martes, 17 de junio de 2025

Velad y Orad

Ha dicho con sobra de razones el destacado jurista Mauricio Gaona que "el año que viene será el más crítico para la vida republicana de Colombia desde su creación".

Para entender los gravísimos peligros que afrontamos en estos momentos cruciales tenemos que partir de la base de que nos desgobierna un comunista recalcitrante que además exhibe severos trastornos en su sesera. La suya es una mente poblada de delirios que, como acaba de decirlo José Alvear Sanín en "La Hora de la Verdad", ha perdido todo contacto con la realidad del país y confunde el pueblo que de verdad habita el territorio patrio con otro fantasmagórico que sólo existe en sus fantasías ideológicas.

El contraste entre las multitudinarias marchas que llenaron plazas y calles de las principales ciudades de Colombia el pasado domingo para solidarizarse con Miguel Uribe Turbay y los suyos en estos momentos de cruda aflicción y la exigua presencia popular en los plantones que se convocaron ayer para respaldar las políticas gubernamentales es elocuente a más no poder. 

El pueblo de verdad aspira a que reine un buen gobierno que satisfaga en la medida de lo posible sus apremiantes necesidades y no unos discursos incoherentes y agresivos que no se traducen en acciones que redunden en pro del bien común. La garrulería oficial no lo favorece y, por el contrario, siembra discordia y suscita un clima de violencia verbal que como ya se viene advirtiendo se traduce en hechos luctuosos, como el vil atentado contra Miguel Uribe Turbay que lo tiene al borde de la muerte.

Parafraseando lo que dicen los informes médicos sobre su estado, bien podemos afirmar que también Colombia se halla hoy en cuidados intensivos, en situación altamente crítica y bajo un pronóstico reservado.

La conmovedora red de oración que se ha formado para rogar por el pronto y total restablecimiento del senador Uribe Turbay debería ocuparse también de la suerte de esta patria adolorida que hoy, como reza nuestro himno nacional, "entre cadenas gime".

No creo que estén equivocados los piensan que media una conjura para precipitarnos en un caos que genere un clima revolucionario que nos arroje por andurriales ya trajinados en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Lo del castrochavismo en acción no es calumnia de la derecha, sino realidad palpitante, tal como pudimos advertirlo en el tenebroso discurso que el okupa de la Casa de Nariño pronunció el primero de mayo copiando de mala manera el talante del finado dictador Hugo Chávez. El modo siniestro como llamó a la "guerra a muerte", blandiendo una supuesta espada de Bolívar, trasunta a cabalidad lo que bulle en un interior que parece poseído por alguna entidad demoníaca.

La torpe evocación del episodio más censurado de la trayectoria política del Libertador suscita profundas inquietudes. Ese llamado a la muerte de españoles y canarios, aun siendo inocentes, dio lugar a que cuando se acercaba a Santafé al mando de las tropas del congreso de Tunja circularan pasquines que alertaban a la población acerca del temible advenimiento del "antropófago de Caracas".

"Guerra a muerte" es una consigna que evoca la atroz criminalidad de que hizo gala el M-19, cuyos sobrevivientes quizás no arrepentidos y de todas maneras impunes pululan hoy en nuestras altas esferas gubernamentales. Hay toda una historia por contarse acerca de las oscuras hazañas que el que nos desgobierna y sus conmilitones protagonizaron en esa guerrilla que hoy se pretende idealizar, pese a que protagonizó execrables episodios como el asesinato de José Raquel Mercado, el secuestro de  diplomáticos en la sede de la embajada de la República Dominicana y, desde luego, el pavoroso Holocausto del Palacio de Justicia, amén de otras múltiples atrocidades que se cometieron dizque para protestar contra un régimen tiránico y promover la instauración de uno verdaderamente justo.

Esas dos discutibles justificaciones de la violencia guerrillera deben cuestionarse con rigor, porque han traído consigo gérmenes funestos para la institucionalidad colombiana. El inocente pacifismo de ciertos sectores influyentes de nuestra dirigencia no ha traído consigo la armonía colectiva, sino quizás el alebrestamiento de los facciosos. La paz de Santos benefició a cierto número de guerrilleros, pero ha alentado a otros que por obra de la desidia del desgobierno actual han aumentado peligrosamente su influencia en vastos espacios del territorio nacional.

A los colombianos de bien sólo nos resta hoy por hoy confiar en la acción de la Providencia para superar este tenebroso estado de cosas y enderezar el rumbo. Nuestra crisis es en gran medida de orden espiritual, en el pleno sentido de la expresión.

Bien hace la jerarquía eclesiástica en salir de su mutismo para convocar a los altos poderes en pro de la armonía colectiva. Ojalá que ello frene el ímpetu caótico que mueve al que nos desgobierna.


lunes, 9 de junio de 2025

Guerra a muerte

Esta feroz, irresponsable y fatídica consigna que lanzó el comunista que hoy nos desgobierna acaba de proyectarse en el letal atentado que se perpetró antier contra Miguel Uribe Turbay, uno de los dirigentes más destacados del Centro Democrático, cuya candidatura presidencial contaba con muy buenas perspectivas. 

Como lo manifestó el expresidente Uribe, Miguel era una promesa para la patria. Salvo que se produzca un verdadero milagro, si lograre sobrevivir ya no sería el mismo, pues la bala que penetró en su cerebro no dejaría de acarrearle delicadísimas secuelas. 

Todo indica que este funesto atentado procede de una organización criminal que se propone desestabilizar el país en las contiendas electorales que tendrán lugar el año entrante. Sería osado responsabilizar al desgobierno y su equipo político por haberlo promovido, pero no cabe duda de que el lenguaje provocativamente pugnaz que ha venido empleando desde sus comienzos ha suscitado un clima proclive a la violencia política e incluso la social.

Olvidando que según la Constitución el Presidente simboliza la unidad nacional, quien hoy funge como tal se ha dedicado a sembrar discordia a troche y moche, tanto en sus intervenciones públicas como en sus tediosos graznidos en la red social X.

Después de varias desafortunadas manifestaciones acerca del gravísimo hecho que representa el atentado contra Miguel Uribe Turbay, por fin acaba de expresar en dicha red social una sentida declaración que dice emanada de lo más profundo de su corazón.

A ella debería seguir una convocatoria a todos los dirigentes del país para condenar la violencia y ejercer la política dentro de parámetros civilizados que sosieguen el debate que le es inherente dentro de un marco que promueva la paz y contenga la violencia.

Hace poco escribí que al discurso agresivo le sigue prontamente la acción física. El HP que desde la más alta esfera gubernamental se esgrime contra la oposición genera desafortunadas consecuencias en la sociedad. 

He estado recordando algunos pasajes de mis enseñanzas en materia de Filosofía del Derecho para traer a colación lo de que todo orden social resulta de la colaboración estrecha y armónica de las tres normatividades que imperan en la vida colectiva: la jurídica, la moral y la de la cortesía o urbanidad. 

La crisis que nos agobia no sólo se manifiesta en el ámbito del derecho, Hay que repetir lo que con profunda sabiduría deploró Horacio: "De qué sirven las vanas leyes si las costumbres fallan". Así lo enseñaba yo a mis discípulos: la cultura jurídica reposa sobre una cultura moral. Si ésta decae, ya por obra de la abierta corrupción de costumbres, bien por la silenciosa demolición que trae consigo el relativismo, la regla de derecho deja de ser un instrumento de justicia y se convierte en un dispositivo de arbitrariedad.  Pero hay algo más: las reglas de cortesía y urbanidad, que los doctrinantes llaman de trato social, a pesar de su formalismo y su aparente superficialidad juegan un papel muy significativo en la vida de relación porque liman aristas y facilitan el acercamiento con nuestros semejantes.

Pues bien, padecemos un desgobierno que ha hecho de la grosería, el insulto, la amenaza, la calumnia y, en general, la actitud desconsiderada para con quienes no compartimos sus actitudes ni sus orientaciones, la regla del maltrato.

Por ejemplo, los graznidos desobligantes para con Miguel Uribe Turbay, emitidos en vísperas del atentado que lo tiene al borde de la muerte, no han dejado de interpretarse como una malhadada incitación a que se lo agrediera físicamente. 

He estado recordando algunas consideraciones de Arthur Koestler sobre las raíces neuronales de la violencia. Koestler adhiere a una teoría que no goza del todo de buena aceptación, según la cual los humanos sufrimos el desajuste de tres cerebros. el límbico, que compartimos con los reptiles; el paleocórtex, que compartimos con los mamíferos, y el neocórtex, específicamente humano, que sirve de asiento de las funciones superiores del psiquismo. Según Koestler, la agresividad resulta de la acción y sobre todo las reacciones reptilianas del cerebro límbico. 

Observando el comportamiento del que nos desgobierna, no deja uno de pensar que la ferocidad de sus reacciones podría explicarse porque su neocórtex no ejerce suficiente control sobre su cerebro reptiliano. Parece obrar más como una serpiente acorralada que como un ser humano dueño y controlador de sus actitudes y sus comportamientos.

Sea de ello lo que fuere, no cabe duda de que el clima de violencia que reina hoy en el país se alimenta en buena medida de los exabruptos que fluyen de la Casa de Nariño.

Oremos, desde luego, por Miguel Uribe Turbay y su familia, pero ante todo, por esta doliente patria que hoy está en tan pésimas manos.

viernes, 30 de mayo de 2025

El Fin de la Aventura

Echo mano del título de una de las mejores novelas de Graham Greene para aludir al desenlace previsible de las audacias irresponsables del que nos desgobierna y su ministro del Interior, dos consumidores habituales de cocaína que según el decir de Álvaro Leyva arrastran al país hacia el caos.

El llamado a una huelga general y a consulta popular para intimidar al Congreso a fin de que apruebe las propuestas gubernamentales que no han sido de su simpatía no son otra cosa que saltos al vacío que preludian la crisis definitiva de un pésimo gobierno.

Los dos días en los que anunciaban masivas manifestaciones, primero de 14 millones de colombianos, luego de 10 y por último de 4, mostraron calles y plazas vacías a lo largo y ancho del territorio nacional. Los que salieron a apoyar el llamado del desgobierno y los sindicatos que lo respaldan se contaron apenas por millares. Lo otro que se vio fue la reaparición de la Primera Línea que integran facinerosos que siguen los dictados del líder intergaláctico y sus esbirros. El resto fueron los pobladores desprotegidos que necesitaban desplazarse para asistir a sus lugares de trabajo o hacer otras gestiones y no pudieron acceder al transporte masivo debido a los bloqueos que perpetraron dichos facinerosos.

Queda claro que este desgobierno perdió las calles que ahora sólo atraen a los que concurren forzados, pagados o todavía seducidos por la charlatanería del que lo preside.

La consulta popular con que desafía al Congreso puede salirle muy mal en las urnas y en la Corte Constitucional, que es la llamada a pronunciarse sobre la constitucionalidad de su convocatoria y su realización.

Aún suponiendo que se la realice y obtenga el quórum y la mayoría que se requiere para su aprobación, sus efectos normativos restan difusos y tendrían que desarrollarse mediante leyes que apruebe el Congreso. 

Todo indica que en el trasfondo de la consulta popular media nada menos que una "jugadita" para adelantar la campaña electoral del año venidero, algo así como para medir fuerzas en procesos que gravitarán sobre los resultados electorales.

Si, como es previsible, la consulta no obtiene los resultados que se esperan la aventura en que esos irresponsables están embarcando al país hará que naufraguen desastrosamente. La resaca de la fiesta arruinará sus aspiraciones, pero a un costo que desde ya se calcula en más de 750 billones de pesos con los que podrían sufragarse gastos verdaderamente apremiantes que están por solucionar.

Llamo la atención acerca de que las injurias, las calumnias, los denuestos y las amenazas que esa dupla de orates ha arrojado sobre quienes no los acompañan en sus despropósitos bordean las fronteras del Código Penal y, en el caso del profeta apocalíptico, la causal de indignidad en el ejercicio del cargo, que acarrearía destitución. El que lo secunda merece además que el Congreso lo devuelva al fangal de donde salió, a través de una moción de censura.

Recomiendo a mis lectores la trilogía que compuso Guglielmo Ferrero sobre la aventura napoleónica y la reconstrucción que hubo de promoverse en el Congreso de Viena. Si logramos que haya elecciones pacíficas y honestas en el año entrante, quienes vengan a gobernarnos tendrán que cargar sobre sus hombros la procelosa tarea de reparar los ingentes daños que les legará el desgobierno reinante. El espíritu de aventura que describe sabiamente Ferrero arroja a las sociedades a la confusión y el desconcierto.



miércoles, 21 de mayo de 2025

Siembra vientos ...

En los manicomios abundan los orates que se identifican con Napoleón o con Bolívar. Es el sitio adecuado para también alojar a los que se creen Aureliano Buendía o siguen a pie juntillas las ficciones de Gabriel García Márquez, como el que hoy nos desgobierna desde la Casa de Nariño.

Su desequilibrio mental es evidente. Bastaría para acreditarlo la reseña de las estupideces que a diario recita en X o en sus delirantes y tediosos discursos. Lo suyo no son trinos, sino graznidos cacofónicos. Es una verborrea mal hilvanada que no se acompasa con la fama que antaño distinguía a los dirigentes colombianos.

En otra oportunidad he llamado la atención acerca de que es un gobernante espurio e indigno al que debería juzgarse y separarse del cargo por las vías constitucionales. Pero, como acaba de señalarlo el expresidente Gaviria en un comunicado dirigido a la opinión pública, nuestro régimen constitucional está en veremos porque de hecho el que hoy dice ser Aureliano Buendía pretende sustituirlo por lo que disponga la democracia tumultuaria que está promoviendo a lo largo y ancho del territorio nacional.

No me canso de repetir que se trata de un comunista recalcitrante que procura disfrazar su obsoleta y letal ideología presentándose como seguidor de la teología de la liberación, que según lo ha demostrado Ricardo de la Cierva es comunismo mondo y lirondo.

Es posible que ingenuamente haya intentado engañar al Santo Padre, que hace algún tiempo escribió que había que desenmascarar al comunismo que se estaba infiltrando en la Iglesia so pretexto de la solidaridad humana, No hay que olvidar que su eminente predecesor, León XIII, produjo la Rerum Novarum para ofrecer una vía católica que superara los excesos de un capitalismo salvaje y los fatídicos errores del comunismo.

S.S. León XIV debe hoy afrontar un capitalismo que en distintos países ignora las necesidades de los menos favorecidos por la fortuna y un comunismo renaciente que aprovecha esas circunstancias para predicar la lucha de clases y la transformación revolucionaria de la sociedad. No otra cosa aparece en el ideario, si así se lo puede llamar, de quien hoy nos está llevando hacia el caos.

No estamos bajo el mando de un pensador profundo e ilustrado, ni de un estadista consumado, ni de un administrador eficiente, sino de un demagogo charlatán que con su palabrería pulsa las fibras del resentimiento popular contra los que moteja de oligarcas esclavistas. El suyo es un discurso incendiario que gana los vítores de la plebe y puede conducirnos al caos.

El desmoronamiento institucional que promueve nos conduce hacia dos extremos del todo indeseables: la anarquía y la dictadura. La primera ya se advierte con la ubicua presencia de grupos criminales que ejercen control territorial a ciencia y paciencia del desgobierno que dizque quiere negociar con ellos una "paz total", que no es otra cosa que su rendición ante el crimen. La segunda se pone de manifiesto en el talante despótico de un funcionario que desafía toda normatividad propia de un Estado Social de Derecho como el que se ordenó bajo la Constitución de 1991.

Recuerdo un escrito del profesor Mauro Torres en "El Tiempo" en el que señalaba el impacto que en la violencia colombiana de mediados del siglo pasado produjo la oratoria desorbitada tanto de Laureano Gómez como de Jorge Eliécer Gaitán. La palabra agresiva precede al puñetazo. No otra cosa puede esperarse del lenguaje soez que en el alto gobierno se emplea contra quienes manifiestan desacuerdo con sus muy discutibles iniciativas. Razón de sobra tiene Alejandro Gaviria cuando afirma que el que nos desgobierna enturbia el debate político. Pero no otra cosa cabe esperar de quien recaudaba extorsiones a punta de salivazos en la cara de sus víctimas cuando participaba en el feroz M-19, según denuncia que leí hace tiempo en una red social.

Nos esperan tiempos tempestuosos que podrían traer consigo una guerra civil. Los bandidos del M-19 decían seguir el ejemplo de los facciosos liberales que desataron guerras civiles en el siglo XIX, los tales Aurelianos Buendías con los que se identifica el guache que hoy pretende mandar la parada en nuestra patria.

Ahora anda con el cuento de denunciar el pecado capital de la codicia, olvidando que él personifica otros igualmente graves o quizás peores, como la lujuria, la gula que lleva al consumo de drogas psicoactivas, la ira, la envidia o la soberbia, que se traduce en egolatría y pasión desordenada por el poder. Recomiendo repasar el tema de los pecados capitales en el interesantísimo libro del padre Spitzer S.J. sobre cómo obran Dios y Satán en nuestras vidas que estoy ahora leyendo. A pesar de su lambonería con el Vaticano, creo que sus acciones vienen inspiradas no por Dios, sino por Satán, al que el Evangelio denomina el Príncipe de la Mentira.

La nuestra es una democracia enferma. Uno de los más graves síntomas de su enfermedad es haber llevado a este personaje a la presidencia. No me cabe duda de que la más profunda y letal de nuestras dolencias es la crisis moral que se hace patente en la corrupción que por todas partes nos agobia. Creo que no exageran los que piensan que estamos hoy frente al gobierno más corrupto que hayamos podido conocer y sufrir.



viernes, 9 de mayo de 2025

Habemus Papam

Bienvenido, Su Santidad León XIV, digno continuador de uno de los grandes papas de todos los tiempos, León XIII, autor de la célebre encíclica Rerum Novarum que es la pieza central de la Doctrina Social de la Iglesia.

En uno de sus libros que cité hace poco, el padre Robert Spitzer S.J. la sintetiza a través de los siguientes principios:

-La dignidad intrínseca y trascendente de cada ser humano.

-El bien común.

-La destinación universal de los bienes.

-La subsidiariedad.

-Participación en la democracia.

-La solidaridad.

La Doctrina Social de la Iglesia, formulada a partir de la Rerum Novarum a través de una serie de importantísimas encíclicas papales, ha tenido notables desarrollos en el mundo contemporáneo. En Colombia ha servido de inspiración de nuestro Derecho Social, que no es como cree el comunista que nos desgobierna un estatuto esclavista, sino protector de los trabajadores, pero consciente de la necesaria armonía obrero patronal. Las Cajas de Subsidio Familiar y el Sena, por ejemplo, surgieron de iniciativas de dirigentes empresariales imbuidos de esos sanos principios, los cuáles han inspirado además en el sector patronal líneas de acción conducentes a un sano entendimiento con los trabajadores, De ello doy testimonio por haber trabajado durante ocho años en la Andi y haber sido asesor jurídico en campos diferentes al laboral en empresas como Nutresa, en la que he sido testigo de la fidelidad y hasta de la mística de sus trabajadores. Las universidades católicas, especialmente la UPB en la que serví como profesor a lo largo de unos 40 o más años, han contribuido a formar empresarios y ejecutivos conscientes de su misión de enaltecer el trabajo y contribuir al bienestar de sus servidores.

El tema laboral está hoy en el orden del día con iniciativas que bien podrían ser materia de concertación entre los sectores interesados si no fuera por el prurito de utilizarlas como arietes para activar un proceso revolucionario comunista, que es lo que en el fondo se propone el que hoy nos desgobierna.

La Doctrina Social de la Iglesia está inscrita en el ideario de la Democracia Cristiana, cuyo papel en la reconstrucción de Europa occidental después de la II Guerra Mundial ha sido decisivo. Ella fue un vigoroso dique de contención del movimiento expansivo del comunismo que a la sazón alentaba la URSS.

La superficialidad de los medios de comunicación social insiste en examinar los asuntos de la Iglesia a la luz de categorías que podrían ser útiles para entender los procesos políticos, pero resultan inadecuadas para captar las tendencias de la Iglesia. El progresismo, para ésta, no puede tener otro significado sino en los órdenes espiritual y moral, mas no en los de la depravación que la contemporaneidad valora como emancipación. 

Vuelvo al padre Spitzer S.J. para recabar en una inteligente distinción que plantea entre la regla de plata de la ética, que ordena que no hagamos a los demás lo que no queremos que se nos haga a nosotros, y la regla de oro del Evangelio, que va más allá de la justicia de los gentiles y ordena que hagamos todo el bien que esté dentro de nuestras posibilidades. La primera es una ética de la abstención; la segunda lo es de la acción. La misión evangelizadora va muchísimo más allá de no hacer mal a los otros. El Reino de Dios, que ya está en nuestro interior, se debe proyectar como el grano de mostaza o la sal de la tierra para fecundar toda la vida social. El progresismo en sentido religioso significa avanzar en las virtudes. La misericordia con el pecador no consiste en aplaudir sus errores, sino en invitarlo a que los corrija. Cuando el Señor perdonaba lo hacía con la recomendación de no seguir pecando.

La Iglesia cuenta hoy con un Papa misionero. Muchos países hoy descristianizados constituyen tierra de misión. El nuestro, que padece una insoportable crisis moral bajo una dirigencia que ha abandonado los más elementales principios del decoro y una población en la que la familia prácticamente se halla en vía de disolución, necesita una guía espiritual que verdaderamente lo ordene y no lo desoriente. 

¡Qué dolor se siente al contemplar que el corrupto desgobierno que nos conduce hacia el caos haya encontrado abiertas las puertas del Vaticano! Es indicio grave de la advertencia que hizo el hoy santo Pablo VI acerca de cómo el humo de Satanás se había filtrado en el recinto de la sede apostólica.

Ya me referiré en posteriores escritos a los distintos aspectos de la crisis que padece hoy la Iglesia. Me resta declarar que el nuevo Pontífice suscita alentadoras esperanzas acerca del futuro de nuestra amada  santa madre Iglesia.


martes, 29 de abril de 2025

"Mi Reino no es de este mundo"

Ha dicho muy sensatamente el padre Santiago Martín que la persona del finado papa Francisco ya está sometida al juicio de Dios y no nos corresponde a nosotros pronunciarnos en torno suyo, pero su pontificado, en cambio, puede y debe someterse al veredicto de la historia, si bien es prematuro emitir dictamen definitivo al respecto.

No obstante las entusiastas reacciones de la gente del común e incluso de los medios acerca de la personalidad y las ejecutorias del Pontífice fallecido, habrá que darle tiempo al tiempo antes de ensalzar o condenar una y otras.

En mi caso personal, me ha tocado vivir bajo los papados de Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. La desaparición de cada uno de ellos ha impactado de distintas maneras la sensibilidad del público. Todos ellos dieron testimonio de sus virtudes y su entrega al mandato evangélico de apacentar el rebaño de Cristo. Cada uno puso, desde luego, su sello personal en el modo de ejercer su difícil tarea.

Suelo citar un libro que me produjo hace años mucha impresión: "Histoire de la Papauté", publicado bajo la dirección de Yves-Marie Hilaire con el subtítulo de "2000 ans de mission et de tribulations". Son ya casi dos milenios del cumplimiento del mandato que antes de ascender a los cielos les confirió a sus apóstoles Nuestro Señor Jesucristo: "Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación" (Mc. 16,15). Este anuncio de amor, paz y redención, esto es, de "la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre" (Jn.1,9), sufrió el rechazo del mundo desde un principio a partir de la crucifixión de Nuestro Señor y el martirio de sus apóstoles, salvedad hecha de san Juan. 

Su difusión se ha dado en medio de severas tribulaciones que aún hoy tratan de impedirla y hasta de erradicarla. Se la enfrenta a menudo con violencia, tal como sucede en Corea del Norte, en India, en China, en Cuba, en Nicaragua y en varios países en los que predomina el Islam, o de unas maneras menos violentas, pero también represivas, según se advierte en los países occidentales en los que está en marcha la criminalización del Cristianismo, de la que da cuenta el libro de Janet L. Folger que en otras ocasiones he citado en este blog. En un libro que tuve en la biblioteca que me fue necesario liquidar cuando tuve que internarme en una residencia de tercera edad para cuidar de mi hoy finada esposa, se menciona que el siglo XX produjo muchísimos más mártires que cuando las persecuciones de los emperadores romanos. La prensa de hoy sigue registrando el sacrificio de los creyentes en distintas latitudes.

"Las Puertas del Infierno", de Ricardo de la Cierva, ilustra sobre los severos ataques que ha sufrido la Curia Romana a lo largo de siglos y cómo ella se ha defendido, sin lugar a dudas por el auxilio celestial. Alguien llegó a decir hace tiempos que sin dicho auxilio la Iglesia no habría podido sobrevivir incluso a los errores de sus propios jerarcas. De la Cierva, un católico bastante ortodoxo por cierto, no ignora las equivocaciones en que han incurrido hasta los papas más apreciados en los últimos tiempos. Baste mencionar el Modernismo al que le dio cabida el hoy santo Juan XXIII o la Östpolitik que le dio entrada al comunismo y produjo la Teología de la Liberación que le ha servido al que ahora nos desgobierna para enmascarar su credo revolucionario y liberticida.

Sobre todo en el Evangelio de san Juan, pero también en las epístolas de san Pablo, se plantea la oposición radical entre el Espíritu de Dios y el de este mundo que se centra en lo terrenal y desconoce y hasta rechaza la trascendencia que nos guía hacia la bienaventuranza eterna.  Dios y el mundo están contrapuestos. Desde cierta perspectiva, el espíritu del mundo se identifica con lo demoníaco, A Satán se lo denomina, en efecto, como "el príncipe de este mundo" (Jn. 12:31).

Pues bien, ciertos debates que ahora se plantean acerca de si la Iglesia debe preservar sus doctrinas tradicionales o más bien modernizarse, es decir, adaptarse al espíritu del mundo, parten de la base de que es institución humana y no de origen divino. Su cometido es difundir el Evangelio mediante una interpretación fiel de su mensaje salvífico. Es posible que a lo largo de los años haya lugar a que se profundice su contenido, pero sin llegar a desvirtuarlo y adjudicarle lo que evidentemente no dice. Si ha de hablarse de "progresismo" en materia de doctrina no puede ser en los términos relacionados con la política terrenal, sino en los que parafraseando un texto de Paul Valéry podríamos llamar la política del espíritu, la que enaltece y dignifica al ser humano como hecho a imagen y semejanza de Dios, y no la que cede ante sus bajas inclinaciones.

El Evangelio nos enseña que ancho es el camino de la perdición y estrecha la vía de la salvación (Mt. 7: 13-14). Los que reclaman que la Iglesia ajuste sus cánones a las tendencias dominantes en el mundo de hoy desconocen ese texto nítido del mensaje evangélico. A la bienaventuranza no se llega por la vía fácil, sino por la del sacrificio y la abnegación. Es, como lo demostró la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, una vía dolorosa. que cada uno de nosotros debe recorrer con su respectiva cruz a cuestas (Mt. 16:24). Bien lo dijo Marshall McLuhan, un converso famoso: "A la Iglesia se entra de rodillas".

Esperemos que el cónclave que elegirá nuevo Papa acierte con un cardenal que esté más cerca del Espíritu Santo que del espíritu de este mundo y entienda que no viene a halagar a los que se dicen progresistas, sino a quienes aspiran a que se dé testimonio de la verdad que nos transmite el Evangelio.



sábado, 26 de abril de 2025

En el fondo de la noche Colombia se estremece

Hago una paráfrasis de la hermosa milonga que Homero Manzi y Sebastián Piana compusieron en memoria del famoso payador José Betinotti, para referirme a las ominosas tinieblas que hoy se ciernen sobre nuestro país bajo el desgobierno de dos desvergonzados cocainómanos que pretenden revolucionarlo.

Los últimos discursos de quienes fungen como Presidente y ministro del Interior no dejan duda acerca de lo que se proponen con la trampa de la consulta popular en la que ingenuamente acaba de caer nuestra Conferencia Episcopal.

Esa consulta es un subterfugio ideado para suscitar una situación revolucionaria a todo lo largo y ancho del territorio nacional. Los comités que se están organizando para promoverla huelen a soviets. La oratoria incendiaria del energúmeno que rige los destinos de nuestra desventurada patria convoca al pueblo contra el Congreso, la clase dirigente a la que califica como una oligarquía codiciosa y asesina, así como la institucionalidad en general. Vocifera que se mantendrá en el poder gracias a la voluntad popular, a la que ninguna regla puede someter.

El proceso en marcha no busca mejorar la suerte de los trabajadores. Ya lo había dicho la ministra comunista que presentó la reforma laboral al Congreso: su propósito no era promover la generación de empleo, sino recuperar unas ventajas que hace años se moderaron precisamente para facilitarlo. El cuestionario de la consulta no trata sobre el desempleo ni la informalidad laboral y aspira a reforzar la rigidez en la contratación, que obligará a los empleadores a pensarlo dos veces al momento de incrementar sus nóminas. Cada nuevo empleo equivaldría a contraer un matrimonio indisoluble hasta que la jubilación o la quiebra los separe.

En manos del Senado y eventualmente de la Corte Constitucional está ponerle freno a tamaño despropósito con el que no sólo se sentaría un grave precedente para cada vez que el órgano legislativo desapruebe alguna iniciativa gubernamental, sino que daría pábulo al movimiento revolucionario que nuestros desatinados altos funcionarios quieren iniciar el próximo primero de mayo con multitudinarias manifestaciones de apoyo.

Para ese día, el que nos desgobierna ha anunciado que desenvainará la espada de Bolívar para presentarle al Senado el proyecto de consulta popular, en un gesto que simboliza ni más ni menos la intimidación violenta a sus integrantes. Olvida que en ese día el Senado no estará funcionando y que la comunicación con el mismo les corresponde a los ministros.

En otras ocasiones he llamado la atención sobre la errada concepción de la democracia que promueve el que nos desgobierna, más cercana a la de los feroces jacobinos que promovieron el terror en la Revolución Francesa y del todo contraria a la de la tradición liberal que nos ha caracterizado. Él es un comunista recalcitrante que ha deplorado la caída del Muro de Berlín y se ha puesto de rodillas ante la tumba de Mao.

También he llamado la atención acerca de sus preocupantes condiciones mentales. Muchos creen que es un psicópata megalómano y narcisista. Si a ello se agrega su consumo habitual de cocaína, que no ha negado, como sí el de alcohol, el Senado debería tomar cartas en el asunto para declarar su incapacidad para el ejercicio del cargo que ocupa. Es claro que puede hacerlo en caso de incapacidad física permanente, pero si la mente controla el cuerpo y ella está alienada, la conclusión es irrefragable: el desvarío mental acarrea el físico.

Si además ha viajado al exterior clandestinamente, ello daría lugar a que se declarara el abandono del cargo.

Nunca en nuestra ajetreada historia habíamos padecido algo tan estremecedor.

martes, 15 de abril de 2025

De las tinieblas a la luz

Uno de los fenómenos religiosos más interesantes es el de la conversión a la fe católica desde el escepticismo, la indiferencia o la pertenencia a un credo erróneo, que puede darse súbitamente o de modo paulatino. Es un proceso de iluminación que altera toda la estructura de la personalidad, bastante documentado por cierto.

Del tema trata un libro del padre Spitzer S.J. que acabo de recibir vía Kindle: "Christ versus Satan in our dairy lives: the cosmic struggle between good and evil".

No pude resistir la tentación de iniciar su lectura y, afortunadamente, su proemio resume con claridad su contenido. Ahí señala que la conversión se da en tres etapas: conversión intelectual, conversión espiritual y conversión moral.

La primera toca con la aceptación de la existencia de Dios, la del alma y la de Nuestro Señor Jesucristo. 

Muchos niegan a Dios o consideran que no interesa para la vida cotidiana, pues no hace acto de presencia en lo que le acontece. Descartan los sólidos argumentos que ofrecen libros como "Nuevas Evidencias Científicas de la Existencia de Dios", de José Carlos González-Hurtado, que hoy se consigue en nuestras librerías. Muchísimo menos les impacta lo que se dice en el evangelio de san Juan: "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn. 3,16). Es decir, desconocen que Dios es amor (vid. Encíclicas de Benedicto XVI).

El materialismo que predomina en los círculos académicos y permea la cultura contemporánea sostiene la tesis del filósofo Searle según la cual somos apenas unas bestias biológicas. El yo, como lo afirma el neurólogo Llinás en un libro que circuló profusamente hace algún tiempo, es un mito. Todas nuestras funciones mentales obedecen a fenómenos físico-químicos que se dan en el interior de nuestros cerebros. Así las cosas, hablar del alma es referirse a algo ilusorio, fantasioso. 

Pero, ¿qué tal que ella sea real y además sobreviva a la muerte biológica? Las experiencias cercanas a la muerte ilustran bastante bien al respecto, tal como lo ilustra, entre muchos otros, el libro de Kenneth Ring Ph. D. titulado "Lessons from from the Light", que también puede conseguirse en Amazon Kindle.

La conversión supone la creencia en que el alma sobrevive a la extinción de la vida corporal y tiene un destino eterno marcado por la construcción que hemos hecho de nosotros mismos a través de nuestras acciones. Bien dicen algunos filósofos que cada uno de nosotros se define por lo que hace, lo cual depende de aquello en lo que cree. Conviene agregar que nos llevamos lo que edificamos en nuestro interior.

El tercer estadio de la conversión intelectual versa sobre la aceptación de Nuestro Señor Jesucristo como Hijo de Dios y de las verdades que postula la Iglesia Católica, Apostólica y Romana como creación suya. Ahora que muchos la atacan por distintos motivos, conviene recalcar no sólo su antigüedad, que bordea los dos mil años, sino su impacto en la civilización. El padre Spitzer S.J. observa que ella ha sido promotora de la más importante revolución que se ha producido en la historia de la humanidad. Dígalo si no la profusión de santos que le han dado lustre.

La conversión intelectual conduce a la espiritual, esto es, al reconocimiento de la trascendencia que conlleva, como enseña san Pablo, el tránsito del hombre viejo al hombre nuevo (Rom. 14, 23; Ef. 4,24; Col. 1,13). Se trata del hombre que deja de estar fijado en su naturaleza para abrirse al mundo de los valores supremos, es decir, el que no rige su moral por la utilidad, sino por la santidad.

De ahí se sigue. entonces, la conversión moral que ordena sus actitudes y su conducta hacia el Bien supremo.

La lectura cotidiana de la prensa nos ilustra sobre la presencia conspicua del mal en las sociedades. Mal que es inducido por Satanás y cada uno de nosotros hemos experimentado de distintas maneras en nuestro interior y en nuestras acciones. Así el mundo contemporáneo prescinda de la idea de pecado, tiene qué admitir la realidad de los defectos de carácter y los errores de conducta que la aseveran. Unos y otros nos esclavizan y atormentan (Jn. 8,34; Rom. 6, 17-19). Son yugos de los que está llamada a liberarnos la gracia de la conversión moral.

Estos días de Semana Santa brindan oportunidad propicia para reflexionar sobre lo que verdaderamente interesa en la vida, que es nuestro tránsito hacia la eternidad. Parafraseando a san Agustín, es algo que tarde he llegado a comprender, por lo que me considero apenas un operario de la última hora (Mt. 20, 1-16).

miércoles, 9 de abril de 2025

Lecturas cuaresmales

Para estar a tono con estos días de meditación me he sumergido en la lectura de dos libros verdaderamente fascinantes: "Christ, Science and Reason", del padre Robert Spitzer S.J., y "Jésus au fil de l'histoire", de Jaroslav Pelikan.

El libro del padre Spitzer afronta con rigor las graves cuestiones que se plantean acerca de la vida y la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la credibilidad del Nuevo Testamento. los milagros que se detallan en los Evangelios y los eucarísticos, la Sábana Santa de Turín, las apariciones de la Sma. Virgen en México y Lourdes, los milagros relacionados con las mismas, las relaciones de la Iglesia con la ciencia y el impacto del catolicismo en todos los órdenes de la civilización. 

La lectura de este libro refuerza a no dudarlo la fe del creyente y arroja desafiantes retos para los escépticos. Si bien la fe es difícil, a punto tal que se afirma que es una gracia que nos viene de Dios, conviene recomendarles a quienes no la poseen e incluso la rechazan que abran sus mentes en procura de la luz llamada a disipar las sombras que rodean nuestra percepción de la realidad en que vivimos.

Hace poco leí unas declaraciones de Stephen Hawkin en las que afirmaba que los límites de nuestro conocimiento los fija la teoría general de la ciencia. Ésta, desde luego, nos suministra valiosas informaciones sobre el universo que habitamos, pero es discutible que el techo del vuelo de nuestra mente pueda fijarse a partir del inmanentismo materialista que niega toda trascendencia. Los razonamientos de Claude Tresmontant en "Cómo se plantea hoy el problema de la existencia de Dios" son pertinentes para sostener que el universo físico no es el ser necesario subsistente por sí mismo, dado que la ciencia ha establecido que tuvo cierto origen y probablemente esté condenado a su disolución. El ser necesario está en otra parte y es Dios. Es un concepto del que no podemos prescindir si aspiramos a un mínimo de comprensión de la realidad. Si lo negamos, no queda otro remedio que asumir el absurdo como última ratio de lo que existe y de nuestras vidas.

Los devotos del cientificismo dejan de lado la grave cuestión de los presupuestos metafísicos y hasta teológicos del saber que veneran. Este es un tema que aborda con exquisita lucidez Pelikan a partir de una decisiva observación de Alfred North Whitehead en "La Science et le monde moderne". Según este eminentísimo pensador británico, todo el trabajo científico parte de la idea de un orden cósmico racional que podemos aprehender mediante nuestro uso de razón. Porque hay una coincidencia de nuestra racionalidad con la del mundo podemos leer en su interior y captar sus estructuras y funcionalidades. 

Recuerdo que en su Historia del Pensamiento Jacques Chevalier insistía en que la gran metafísica griega partía de la base de que lo semejante conoce a su semejante. De ahí el paralelismo de las categorías lógicas y ontológicas que preside el pensamiento aristotélico. Y esa gran metafísica se hermanó con la teología cristiana para plantear, repito, la idea de un orden cósmico racional fundado en el Logos Divino.

En síntesis, sin la metafísica cristiana no se habría podido desarrollar la ciencia occidental.

Volviendo al libro del padre Spitzer, destaco lo que expone acerca del Santo Sudario de Turín, los milagros eucarísticos en México, Polonia y Buenos Aires, las manifestaciones de la Sma. Virgen en Fátima y las desconcertantes sanaciones en Lourdes, de las que hay reconocidas como milagrosas por la Iglesia unas 7.000, pero probablemente ascienden a 70.000.

El catolicismo no se funda en supersticiones ni en ideas ingenuas, sino en hechos y razones que están a la vista de todos y han sido sometidos a riguroso escrutinio a lo largo de sus 2.000 años de existencia.

Bien lo observa Pelikan en su precioso libro, a partir del examen de las distintas concepciones  que ha suscitado a lo largo de siglos: Nuestro Señor Jesucristo es la figura dominante de la historia de la cultura occidental, independientemente de lo que cada uno pueda pensar o creer al respecto.




domingo, 6 de abril de 2025

Las cuentas claras

Admitamos en gracia de discusión que en su lucha contra los subversivos las autoridades civiles y militares han podido incurrir en excesos censurables que deben ser investigados y juzgados por quienes sean competentes para ello. Pero esos excesos criminales no se comparan con los de la subversión comunista ni muchísimo menos los justifican.

Así como en Francia se publicó hace años un libro negro del comunismo, que denunció la friolera de más de cien millones de víctimas de esa ideología asesina (vid. El Libro Negro del Comunismo; Crímenes, Terror y Represión : Andrzej Paczkowski, Jean-Louis Panne, Karel Bartosek, Nicolas Werth y Stéphane Courtois : Free Download, Borrow, and Streaming : Internet Archive), bien podría hacerse una investigación semejante para detallar las atrocidades que los comunistas han cometido en nuestro país. Para ello sería un buen abrebocas el libro de Eduardo Mackenzie titulado "Las Farc-El Fracaso se un Terrorismo" (vid. Las-Farc-el-Fracaso-de-un-Terrorismo.pdf).

El que hoy nos desgobierna ha justificado su actuación en el M-19 diciendo que hacía parte de un grupo de jóvenes que se alzaron en armas contra un régimen tiránico. Ese régimen, bueno es recordarlo, estaba sometido a una Constitución centenaria que consagraba el carácter electivo de los gobernantes. Era un estatuto no exento de disposiciones discutibles que podían reformarse por vías regulares. Pero lo que esos supuestos jóvenes querían era imponernos un ordenamiento totalitario y liberticida, como el que reina en la Cuba de los Castro.

La ideología de los distintos grupos subversivos no sólo justificaba la violencia contra las autoridades legítimamente constituidas, sino contra la población civil. Su propósito era amedrentarla para forzarla a contribuir al logro de sus propósitos o, al menos, a no perturbarlos.

El listado de atropellos contra las comunidades es escabroso. Masacres, homicidios selectivos, asaltos a poblaciones, incendio de fincas, sacrificio de ganados, secuestros, extorsiones, reclutamiento forzado de niños y jóvenes, crímenes sexuales, torturas, fusilamiento de quienes trataban de escapar y, en fin, atrocidades sin cuento. Como dijo Enrique Santos Discépolo en su "Cambalache", todo un "despliegue de maldad".  

Hay que ser muy pervertidos para disculpar tanta atrocidad dizque con el propósito de mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos dentro de la sociedad. Como dijo alguien de muy ingrata recordación: "Matar para que otros vivan mejor".

De todo esto hay que seguir hablando, ahora que a quien nos desgobierna le ha dado para reivindicar las pavorosas hazañas del M-19, alzando sus banderas precisamente a la vista del palacio de justicia, que fue escenario de la masacre de cerca de un centenar de personas a que dio lugar el demencial asalto que los suyos protagonizaron dizque para someter a juicio público al presidente Belisario Betancur.

El que nos desgobierna no participó en ello porque estaba purgando una pena, pero en el sitio de reclusión promovió una revuelta para tratar de escaparse y acompañar a sus conmilitones en su funesta empresa. 

Se habla mucho de sus actuaciones criminales como integrante del M-19. Un testigo presencial relata que recibió, junto con otros, el pago por la liberación de un secuestrado cuya vida se arruinó por los tormentos que le infligieron. En lo que antes se llamaba Tweeter leí la acusación que alguien le hizo por haber agredido a su padre, escupiéndolo en la cara, por no haber pagado una extorsión a la que estaba sometido por ser comerciante en Corabastos. Y un pastor cartagenero lo vincula con el homicidio de José Raquel Mercado.

A propósito de ello, se dice que el M-19 decretó la muerte de tan destacado líder sindical con el fin de atemorizar a sus colegas. 

Ahora que se habla de verdad, justicia, reparación y no repetición como requisitos sine qua non de la paz, bueno sería que los que hicieron parte de esa tenebrosa agrupación se sinceraran acerca de quienes cometieron tan atroz crimen y otros no menos horripilantes, como el de la infortunada Gloria Lara de Echeverri. No sobraría, además, que se hiciera claridad sobre el trato que se daba a los secuestrados que quien nos desgobierna tenía el encargo de vigilar. Alguno de sus conmilitones en Tolima ha hablado de su prepotencia y la obsesión por secuestrar gente.

François Cavard ha denunciado en instancias internacionales más de 5.900 crímenes del M-19, de los que es autor o por lo menos copartícipe el que hoy nos desgobierna entonando cantos hipócritas a la vida (vid. François Cavard: 'Hay reportados más de 5.900 crímenes del M19, el grupo terrorista de Petro').

Reitero que, en mi opinión, estamos bajo el mando de un poseído como los que describe Dostoiewsky en su famosa novela "Los Demonios". Como reza por ahí alguna letrilla, acá se han destacado las furias del Averno. Los servidores del Maligno se pasean a todo lo largo y ancho del país sin que se los incomode. Hoy ejercen el gobierno.


                                                                                                     












a parte de un grupo de jóvenes que se alzaron contra un régimen tiránico. Ese régimen, bueno es recordarlo, 

jueves, 27 de marzo de 2025

Las verdaderas alternativas

En los medios se ventila la idea de que la próxima elección presidencial versará sobre candidatos de derecha, de centro y de izquierda.

Esta es una visión superficial del espectro político. Se trata de categorías difusas y poco consistentes que desorientan a la opinión.

En rigor, la elección venidera enfrentará dos concepciones diametralmente opuestas de la democracia: la liberal, que corresponde a la tradición colombiana, y la comunista, que se disfraza de progresista para ocultar su verdadera identidad totalitaria y liberticida.

El desgobierno imperante aspira al continuismo y hará todo lo posible para mantener su proyecto de cambio revolucionario de la sociedad colombiana. Su delirio ideológico le hace olvidar que si bien el comunismo era hace cien años una ilusión. hoy significa una trágica frustración, como puede advertirse en Cuba, Nicaragua o Venezuela. ¿Con qué cara se atreverán los promotores del régimen actual a mostrarle a la ciudadanía como modelo digno de seguirse el que ha condenado a los países en que rige a la desesperación?

Piénsese apenas en los más de ocho millones de venezolanos que ha tenido que abandonar su país empujados por la miseria en que lo ha sumido el chavismo. O, según acabo de leerlo, en la cuarta parte de la población cubana que ha escapado de la isla-prisión en los últimos años. 

La alternativa que se nos ofrece a los colombianos para el año entrante para enfrentar los designios de la camarilla imperante en la Casa de Nariño es la democracia liberal, cuya defensa debería unir a la multitud de candidatos que se están lanzando al ruedo. A ellos conviene recordarles el dicho evangélico: "Muchos son los llamados y pocos los escogidos" (Mt. 22:14).

Observando la nómina de los aspirantes bien puede uno evocar lo que se cuenta de Epifanio Mejía, que dijo: "En este manicomio no están todos los que son, ni son todos los que están".

Hay, en efecto, aspirantes que evocan a los espontáneos que se lanzan al ruedo en las corridas de toros, mientras faltan en el listado verdaderos presidenciables, tales como Rafael Nieto Loaiza, Enrique Peñalosa, José Manuel Restrepo, Juan Carlos Echeverri, Francisco José Lloreda o Aníbal Gaviria, entre otros.

En la democracia liberal cohabitan varias tendencias bien sea ideológicas o programáticas a las que aglutina, como decía Álvaro Gómez Hurtado, el acuerdo sobre lo fundamental: el Estado Social de Derecho, la separación de poderes, la garantía de las libertades públicas, el multipartidismo, un sistema electoral confiable, así como el gobierno representativo, alternativo, controlado y responsable. 

Todo el andamiaje institucionparaal por la Carta Magna está en peligro de desmoronarse bajo el desgobierno actual, que pondrá en juego todos sus recursos para tratar de perpetuarse en los años venideros, tal como se está viendo en el excesivo crecimiento burocrático, el desbordamiento del gasto, la demagogia atosigante y descarada que pulsa las cuerdas del resentimiento popular, así como en el recurso a la democracia tumultuaria que trae a la memoria los excesos de los jacobinos en la Revolución Francesa.

Nuestra imperfecta democracia liberal está en grave peligro y sólo podrá mantenerse si todos los aspirantes a ganar la presidencia el año entrante que están de acuerdo con sus principios se ponen de acuerdo en algún procedimiento que garantice la unidad frente a quien aspire a proseguir el camino de servidumbre que quiere trazarnos el profeta apocalíptico y líder intergaláctico que en sus delirios aspira a hacernos volar por las estrellas. El que resulte ganador en la consulta tendrá que esforzarse en convocar a todas las fuerzas vivas de nuestra nación para superar el deterioro que está dejando el desgobierno actual y enderezar el rumbo colectivo por senderos de verdadero ´progreso.

Hace falta un Alberto Lleras que haga la tarea que en 1956 y 1957 logró poner de acuerdo a los partidos tradicionales para enfrentar la dictadura de Rojas Pinilla. Esa misma labor habrá qué llevarse a cabo para poner de acuerdo a los aspirantes a heredar los desastres que dejará como legado el desgobierno actual.



miércoles, 12 de marzo de 2025

El Revés de la Trama

Para entender lo que hoy pasa en Colombia hay que partir de la base de que quien la desgobierna es un comunista que oculta sus verdaderas intenciones de seguir los pasos de Cuba, Nicaragua y Venezuela bajo el falso ropaje del progresismo.

Él sabe que nuestro pueblo no es favorable al comunismo, pues ha sufrido las depredaciones de las guerrillas que profesan esa doctrina y es consciente de lo que sufren los pueblos sometidos a ella. Si dio su voto en 2022 por el candidato de la coalición triunfante fue porque ofreció un programa de cuño socialdemócrata, más o menos afín con la ideología del liberalismo de izquierda. Ahora piensa en su delirio que los votos que obtuvo para salir elegido como presidente le dieron carta blanca para imponer sus designios revolucionarios. Dados sus antecedentes subversivos, descree del Estado de Derecho, repudia el imperio de la ley y niega la separación de poderes. Todo ello le resulta incómodo, pues cree que el electorado avaló su talante despótico y atrabiliario.

Con buenas razones, el presidente del Senado acaba de recordarle que el Congreso resultó elegido con más de 22.000.000 de votos, que doblan los que obtuvo aquél para la elección presidencial.

La Constitución Política consagra el principio de la colaboración armónica de los poderes públicos para la gestión del bien común, pero este principio no es del gusto del aprendiz de sátrapa que habita en la Casa de Nariño. Si no se hace lo que su talante indica, amenaza con azuzar sus hordas contra quienes se interpongan en sus designios. Invoca para el efecto una concepción jacobina de la soberanía popular que es del todo contraria al estatuto constitucional que juró cumplir y defender.

En efecto, si bien la Constitución Política consagra la soberanía del pueblo, su ejercicio ha de someterse a los términos que ella misma establece. El artículo 103 los delimita: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato, todo ello sometido a reglamentación que consta en la Ley Estatutaria 134 de 1994.

En parte alguna autoriza la Constitución Política el ejercicio tumultuario de la voluntad popular, como lo cree y predica nuestro líder intergaláctico. Su llamado a la movilización popular entraña una incitación a la asonada contra el Congreso y eventualmente las Cortes si no se pliegan a sus designios. La consulta popular que pretende que se convoque irá probablemente acompañada de movimientos intimidatorios tendientes a presionar violentamente al Senado para que la autorice y a la Corte Constitucional para que declare su exequibilidad, tal como lo dispone el artículo 241-3 de la Constitución Política.

El camino que pretende recorrer para superar la confrontación con el Congreso es bastante tortuoso y quizás nos abra escenarios tan imprevistos como nocivos. 

Me asalta la duda de si lo pertinente es acudir a la consulta popular, cuyos efectos normativos parecen ser bastante difusos, pues con ella se trata de dar respuesta obligatoria y simple a una pregunta de carácter general sobre un asunto de carácter nacional, o más bien a un referendo cuyo objeto sea la aprobación de un proyecto de norma jurídica.

Si lo que se debate es la aprobación de una reforma laboral y tal vez de una de la salud, habida consideración del fracaso de los respectivos proyectos en el Senado, lo que en el fondo parece que se quiere pedir a la ciudadanía es que ella misma adopte dichos proyectos y no que haga un pronunciamiento de carácter general propio de la temática de una consulta.

Bien se sabe que este desgobierno no es muy ducho en intríngulis jurídicos, de lo que dan cuenta sus reiterados tropiezos ante las altas Cortes.

El artículo 52 de la Ley Estatutaria 134 de 1994 dispone que en el caso de consulta las preguntas que se formulen deberán redactarse en forma clara, de tal manera que puedan contestarse con un sí o un no. Su inciso segundo prohíbe que sean objeto de consulta proyectos de articulado, salvo que se trate de promover la reforma de la Constitución. 

Si lo que se pretende es revivir los proyectos de ley que el Congreso rechazó, lo pertinente sería a mi juicio someterlos a referendo, pues no veo con claridad de qué manera la respuesta a una pregunta de carácter general, que es lo propio de la consulta, podría enderezar su trámite, a menos que se crea que por ese medio podría revocarse lo decidido por la Comisión VII del Senado y enviarse a éste en pleno lo ya aprobado por la Cámara. En otras palabras, da la idea de que nuestro desgobierno cree que el procedimiento legislativo podría modificarse a través de la consulta, de modo que el pronunciamiento popular sustituyera el de la Comisión VII del Senado. Si tal fuere la propuesta, la consulta versaría entonces sobre una reforma constitucional concerniente al trámite legislativo.

Así las cosas, considero que la Corte Constitucional no podría darle visto bueno.

Creo que tiene toda la razón Felipe Zuleta cuando afirma que con esta iniciativa nuestro desgobierno se está disparando un tiro en el pie.

domingo, 2 de marzo de 2025

Nido de Cuervos

Hace poco vi en Youtube un interesante programa sobre los psicópatas que campean en la obra de Shakespeare: Ricardo III, Macbeth, Lear y otros más. A lo mismo alude en "Nido de Cuervos", que también se sintoniza en Youtube, uno de sus protagonistas, experto en Shakespeare, que comenta con sus alumnos el drama de Macbeth, a quien la ambición termina destruyendo.

Esas referencias me hacen pensar en el que nos desgobierna, que en reciente entrevista para "El País" deja entrever el drama en que está envuelto. Su denodada lucha por el poder lo ha sumido en la infelicidad, sus ilusiones están ensombrecidas por los míseros resultados obtenidos y se siente solo en medio de una deplorable crisis familiar. Cree que muchos lo han engañado y a ello atribuye sus fracasos. Haber creído ingenuamente en otros dice que es la clave de su fracaso.

¿Es él un psicópata, como los referidos personajes shakesperianos, tal como lo creen no pocos? ¿Se trataría quizás de un poseso, según piensan los que se asustan con la expresión de su rostro y las viperinas manifestaciones que a menudo brotan de sus labios, como si fuesen espumarajos?

No dejo de pensar en ello, ahora que acabo de leer el impresionante libro del padre Amorth, el finado exorcista del Vaticano, "Mi Lucha contra Satanás"(Vid. https://libroscatolicosgratuitos.wordpress.com/wp-content/uploads/2019/09/16memoriasdeunexsorcista_gamorth.pdf).

Se advierte, en efecto, una fuerte presencia demoníaca en la Colombia de hoy. Corrupción, violencia, engaño, discordia, venganzas, rencores y, en fin, desafueros de toda índole que envenenan el ambiente colectivo.

El inquilino de la Casa de Nariño nada hace para sanearlo. Es un sujeto antipático, repelente y, como dicen en la costa, "maluco", que con sus graznidos en X más bien enturbia el ambiente político, como lo ha denunciado su exministro Gaviria, en lugar de sosegarlo.

En el Evangelio para la misa de hoy se lee: "El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón". (Lc. 39:45)).

La maledicencia campea hoy en la palabra gubernamental. Nada hay en ésta que invite a los colombianos a elevar sus corazones y unir sus propósitos en bien de la comunidad. El orden del día es azuzar la lucha de clases, movilizando a los inconformes para obtener por la fuerza lo que creen que por derecho les corresponde. 

Se espera que la funesta Primera Línea, que emula con las S.A. o Tropas de Asalto hitlerianas, vuelva a sus andadas para intimidar al Congreso y las altas Cortes a fin de que les den vía libre a las muy discutibles iniciativas gubernamentales que pretenden configurar el orto de la revolución que la alocada sesera de su gestor aspira a promover en nuestro país.

¿En qué consiste el cambio que predica? Ni más ni menos, en instaurar el comunismo en Colombia. Lo niega, se disfraza, engaña sin recato, pero, como dice su compinche Vendrell, con un par de tragos se desata y exhibe su talante anarquista.

El difunto Rodolfo Hernández dijo de él que tiende a rodearse con lo peor de lo peor. Quizás tenía razón, pues en sus nombramientos no convoca a lo mejor de Colombia. Más parece que acudiera a esos camiones recolectores de basura, que dejó abandonados en Bogotá cuando era su alcalde, para reunir sus huestes.

¡Oremos para que la Divina Providencia salve a Colombia!

viernes, 28 de febrero de 2025

La casa en orden

Al que le toque suceder en su cargo a quien hoy nos desgobierna le corresponderá afrontar el caos que recibirá por herencia. La mente caótica del actual inquilino de la Casa de Nariño sólo puede producir desorden, tal como puede apreciarse hoy en todas las esferas de la acción gubernamental y la vida pública.

Recuerdo que al presidente Valencia sus malquerientes le cobraban las referencias al programa de Anarkos, el célebre poema de su padre, el maestro Valencia, que ofrecía "una copa para todos llena",

El legado de nuestro profeta apocalíptico y líder intergaláctico será probablemente no sólo una copa vacía, sino tal vez una "copa rota", como la que menciona una canción que creo que todavía resuena en las cantinas.

¿Por dónde empezar? ¿Cuál debe ser el itinerario de las tareas a emprender?

El Código Civil presenta como modelo al buen padre de familia y éste sabe que lo primordial es sanear las finanzas públicas, pues tal como reza un conocido dogma de los hacendistas franceses, "gobernar es gastar".

Sufrimos la desgracia de un gobierno manirroto que hace malas cuentas de los ingresos y gasta sin ton ni son. Al próximo gobierno le corresponderá ser realista en el cálculo de los ingresos y prudente en los egresos.

Es cierto que las demandas de la población son descomunales, pero al electorado habrá que convencerlo de que será menester identificar prioridades en el gasto y tener paciencia para lo demás. Todos tendremos que apretarnos los cinturones, pues no podemos esperar que, como dice un pasaje del Antiguo Testamento, correrán entre nosotros "ríos de leche y miel" (Éxodo 3:8).

Encuestas recientes señalan que las comunidades claman hoy por la seguridad y se inquietan por la creciente presencia de grupos armados criminales en todo lo largo y ancho del país. Es prioritario, entonces, esmerarse en el restablecimiento del imperio de la ley, que es tan denostado por el exconvicto que funge como cabeza del ejecutivo, y su garantía por un eficiente aparato judicial y una fuerza pública bien dotada y robustecida. No sobra traer a colación otro dogma, esta vez de la institucionalidad británica, según el cual "toda la armada de Su Majestad está al servicio de los jueces". El presidente López Michelsen insistía en la necesidad de realzar el "binomio Corte Suprema-Fuerzas Armadas", que es uno de los pilares de la institucionalidad norteamericana.

La descocada política dizque de ¨paz total" que promueve el desgobierno actual ignora el papel que cumple dicho binomio en la preservación del orden público, que es presupuesto sine qua non de un orden justo. Como carece de toda formación jurídica, desconoce lo que decía Pascal, esto es, que "la fuerza sin el derecho es la arbitrariedad, pero el derecho sin la fuerza es la irrisión". Dedicarse a complacer a los perturbadores del orden público significa, simple y llanamente, desquiciar los fundamentos mismos de la organización estatal. Los pacificadores que a lo largo de años han impuesto sus criterios en nuestra vida pública han pavimentado el camino de nuevos grupos criminales que demandan los privilegios y bastante más de lo que se ha otorgado a otros. Cada fementido acuerdo de paz abre el espacio de nuevos frentes de subversión.

Pero al lado de la restauración del Estado de Derecho resulta imprescindible racionalizar su aspecto Social. Los comunistas que controlan hoy el gobierno creen que la función socioeconómica del Estado sólo se puede cumplir hipertrofiándolo a expensas de las libertades individuales, cuando lo que la experiencia demuestra es la necesidad de armonizar lo público con lo privado, tal como lo proclama el principio de subsidiariedad que es piedra fundamental de la Doctrina Social Católica: "Debe haber tanta libertad cuánta sea posible y tanta intervención estatal cuánta sea necesaria"

La Constitución es sabia cuando destaca las funciones sociales de la propiedad y la de la empresa, No las desconoce, sino que aspira a orientarlas en pro del bien común. Restablecer la armonía que esos comunistas han alterado debe ser tarea prioritaria de quienes lleguen al gobierno el 7 de agosto de 2026, Dios mediante.

Cuando Churchill asumió el cargo de Primer Ministro en Inglaterra en 1940 dijo que sólo podía ofrecerle al pueblo "sangre, sudor y lágrimas". Los que lleguen el año entrante sólo podrán ofrecer sacrificios enderezados, como digo, a poner orden en la casa. Orden que ha de pensarse en beneficio de todos, especialmente los más desvalidos.

La prensa menciona que hay varias decenas de aspirantes a ocupar la presidencia en el año entrante. A todos ellos hay que recordarles que el presidente Valencia consideraba que ese cargo es un "potro de tormentos" o, como acaba de quejarse el que hoy indignamente lo ocupa, una fuente de infelicidad.

viernes, 14 de febrero de 2025

Es un soplo la vida

En el atardecer de la existencia se experimenta, por una parte, la severa gravitación del pasado con un torrente de recuerdos buenos y malos que suelen acometernos sobre todo en altas horas de la madrugada, alterándonos el sueño, y por la otra, el estrechamiento del horizonte vital, que nos hace presentes la inminencia de lo que Julián Marías llamaba las ultimidades y la hora del tránsito final, que unos creen que nos lleva hacia la nada y otros pensamos que nos conduce hacia la eternidad.

"Murmullos" es un tangazo de autores uruguayos que Gardel interpretó con su habitual maestría (vid. MURMULLOS - Carlos Gardel - LETRAS.COM). Esos murmullos son voces que vienen del pasado. Traen consigo el viento del recuerdo que sacude el ombú de la existencia. En ocasiones, al oírlos, el cielo claro de los ojos queda tapado de cerrazón. Es la voz de la conciencia que apunta con su dedo acusador y nos reclama por todo aquello en lo que hemos fallado de palabra, obra y omisión. Homero Manzi lo señala con rigor cuando dice en "De Barro": "Estoy mirando mi vida en el cristal de un charquito y pasan mientras medito las horas perdidas, los sueños marchitos..." ((3) ANÍBAL TROILO & FRANCISCO FIORENTINO: DE BARRO (TANGO CON LETRA DETALLADA) - YouTube).

En "Lessons from the light", Kenneth Ring Ph.D. escribe sobre sus investigaciones en torno de las experiencias cercanas a la muerte, fenómeno ya muy documentado a partir del famoso libro "Vida después de la vida", de Raymond Moody. Los que han pasado por ese trance suelen mencionar el repaso de la vida que ocurre por la mente como una película no siempre amable. Un taxista me contó que a raíz de un accidente en motocicleta tuvo esa experiencia. Sintió que salía del cuerpo e iba a dar a un teatro vacío en el que presenció aterrado todo su transcurso vital, hasta que de pronto algo lo sacó de ahí para regresarlo a su normalidad. Vid. Amazon.com: Lessons from the Light: What We Can Learn from the NearDeath Experience: 9781930491113: Kenneth Ring, Evelyn Elsaesser Valarino, Caroline Myss: BooksDownload Vida después de la Vida by Raymond A. Moody).

Una de las consecuencias de ese fenómeno es el cambio de vida que se produce en los que lo experimentan. 

A mi avanzada edad el tema del tránsito es crucial. Digamos que hay cuatro respuestas posibles a esta grave inquietud:

-La primera es la de quienes piensan, como Héctor Abad Faciolince en "El olvido que seremos", que de nosotros sólo queda el recuerdo que poco a poco se va desvaneciendo hasta sumirse en el olvido. Nuestro destino final es la nada. 

-La segunda es la de quienes no afirman ni niegan la existencia ultraterrena y viven como si no les importara. ¨Sólo contamos a ciencia cierta con esta vida, así que gocémosla sin preocuparnos por lo que vendrá después".

-La tercera obedece a cierta tendencia que se alimenta de las enseñanzas de Elisabeth Kübler-Ross en su famoso libro "La muerte es un amanecer" (vid. Elisabeth Kubler Ross - La Muerte Un Amanecer). Según lo que ahí se expone, el tránsito es hacia mejor vida. Hay abundante literatura, más o menos de inspiración espiritista, que describe el más allá en términos muy favorables que niegan que haya demonios, infierno y en general penalidades agobiadoras. A lo sumo, reconocen que habrá que hacer examen de conciencia y aprender de los errores cometidos, para así gozar de la bienaventuranza.

-La cuarta es la que enseñan los Evangelios. Recuerdo a propósito de ello que a López Michelsen le preguntaron alguna vez por sus lecturas filosóficas y respondió que él las limitaba a los Evangelios, pues según su punto de vista "ahí está todo". Y los Evangelios son contundentes acerca de lo que nos espera después del tránsito hacia la eternidad. Nos trazan el camino que hacia Dios nos conduce y nos alertan acerca de lo que de Él nos aleja. En mi oración cotidiana ruego la gracia de perseverar en el primero y de no extraviarme por los andurriales del segundo. Ya los he transitado y no quisiera volver a ellos. Soy, como lo ilustra un pasaje evangélico, "un operario de la última hora".

Por experiencia personal, mis contactos con los médiums enseñan algo muy diferente de lo que algunos difunden con mal orientado optimismo. En la manifestación de un allegado muy querido le pregunté si veía a Dios y me respondió que él había sido malo y experimentaba mucho sufrimiento. Agregó que a su lado pasaban almas que se referían a algo muy luminoso y feliz en otras esferas, mas no en la suya. Otro me dijo que al principio las cosas habían sido muy duras, pues tuvo que arrepentirse de todo lo malo que había hecho, pero luego fue ascendiendo hacia un estado de paz que nosotros no alcanzamos a captar. Me aclaró que no gozaba de la visión beatífica, pero sí de los resplandores de la Divinidad. Otro más me llegó llorando y pidiendo perdón por todo lo que había perjudicado a los demás. Me contó que lo asesinaron en la cárcel porque fue uno de los primeros que se metieron en el narcotráfico. A una conocida mía le llegó su finado esposo rogándole de rodillas que lo perdonara, sin decir nada más.

A los que niegan la existencia de demonios y de infierno, si no creen en los Evangelios, les sugiero que se ocupen de las experiencias de los exorcistas o de lo que relata en su Diario santa Faustina Kowalska. Es uno de los libros más impactantes que he leído (vid. DIARIO COMPLETO SANTA FAUSTINA KOWALSKA). Su mensaje no sólo revela la existencia del Infierno, que les fue dada además a los videntes de Fátima, sino la infinita misericordia de Dios para con los extravíos y las debilidades humanas. El perdón está al alcance de quienes lo pidan de todo corazón. Pero el rechazo a Dios trae consigo la muerte del alma.


sábado, 8 de febrero de 2025

Cosa de locos

Nunca antes en la atareada historia de Colombia se había visto un espectáculo de desgobierno como el que nos ofreció en esta semana el Consejo de Ministros que, desafiando expresa prohibición legal, se transmitió por televisión.

No cabe duda de que quien funge como presidente de nuestro país exhibe severos trastornos de personalidad que a todas luces lo hacen indigno de ocupar su elevado cargo y objeto probable de una incapacidad física permanente, temas de los que debería ocuparse, por una parte, el congreso en pleno y, y por otra, el senado.

La indignidad constituye causal de destitución; la incapacidad física permanente autoriza al senado para declarar vacante el cargo.

Hay remedios institucionales para superar esta crisis que hunde sus raíces en la mente desequilibrada del actual inquilino de la Casa de Nariño, que toma decisiones improvisadas sin ton ni son, que no miden sus nocivas consecuencias para la sociedad cuyo gobierno tiene a cargo.

Vaya uno a saber en qué condiciones decidió en medio de una "agenda privada" crear un delicadísimo conflicto con los Estados Unidos, sin contar, como lo ordena la Constitución Política, con el entonces ministro de Relaciones Exteriores, que tuvo que salir a las volandas, junto con otros altos funcionarios, a desfacer tamaño entuerto. Las flores que hoy dice la prensa que se están exportando para el Día de San Valentín estarían pudriéndose en nuestras bodegas si no hubiera sido por la patriótica y oportuna gestión de ellos, pese a la rabieta de su jefe.

Para nadie es un secreto que el incremento de los cultivos de coca, la consiguiente producción de cocaína y su tremenda presencia en los mercados internacionales constituyen un vergonzoso baldón para Colombia. no obstante los compromisos que le impone la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, a cuyo texto remito a continuación: CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA EL TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS 1988.

Sería bueno que nueva Canciller leyera su texto para darse cuenta del desafío que a la comunidad internacional viene lanzándole su desatinado jefe cuando sostiene que la cocaína es menos nociva que el whisky y debería legalizarse su consumo. Algo peor dijo ante la propia ONU hace algún tiempo, cuando manifestó que el petróleo y el carbón son peores que la cocaína. 

Las ideas obsesivas son tema de tratamiento psiquiátrico y no cabe duda de que quien nos desgobierna obedece a su impulso. Hay una aparente racionalidad en su formulación, pero si bien se las mira fácilmente se aprehende su raíz patológica. Que la vida sobre la tierra está en peligro y que el cambio climático la pone en riesgo, nadie lo pone en duda. Pero hay aproximaciones racionales al estudio de los problemas que ahí se plantean. No es así como obra él, sino de un modo vecino de la histeria.

Si dejamos de producir petróleo, carbón y gas, quedaremos dependiendo para satisfacer nuestras necesidades energéticas del pésimo vecino que es Venezuela y tendremos que prescindir de lo que nos reporta mayores ingresos de divisas. ¿Es ello racional?

Remito a lo que los psiquiatras puedan opinar acerca de las incoherencias, los desatinos y delirios de sus discursos. como los que prometen tren elevado que conecte a Buenaventura con Barranquilla, o el tren bala que lleve turistas a la Guajira, por no mencionar el que se le ocurrió para conectar a Villavicencio con la costa atlántica.

Su versión distorsionada de la historia patria y su prurito de llamar nazis a todos los que discrepan de sus dogmas dan pie para dudar de su equilibrio mental.

Se rasga las vestiduras hablando de dignidad para censurar el trato que el gobierno de los Estados Unidos les aplica a los transgresores de las leyes sobre inmigración. Habla, como si fuese discípulo de Kant, de que las personas no tienen precio ni son mercancías, olvidando que cuando hacía parte del M-19 los secuestrados y los extorsionados a los que les infligía sufrimientos infames precisamente eran objeto de un tráfico a todas luces inhumano. Acusa a Trump de seguir el ejemplo de Hitler, que trasladaba judíos en trenes a los campos de concentración, ignorando que fue su ídolo, Stalin, el que inventó ese procedimiento de trasladar poblaciones enteras hacinadas como ganados en vagones ferroviarios para trasladarlas desde Ucrania y después desde los países bálticos hacia los gulags siberianos.

Siento verdadero tedio al referirme a tan funesto personaje, pero creo que es un deber ciudadano acusarlo ante el tribunal de la opinión para que ésta reaccione y determine un cambio de rumbo que sea positivo para Colombia.


martes, 28 de enero de 2025

Un deber ineludible

Habida consideración de que la mente controla el cuerpo, al Senado le corresponde dilucidar si los desequilibrios mentales que exhibe el que nos desgobierna podrían ser determinantes de una incapacidad física permanente que le impida permanecer en el cargo, según lo dispuesto por el artículo 194 de la Constitución.

Son de conocimiento público los conceptos de psiquiatras acreditados que aluden a rasgos psicóticos que evidencia el comportamiento del actual inquilino de la Casa de Nariño.

Para la muestra, los graznidos descocados que emitió el reciente domingo y la desvergüenza con que los defendió ayer lunes, lo que da muestra de una alarmante atonía moral.

En otras ocasiones me he referido a que es un individuo que frecuentemente incurre en actos que en un país decente podrían considerarse como constitutivos de indignidad por mala conducta en el ejercicio del cargo que ostenta, lo cual, según el artículo 175-2 de la Constitución Política, podría dar pie para su destitución.

Al Congreso, según el artículo 114 de la Constitución Política le compete ejercer control político sobre el Gobierno y la administración. Por consiguiente, el mal comportamiento del titular del Poder Ejecutivo debería ser asunto de interés prevalente de parte de los congresistas, que son los llamados en primer término a controlarlo.

Un principio básico de nuestra ordenación política es el del gobierno controlado y responsable. 

Me permito hacer al respecto algunas consideraciones sobre el modus operandi del gobierno vía X, antes Twitter, que nuestro gárrulo mandatario ha dado en ejercer sin tino ni medida.

Un principio fundamental del Derecho Público consagra el formalismo tanto en la acción gubernamental como en la administrativa. Ese formalismo indica que las decisiones en dichas esferas ante todo consten por escrito que debe ceñirse a cierto rigor, trátese bien sea de decretos, resoluciones órdenes, instrucciones, conceptos, etc., que es menester que vengan respaldados por las firmas de quienes los emiten.

El artículo 115 de la Constitución Política ordena, como regla general, que los actos presidenciales sólo tendrán valor y fuerza cuando sean suscritos y comunicados por el ministro del ramo respectivo o el director del departamento administrativo correspondiente, quienes por el mismo hecho se hacen responsables.

El titular del poder ejecutivo sólo puede obrar sin dicha exigencia cuando se trate del nombramiento o la remoción de ministros o o directores de departamentos administrativos, o de actos que expida en calidad de Jefe del Estado o de suprema autoridad administrativa.

Bien se ve que ello es excepcional y debe interpretarse de modo restrictivo.

Sería interesante que el Consejo de Estado examinase si la orden dada vía X para impedir el aterrizaje de aviones que transportaban nacionales colombianos que venían de regreso al país podía impartirse por fuera de toda formalidad y sin suscribirse y comunicarse por el ministro o director de departamento administrativo competente para ello.

La dialéctica que invoca el que nos desgobierna para actuar por medio de su teléfono celular no sólo revela ignorancia supina de ese recurso filosófico, sino de la normatividad que lo rige. Al fin y al cabo, poco cabe esperar de quien se formó precisamente desafiando el ordenamiento fundamental del país y se declara libertario contumaz.

No sobra observar que toda manifestación de voluntad, sea gubernamental o meramente administrativa, implica precisamente que se trate de voluntad libre de vicios y reflexiva. Debe, por consiguiente, examinarse si la orden de marras se expidió en estado de lucidez o, por el contrario, según se cree, en medio de un clima emocional dominado por la ingesta de alcohol o sustancias psicoactivas.

Los efectos, afortunadamente conjurados, de tamaño despropósito podrían haber sido catastróficos para el país si no hubieran sido objeto de atenta consideración de parte de funcionarios que merecen aplauso por la diligencia y el tino con que procedieron a enmendar el despiporre que en mala ora suscitó su superior.

Conviene agregar que las relaciones internacionales se desarrollan en medio de protocolos estrictos establecidos bien sea por la práctica o los tratados. El graznido con que el guache que nos desgobierna se dirigió al presidente Trump a las cuatro de la tarde del domingo pasado es de una ordinariez y tontería que para nada mejora nuestra imagen ante el mundo civilizado. Ha hecho bien el gobierno norteamericano en ignorarlo, pero es seguro que no lo olvidará.


   

sábado, 4 de enero de 2025

Alerta, colombianos

Las limitaciones físicas que me impone la avanzada edad dificultan mi asistencia cotidiana a la iglesia, motivo por el cual ya sigo la celebración de la misa a través de la transmisión televisiva de Magnificat TV, la estación de los Franciscanos de María, bien sea desde Roma o desde Madrid.

Los padres Santiago y Javier Martín suelen pedir en las eucaristías por las víctimas de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela, países cuyos gobernantes han convertido en verdaderos infiernos.

Cuba, que es objeto de veneración del que nos desgobierna, sufre toda clase de padecimientos bajo la opresión de una minoría despiadada y rapaz. Aunque allá se dice que se garantiza la libertad religiosa, de hecho el régimen promueve el ateísmo y maltrata a los creyentes. Hace poco leí las declaraciones de un sacerdote católico que contaba que en su juventud le negaron el acceso a la universidad porque ésta sólo se reservaba a los revolucionarios. La opresión policial es la regla, sobre todo ahora que todo escasea en esa isla prisión.

Nicaragua está sometida al yugo de una pareja demoníaca. Es de público conocimiento que la brujería hace su agosto en ese desafortunado país. Su gobierno ha desatado una feroz persecución contra la Iglesia católica, pese a que fueron los jesuitas de la Teología de la Liberación los promotores de la revolución sandinista, según lo demuestra Ricardo de la Cierva en su importante libro "Las Puertas del Infierno", que trata sobre los ataques que en los últimos siglos ha sufrido la Iglesia y cómo ésta ha logrado defenderse.

El caso de Venezuela es atroz. Hace poco escribí sobre el régimen mafioso que impera en la Rusia de Putin. Nuestra nación vecina no se queda atrás. También una pandilla asesina y ladrona se ha enseñoreado allá, en donde ha desaparecido todo vestigio de Estado de Derecho y lo que impera es una despiadada arbitrariedad. Estamos a pocos días de saber si ese bravo pueblo podrá recuperar su libertad o continuará sometido a la ominosa tiranía de Maduro y sus copartícipes.

Nuestra región no ha madurado en lo que concierne a la política. Hace algo más de setenta años, cuando llegué al uso de razón, casi toda estaba dominada por dictadores que fueron cayendo uno tras otro en lo que se pensaba que venía en camino una primavera democrática. No ocurrió así. La violencia comunista suscitó reacciones dictatoriales en Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y otros países.

Un gran libro de Germán Arciniegas que se reeditó hace poco, "Entre la Libertad y el Miedo", describe el drama de la democracia liberal en Nuestra América en la primera mitad del siglo pasado. Hoy recupera su actualidad, sobre todo cuando se consideran los citados casos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. 

Nosotros padecemos hoy el desgobierno de un comunista recalcitrante y taimado que deplora la caída del muro de Berlín, le rinde culto a Mao Zedong y acaba de hacer el elogio de Castro. Fue asesor de Chávez y es in péctore correligionario de Maduro y sus matones, pero no se atreve a hacerse presente en el lastimoso evento de la posesión que proyecta para el próximo 10 de enero. Allá estará, sin embargo, su embajador, salvo que las circunstancias lo impidan.

No cabe duda del talante despótico del actual inquilino de la Casa de Nariño. Hará todo lo posible para permanecer ahí, aunque sea en cuerpo ajeno. Nos esperan momentos muy difíciles y es necesario que todos los que descreemos de las promesas del comunismo nos pongamos de acuerdo para hacerle frente a tamaña amenaza. No hay que prestar oídos sordos a los llamados que se vienen haciendo para salvar a nuestra patria, que hoy está en tan malas manos.

Hay que unir nuestras oraciones a las de las Franciscanos de María para que la Providencia obre liberándonos de caer en lo mismo de Cuba, Nicaragua y Venezuela.