muchísimo de los de alguien respetuosos de las creencias de la mayoría del pueblo colombiano. 

Petro es comunista. Trata inútilmente de ocultar su verdadera identidad política, pues se ha valido de la mentira para pescar incautos por doquiera. Pero no puede ocultar sus vínculos con las dictaduras cubana y venezolana. Su proyecto de una "Colombia Humana", para cuya realización dice que requiere de varios períodos presidenciales, conlleva una transformación profunda que derive en la instauración del Socialismo del Siglo XXI, que no es otra cosa que una variante del pensamiento comunista.

Es inconcebible que quienes dicen llamarse liberales adhieran, so pretexto del "progresismo", a una propuesta política que es radicalmente antiliberal, pues a no dudarlo es totalitaria y liberticida. La idea que alberga Petro de la democracia, que dice haberla heredado del M-19, no es la de un régimen que invita a ser reflexivos y tolerantes, sino violentos y tumultuarios. 

Alguien que fue su amigo y colaborador se apartó de él por considerarlo un déspota de izquierdas. Su megalomanía es palmaria.

Puede seguirse en Netflix una serie muy ilustrativa que lleva por título "Ellos se convirtieron en tiranos". Uno de sus capítulos versa sobre Hitler, cuyo ascenso se debió a su perseverancia y su capacidad para pulsar las fibras emocionales del pueblo alemán, profundamente resentido por el trato que sufrió a raíz de la derrota en la Primera Guerra Mundial. 

Mutatis mutandis, Petro explota el resentimiento de nuestra gente. Su discurso excita la pasión. Está cargado de odio, de ímpetu destructivo, de delirios de enajenado. Pero llega a unos estratos que se niegan a considerar los hechos tal como inequívocamente se dan. Sus seguidores no quieren ver que su proyecto nos conduciría a la lamentable situación de nuestros vecinos y hermanos venezolanos. Dan razón de lo que sostenían los trágicos griegos: "Los dioses ciegan a aquellos a quienes quieren perder".

Igualmente ciegos son los múltiples candidatos presidenciales que creen que fomentando la división entre ellos podrán a la postre contrarrestar el turbión emocional que está desatando el endemoniado Petro.

Todavía estamos a tiempo de impedir que Colombia caiga en los cenagales que traería consigo la elección presidencial de Petro.






sábado, 8 de enero de 2022

Imago Dei

Los promotores del aborto y la eutanasia alegan que las consideraciones religiosas están por fuera de un debate que sólo admite consideraciones estrictamente racionales para su decisión por parte de la Corte Constitucional, que de hecho se ha convertido más bien en una Corte Dictatorial que dispone por sí y ante sí sobre la naturaleza y el alcance de los derechos fundamentales.

Pero el asunto no es tan sencillo como lo plantean.

En efecto, la idea misma de unos derechos fundamentales del ser humano, anteriores y superiores al Estado, es de origen religioso y específicamente cristiano.

Se la encuentra desde mucho tiempo atrás en las enseñanzas de la Iglesia, en la filosofía de Santo Tomás de Aquino y más recientemente en las especulaciones de los grandes teólogos del Siglo de Oro Español, así como en el pensamiento protestante que cuajó en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que a la letra dice:

"Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad..." Vid U.S. Declaration of Independence - Spanish (state.gov)

La dignidad de la persona humana se vincula al hecho de haber sido creado el hombre a imagen y semejanza de Dios, dador de la vida, que es don suyo que nos llega por su santa y amorosa voluntad. No somos resultado fortuito de una aglomeración de células, como cree el materialismo dominante, ni arrojados al mundo por algún designio incomprensible y, por ende, absurdo, sino hijos de Dios llamados a la bienaventuranza eterna.

Esa idea de dignidad quedó reflejada en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre que aprobó la ONU en 1948, gracias en buena medida a la influencia del gran pensador católico Jacques Maritain. Vid. Una introducción a la relación entre Jacques Maritain y algunos redactores nucleares de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (scielo.org.mx)

Despojada de su relación trascendente con Dios, la idea de dignidad humana se convierte en una fórmula vacua que se presta para cualquier sentido, al tenor del relativismo moral imperante hoy en día.

¿Está Dios ausente y excluido de nuestra normatividad constitucional?

El tema se debatió en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, que optó por insertar en el Preámbulo la fórmula según la cual la Constitución se expidió "invocando la protección de Dios". Por consiguiente, en su desarrollo no es de recibo la lectura radicalmente atea que, sobre todo a partir del influjo del finado Carlos Gaviria Díaz, seguido a pie juntillas por sus sucesores en la Corte Dictatorial, ha terminando imponiéndose a expensas de las mayorías católicas y cristianas que imperan en nuestro pueblo.

Bien sea por ignorancia o por obra de los prejuicios contra la religión que impusieron los medios ilustrados a partir del siglo XVIII, en los tiempos que corren se menosprecia la enorme influencia del Derecho Canónico en la configuración del Derecho occidental, en cuyas bases se encuentra la idea bíblica de la Ley de Dios, a la que hay que obedecer antes que a las leyes humanas (vid. 81-01. Est. Larr⁄inzar (unav.edu)

Los ateos que controlan la Corte Constitucional rechazan esa ley suprema y la sustituyen por su propia voluntad. Ellos creen en la promesa de la serpiente según el libro del Génesis 3.5:"Seréis como dioses". Así se sienten y obran en consecuencia.

A los promotores del aborto conviene recordarles que el Código de la Infancia y la Adolescencia en su artículo 17 dispone que el derecho a la calidad de vida entraña la generación de condiciones para un desarrollo integral acorde con la dignidad de ser humano desde el momento mismo de la concepción. En armonía con ello, el artículo 41-10 proclama el deber del Estado de apoyar a las familias para que aseguren el alimento de los hijos desde su gestación, así como la protección de las mujeres gestantes (numeral 11).

¿Se atreverá esa Corte Dictatorial a declarar inexequibles estas disposiciones, para así dar vía libre al aborto sin condicionamientos que se apresta a autorizar?

Respecto de la eutanasia, estoy repasando las páginas de "Demonios" en las que Dostoiewsky pone en cabeza de su personaje Kirilov las ideas justificativas del suicidio.Vid. Actualidad de Dostoyevski: Kirilov y el suicidio de los ateos - El Español Digital "La verdad sin complejos" (xn--elespaoldigital-3qb.com) Quitarse la vida conscientemente o pedir que otros la finiquiten a sabiendas, equivale, más que desafiar a Dios, a rechazarlo. Entonces, habida consideración de la raíz religiosa del derecho fundamental a la vida, ¿cabe afirmar que hay derecho a exigirle al Estado que lo mate a uno porque ya la considera insoportable y maldice a Dios por no ponerle término?

Hay que haber leído a Pascal para entender que esa decisión puede tener efectos para toda una eternidad.