domingo, 19 de agosto de 2018

Una manzana envenenada

Se atribuye a Salvo Ruiz, el famoso trovador paisa que fue capaz de medir su ingenio frente al célebre "Ñito" (Antonio José Restrepo), aquello de que "Negro conservador es música que no suena; es un parche en una nalga, cuando el dolor es de muela".

Tal parece que lo mismo sucede con la consulta anti-corrupción convocada para el próximo domingo, pues aunque nadie ignora lo corrompido que está el país en todos los órdenes ni la necesidad de actuar severamente para corregir ese deplorable estado de cosas, el proyecto de marras no apunta al fondo del problema, es redundante en algunos de sus aspectos, va contra la Constitución en otros y, en últimas, da la impresión de ser apenas algo así como un saludo a la bandera.

Es lo que en el fondo han dicho ponderados y sabios jurisconsultos como Jaime Castro y José Gregorio Hernández, entre otros.

Pero hay algo más. Como dice el vulgo, es un proyecto que tiene su guardado. Surgió de una iniciativa de oportunismo político, coreada por unos congresistas que en vísperas electorales no tuvieron el valor de mejorarla ni de ponerle coto. La dejaron pasar así como venía para no quedar mal con el electorado. Y su trasfondo no es otro que dar realce a las imágenes de quienes ahora la promueven con más ahínco: Claudia López, Antanas Mockus, Gustavo Petro, los más conspicuos, todos ellos pertenecientes a partidos vinculados al Foro de Sao Paulo que fundaron Fidel Castro y Lula para promover el comunismo en América Latina, o afines al mismo (Vid. http://www.periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/13886-miembros-colombianos-de-foro-de-sao-paulo).

No deja de ser paradójico que no obstante la secuela de corrupción que dicho conciliábulo ha dejado en Brasil, Argentina o Ecuador, en los que hasta hace poco ejerció el poder, y en Venezuela, donde sigue aferrado dictatorialmente al mismo, sus adláteres colombianos vengan a posar ahora de paladines de la transparencia en el manejo de la cosa pública.

Pero, ¿son creíbles? ¿ Gozan de autoridad moral para convocar a la ciudadanía para que se pronuncie en contra de la corrupción?

En El Expediente aparece la explicación que da el abogado y apreciado amigo Daniel Sanín acerca de la sanción que se impuso a Claudia López por detrimento patrimonial de $ 103.000.000 cuando erea funcionaria de la anterior alcaldía de Peñalosa.(Vid. https://elexpediente.co/14-puntos-explican-proceso-detrimento-patrimonial-103-millones-claudia-lopez/). La condenaron por ello en varias instancias, pero terminó siendo exonerada, no por motivos de fondo, sino porque la Corte Constitucional consideró que se habían presentado fallas en la notificación de las primeras diligencias que se adelantaron en contra suya. Es claro, entonces, que por lo menos debe la explicación de lo que sucedió con esa millonada.

La tesis de Sanín es que Claudia López se libró por el salvavidas que le arrojaron para eludir su responsabilidad ante la Corte Constitucional, después de haber sido condenada en dos instancias y haber perdido dos tutelas, gracias a dos excontralores cercanos al Polo sancionados por corrupción y a tres magistrados amigos que le valieron un espurio argumento: sostuvo que nunca fue notificada.

Antanas Mockus ganó una penosa nombradía, siendo rector de la Universidad Nacional, por haberse bajado los calzones y mostrar desnudo el trasero como gesto de desafío a los estudiantes con quienes estaba enfrentado en un auditorio. Repitió el mismo gesto obsceno el 20 de julio pasado, en la instalación del nuevo congreso, dejando, según una aseadora del recinto, señales de haberse orinado sobre la alfombra.

No obstante ello, la oposición al actual gobierno lo califica como un "Faro Moral". 

Yo no sé si, como lo recordaba Klim hace años en sus amenos escritos, ciertas actuaciones de Mockus son "de veras iluminantes".

Al cierre de la primera vuelta en las elecciones presidenciales de 2010 y actuando de modo similar a un cómico de la legua, protagonizó un burdo espectáculo que hundió sus aspiraciones para la segunda vuelta. Puso a sus seguidores a exclamar en coro "A mí no me pagaron para que viniera acá". Pero, a la postre, terminó siendo pagado por el gobierno de su contendor con unos jugosos contratos, dizque para la promoción de la paz con las Farc. Unos de esos contratos lo inhabilitaban para aspirar a ser elegido senador en el actual período, pero las raposas jurídicas salieron a lanzarle también un oportuno salvavidas: los contratos se celebraron con una corporación creada por Mockus y para su servicio, pero no los firmó él, sino un delegado suyo.(Vid. https://www.semana.com/nacion/articulo/mockus-quedaria-inhabilitado-para-ser-senador/572541). Está en manos del Consejo de Estado la decisión final sobre  el asunto, en un proceso en el que, como decía hace años una cuña publicitaria, quizás llegue tarde el Zarcol.

El "Faro Moral" confesó hace algún tiempo con censurable desenfado que unas décadas atrás falsificaba documentos para las Farc. Era, pues, por lo menos auxiliador de esa temible organización criminal.

Y ahora, sin reato alguno, nos invita dizque a votar contra la corrupción.

El caso de Gustavo Petro es elocuente como el que más. Dice que salió pobre y embargado de la Alcaldía de Bogotá. Lo cierto es que anda más enredado que un bulto de anzuelos por los cargos que se le imputan a raíz de su pésima gestión administrativa, sobre la que algún día el Consejo de Estado dirá la última palabra.(Vid. https://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/10685-petro y https://www.las2orillas.co/quien-defiende-petro/). Sea de todo ello lo que fuere, la Contraloría de Bogotá ha dejado constancia de la apertura de 591 procesos fiscales contra Petro (https://www.publimetro.co/co/bogota/2016/04/07/contraloria-advierte-que-hay-591-procesos-fiscales-contra-administracion-petro.html).

En una palabra, Petro está sub-júdice por graves casos de corrupción, y no tiene empacho alguno para liderar una consulta popular en contra de ese cáncer que nos aflige.

Pero hay cosas peores.

En estos días, Petro le exigió al recién nombrado viceministro del Interior, Juan Manuel Daza, que corrigiera lo que había escrito en Twitter diciéndole asesino y delincuente. Daza, vaya a saberse si presionado desde lo alto, se retractó y le pidió disculpas.

Con todo, ¿era el caso de hacerlo?

No sabemos exactamente qué hizo Petro cuando militó en el M-19. Lo que sí se sabe es que era ahí protagonista de alto coturno y purgó una condena por porte ilegal de armas que le impuso la justicia penal militar. El concejal Orlando Parada demandó la elección de Petro como alcalde de Bogotá precisamente por ese hecho. (Vid. https://www.elespectador.com/noticias/bogota/el-expediente-gustavo-petro-articulo-444996). Mas, ¡oh, sorpresa!, la demanda no prosperó ante el Consejo de Estado porque el expediente donde constaba la condena desapareció como por ensalmo.(Vid. http://elnodo.co/PETROEXPEDIENTE). 

Según Eduardo MacKenzie, Petro no ha sido amnistiado ni indultado por los delitos que pudo haber cometido a raíz de su militancia en el M-19.(Vid. http://www.lalinternaazul.info/2018/06/07/gustavo-petro-no-ha-sido-amnistiado/). Así se colige de la respuesta que dio el ministerio de Justicia el 27 de marzo último a un derecho de petición sobre el caso. Según dicha entidad, Petro aparece en los registros apenas como un desmovilizado del M-19.

Petro dice no haber matado a nadie, aunque otra cosa insinúa Ricardo Puentes Melo.(Vid. http://www.periodicodebate.com/index.php/nacion/politica/item/10479-guatavo-petro-terrorista-travesti-y-alcalde). Concedámosle el beneficio de la duda, pero si integraba el M-19 y no en cualquier puesto, sino en sus cuadros dirigentes, era de alguna manera copartícipe en los términos penales de los múltiples y graves delitos que cometía esa organización criminal, tal como se lo recodó en un debate memorable el entonces candidato y hoy presidente Duque.

Entonces, así Daza diga hoy que no le consta que Petro haya sido asesino y delincuente, no hay otro remedio que recordarle que "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

La ciudadanía tiene tres opciones respecto de la consulta que promueven estos dudosos personajes: abstenerse, votar sí o no, total o parcialmente. Si consigue los más de doce millones de votos que se necesitan para considerarla aprobada o negada, aquellos sacarán pecho alegando que lograron una imponente movilización ciudadana.

¿Será el caso, como se dice coloquialmente, de "darles tiro"?

Hay el derecho de darles la espalda, de ignorarlos, de hacerles ver que la ciudadanía no cae en sus torpes seducciones.

Con todo respeto, hay que pedirle al Presidente de la República que debe observar estricta neutralidad en este asunto, pues los ciudadanos tenemos derecho, repito, a abstenernos, a votar sí o a votar no, sin que medien presiones oficiales en algún sentido.

Personalmente, yo me abstendré.

2 comentarios:

  1. Es bueno dejar atras el odio hirviente .Lo que le conviene a Colombia,no deja de serlo por la historia o ideologia de quien lo diga.

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