He visto en las redes sociales la homilía de un sacerdote que dice que
cuando los comunistas tomaron el poder en Portugal, Sor Lucía tuvo unarevelación de la Santísima Virgen según la cual, si un millón de
portugueses se unían en en el rezo del Rosario, el país superaría ese
flagelo. Y así ocurrió. Los comunistas sólo duraron un año en el
gobierno.
Algo parecido sucedió en Austria para impedir su anexión al Imperio
Soviético después de la II Guerra Mundial. Se cree que la resistencia
ciudadana, alimentada por la oración, logró que los rusos desistieran
de someterla al régimen de sus demás satélites de la Europa oriental.
Colombia afronta hoy el mayor peligro de su historia, consistente en
que un comunista como Gustavo Petro triunfe en las próximas elecciones
presidenciales. Desde hace más de noventa años nuestro país ha venido
defendiéndose del asedio rojo. En buena medida, las peripecias de
nuestro devenir histórico a lo largo de casi un siglo se explican en
función de la amenaza comunista, que pudo conjurarse en las últimas
décadas del siglo pasado gracias al apoyo popular a los dos partidos
históricos. Pero la crisis de los mismos, aupada por la Constitución
de 1991, ha dado lugar a una dispersión de las fuerzas políticas que
favorece a los extremistas de izquierda. Colombia es hoy un país
desorientado que ofrece un terreno fértil para la acción de demagogos
y aventureros.
Los creyentes consideramos que la Providencia actúa en la vida de las
sociedades. Y en situaciones tan inciertas como la que atravesamos hoy
en nuestro país, pensamos que la oración es un remedio eficaz para
encauzarlo por buen camino.
Hay que rogar para que la Comunión de los Santos ilumine a nuestros
dirigentes y al pueblo en general para que en los procesos electorales
que se avecinan se obre con buen sentido y logre evitarse la caída en
el abismo hacia el que nos llaman las fuerzas disolventes y malignas
que lidera Gustavo Petro.
Insisto en el carácter demoníaco de este oscuro personaje que se niega
a dar explicaciones convincentes sobre su pasado guerrillero y no
muestra señal alguna de arrepentimiento por las tropelías en que
incurrió haciendo parte del tenebroso M-19.
Su proyecto político delirante es totalitario y liberticida. Su modelo
se inspira en los regímenes imperantes en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Es incomprensible que dirigentes que se dicen liberales lo estén
apoyando.
Nosotros estamos, como suele decirse, dejados de la mano de Dios.
Volvamos nuestra mirada hacia Él, para que nos proteja de tan ominosas
perspectivas.
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