domingo, 24 de febrero de 2019

¿De cuál paz se trata?

Un politólogo eminente, David Easton, ha dicho que la política es la acción social tendiente a la adjudicación autoritaria de valores.

Estos son los que la animan. Por medio de ella se pretende mejorar la sociedad. Si tal no es su propósito, se la distorsiona. Ese conjunto de valores que se promueve se integra dentro de un concepto venerable: el bien común. Este es el que permite predicar la racionalidad del acontecer político, de suerte que si se lo deja de lado se entra en el escenario de la sinrazón, la arbitrariedad, las formas patológicas o desviadas de entenderlo y orientarlo.

El bien común puede definirse como el conjunto de condiciones externas que estimulan el adecuado desarrollo de las personas, las familias y las comunidades con miras a su perfeccionamiento material, anímico y espiritual. 

Bien se ve que hay valores de distintas clases y variadas jerarquías comprometidos en esta noción, por lo cual sus pormenores están abiertos a discusiones muchas veces interminables. Por eso, la política, como lo han observado estudiosos de la talla del profesor Duverger, exhibe una faz conflictiva. Es, si se quiere, el reino de lo controvertible por antonomasia.

En su seno se enfrentan intereses, apetitos, propósitos, ideales, utopías, doctrinas, discursos, programas, sensibilidades, protagonismos, modos de ser, etc. cuyas animosidades fácilmente derivan en violencia. 

De ahí que la primera necesidad de un sistema político sea el establecimiento de reglas de juego que reduzcan al mínimo los riesgos de aquella, pues si se la generaliza lo que peligra es el sistema mismo.

La aceptación leal y efectiva de esas reglas de juego por los diferentes actores políticos no es otra cosa que el compromiso por la paz. Este compromiso entraña la renuncia a la violencia como arma política partidista. Si se la deja en manos del Estado, es porque de hecho no se puede renunciar del todo a ella para mantener el orden social, pero ese monopolio supone también la existencia de reglas llamadas a precaver los abusos de las autoridades.

En las sociedades contemporáneas se considera que ante todo las reglas garantes de la paz deben dar sustento a sistemas democráticos genuinos, a unas libertades básicas, a compromisos serios en torno de la acción social del Estado, a políticas de mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores más desprotegidos, a promover la cohesión social y el desarrollo económico. Este, como dijo en memorable ocasión el hoy santo Pablo VI, es el nuevo nombre de la paz.

Pues bien, cabe preguntar si el Nuevo Acuerdo Final (NAF) que suscribió Santos con las Farc y obtuvo el aval del Congreso y la Corte Constitucional, en contra de manifestación expresa de la ciudadanía que votó mayoritariamente por el NO en el plebiscito del dos de octubre de 2017, ofrece en verdad garantías serias de una paz estable y duradera, o por el contrario mantiene el estado de violencia e incluso suscita nuevos factores de intensificación de la misma.

Cada vez se va viendo más nítidamente que el NAF no es un instrumento de paz entre los protagonistas de nuestros procesos políticos , sino de claudicación ante un sector minoritario al que se pretende dotar de ventajas exorbitantes para facilitarle la promoción de un proyecto totalitario y liberticida tendiente a someter al pueblo colombiano a un dominio tan oprobioso como el que se ha impuesto en Cuba y Venezuela.

En efecto, el NAF no significa la conversión de las Farc y sus aliados a los valores de la democracia liberal, sino la renuncia de esta a principios esenciales cuyo debilitamiento la desnaturaliza.

Solo la resiliencia del electorado colombiano, su negativa a darles el voto a los agentes de la revolución castro-chavista en su ominosa modalidad madurista y su rechazo a quienes han dado muestras de la barbarie más cruel y despiadada, podrán salvarnos del proceso de demolición que con buenas razones teme Eduardo MacKenzie que está en curso (Vid. http://www.lalinternaazul.info/2019/02/22/la-jep-o-la-demolicion-de-colombia/).

He escrito en otra parte que Colombia padece la opresión de una dictadura judicial contra la que es necesario rebelarse. Inquieta que el presidente Duque muestre tanta vacilación para enfrentarla, pues parece temer que le suceda lo mismo que al expresidente Uribe, contra quien dicha dictadura ha desplegado la persecución más descarada. Pero tarde o temprano habrá que darle batalla para poner coto a sus abusos.

El momento es propicio para ello. Los argumentos que ofrece Mauricio Vargas hoy en "El Tiempo" para vetar la Ley Estatutaria sobre la JEP y corregir lo que arbitrariamente le agregó la Corte Constitucional son contundentes.(Vid. htps://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/mauricio-vargas/corte-y-confeccion-columna-de-mauricio-vargas-330548).

sábado, 23 de febrero de 2019

Al dejar la prisión que las encierra, ¿qué encontrarán las almas?

Estos dos versos finales del poema "Crisálidas", de José Asunción Silva,  dan continuidad a mis dos últimos artículos.(Vid. https://www.poemas-del-alma.com/jose-asuncion-silva-crisalidas.htm).

En "Dos mundos", al referirme al tránsito que hacemos de esta vida mortal a la eterna, pregunto:"¿Cómo sucede ese tránsito? ¿Qué se lleva en él? ¿Qué encuentra en ese después? ¿Cómo transcurre ahí su nueva existencia?"

Como lo observa Georges Barbarin en "L'Après-mort", casi todos los seres humanos, que sabemos que vamos a morir, nos hacemos estas preguntas. Solo los materialistas recalcitrantes se niegan a plantearlas. Pero es frecuente que quienes se las formulan a sí mismos las evadan, sea por el miedo que les producen, ya por considerar que carecen de respuestas pertinentes, ora por indiferencia.

Pero si es un hecho que con la muerte no termina todo para nosotros, sino que comienza una nueva etapa cuya continuidad dependerá de lo que hayamos hecho con nuestra vida terrenal, estas preguntas son probablemente las más importantes que cada persona puede hacerse a sí misma.

Hay un miedo natural a la muerte, que procede del  instinto de supervivencia. Por lo común, tratamos de aferrarnos a esta vida, a menudo por la infundada creencia de que no hay otra. Pero muchas manifestaciones enseñan que ese tránsito en sí mismo no es doloroso, a duras penas si se siente al desprenderse el alma del cuerpo que la encierra. La copiosa literatura sobre Experiencias de Muerte Cercana (EMC o NDE en inglés) es bastante ilustrativa al respecto.

Cuando decimos que es el alma la que abandona el cuerpo empleamos un término bastante impreciso. Evidentemente quien hace el tránsito es, a primera vista, la conciencia del que muere, que mantiene su identidad. Es conciencia de sí. Pero hay que preguntarse en qué consiste ella misma y si de algún modo se aloja en otro cuerpo, que la sabiduría oriental considera como cuerpo astral o etéreo.

En otro escrito recordé que la antropología de San Pablo distingue, por así decirlo, tres niveles en el ser humano: el soma o cuerpo biológico; la psique o sistema mental; y el pneuma o espíritu. Este último puede equivaler a lo que algunos filósofos denominan el Yo profundo e incluso al inconsciente freudiano.

En una manifestación de alguien que pasó sus últimos años con la mente perdida, expuso lo siguiente: "Yo sufrí una amnesia, pero mi espíritu padecía". Otro, más explícito, dijo: "Mira el hoyo en que estoy metido". Se pierde la conciencia mental, pero permanece la espiritual y esos estados son de verdadero purgatorio.

Un amigo cuenta que cierta tarde, a las seis, se encontró de repente en la antigua carrera Unión de Medellín con un primo suyo que lo saludó y se despidió de inmediato diciéndole que iba de afán. Cuando llegó a la casa, le dijo su madre que se organizara para ir al velorio del primo, que se había colgado al  medio día.

Las manifestaciones visibles de agonizantes y difuntos están muy documentadas en la literatura. Los libros de Camille Flammarion y Jean Prieur, por ejemplo, suministran muchísimos detalles al respecto.

Frecuentemente se habla del tránsito a través de un túnel en el que van apareciendo sombras y  figuras muchas veces de parientes y amigos fallecidos, hasta que se divisa una luz blanca y esplendorosa. En una manifestación de mi finada esposa, que era un ser angelical, me dijo que al llegar a esa luz quiso contarme que estaba viendo a Dios.

No estaba consciente de que había muerto y pensaba que todavía podía comunicarse conmigo. 

Es un fenómeno también muy documentado. Sobre todo, muchos de quienes mueren repentinamente o de modo accidental tardan en darse cuenta de su nuevo estado. El psiquiatra norteamericano Carl Wickland ofrece abundantes eventos ilustrativos en su libro "Treinta años entre los muertos"(Vid. http://www.luzespiritual.org/Libro/30AnEntreLosMuertos.pdf).

Es frecuente que los ateos, los que le dan la espalda a toda espiritualidad o los que tengan apegos fuertemente enraizados al dinero, sus posesiones, el poder o el sexo padezcan esta experiencia. Uno de los peligros del juego de la Ouija es la atracción de entidades que tratan de quedarse en quienes participan en el mismo. Muchos casos de sugestión, vejación y hasta de posesión se explican por esta causa.

Hay evidentemente un libre desarrollo de la personalidad. Cada ser humano se hace a sí mismo, para bien o para mal. Y esa edificación interior  es lo que lleva consigo en el tránsito hacia la eternidad.

Un amigo, que era en verdad un dechado de virtudes, me dijo en una manifestación: "Estoy en el cielo". A otro que le pregunté cómo era su situación en el más allá me respondió: "Sufro mucho. Yo fui malo". Uno más fue bastante explícito: "Yo gozo ahora de una paz que ustedes no pueden entender, pero no estoy tan elevado como para ver a Dios. Lo aprecio como un resplandor. Al principio todo fue muy difícil, porque tuve que reconocer todo lo malo que hice y arrepentirme de ello".

El espíritu se confronta consigo mismo haciendo el repaso de la vida terrenal y es llevado a la ubicación que le corresponde según sus méritos o sus deméritos.

Un taxista que sufrió un grave accidente en una motocicleta me hizo el relato de una terrible EMC. Según su testimonio, viajó por el túnel y se encontró solo en un inmenso teatro haciendo inventario de su vida. Se sintió aterrorizado en medio de la oscuridad, pero de pronto algo lo devolvió a su cuerpo que había sufrido severas lesiones.

La teología católica distingue hoy tres postrimerías que le siguen al juicio post-mórtem: cielo, purgatorio e infierno. 

Hoy se insiste mucho en la esperanza que suscita la primera. Varios libros muy difundidos versan sobre la realidad del cielo. V. gr.  el libro del Dr. Eben Alexander, "La Prueba del Cielo" (Vid. https://www.terapeutasdechile.cl/uploads/libros/EbenAlexanderLapruebadelcielo.pdf). 

Sobre el purgatorio tratan las revelaciones de la mística austríaca María Simma: https://drive.google.com/file/d/0B7wQLOaQpm1IZWVLTldmSGtJaWlmSjRkT3BzdGY2MUloS3Jj/view. Es un estado del alma que debe evolucionar hacia la gloria a través del arrepentimiento de los pecados cometidos en la vida terrenal. Puede haber purgatorios leves, pero otros pueden ser drásticos, vecinos de los estados anímicos infernales.

El asunto del infierno suscita polémicas interminables, porque muchos creen que es un invento de la Iglesia para atemorizar a la gente y no es compatible con la misericordia de Dios. Pero en la Biblia hay  por lo menos 36 versículos que hacen referencia al castigo eterno (Vid. https://bible.knowing-jesus.com/Espa%C3%B1al/to pics/El-Infierno,-Como-Incentivo-A-La-Acci%C3%B3n). Y el Diario de Santa Faustina Kowalska, la célebre vidente polaca, revela una espantosa visión del infierno, que, además,es tema de las revelaciones de Fátima (Vid. https://drive.google.com/file/d/0B7wQLOaQpm1ISEdyNGJNYUY1RUU/view; https://www.abc.es/sociedad/abci-tres-secretos-fatima-201705092155_noticia.html).

Esta es la visión de Sta. Faustina.
"En Cracovia el 20 de octubre de 1936: Hoy, un Angel me llevó a los precipicios del Infierno. Es un lugar de grandes torturas. ¡Es impresionante el tamaño y la extensión del sitio!.

He aquí los tipos de torturas que vi:
1.- La primera tortura en que consiste el Infierno es la pérdida de Dios.
2.- La segunda es el remordimiento de conciencia perpetuo.
3.- La tercera es saber que esa condición nunca va a cambiar.
4.- La cuarta es el fuego que penetrará el alma sin destruirla, un sufrimiento terrible, ya que es un fuego puramente espiritual, encendido por la ira de Dios.
5.- La quinta tortura es la permanente oscuridad y un terrible hedor que sofoca, y que, a pesar de la oscuridad, los demonios y las almas de los condenados se ven y ven toda la malignidad, tanto propia como de los demás.
6.- La sexta tortura es la compañía constante de satanás.
7.- La séptima tortura es la horrible desesperación, el odio a Dios, las palabras horrendas, las maldiciones y las blasfemias".(Vid. 
https://www.pildorasdefe.net/aprender/fe/Sabes-que-torturas-aguardan-en-el-infierno-Santa-Faustina-lo-describe).









sábado, 16 de febrero de 2019

Dos mundos

Hay abundante evidencia sobre el hecho de que vivimos en medio de dos mundos, el natural y el sobrenatural. El primero lo percibimos a partir de la experiencia ordinaria. Tenemos acceso a él a través de los sentidos. Por eso se lo denomina mundo sensible. El segundo es, en cambio, suprasensible y lo captamos por medios paranormales.

Las ciencias experimentales han logrado admirables avances en la exploración y la explicación del mundo sensible, lo cual conlleva la posibilidad de controlarlo por medio de la técnica, a fin de ponerlo al servicio de nuestras necesidades y nuestros intereses. Pero hay que observar que una enorme porción de ese mundo escapa todavía a nuestro conocimiento. Lo que sabemos de los órdenes físico, químico, biológico, psicológico y social es todavía bastante fragmentario. 

Como lo señala Regis Nicoll en "Why there is a God and what it matters", la investigación en la microfísica cada vez nos apartan más de lo sensible y nos conecta con lo suprasensible (https://www.amazon.com/Why-There-God-Matters/dp/1520469837). Y lo mismo sucede en la investigación biológica, según lo detallan los estudios de Rupert Sheldrake (v.gr. http://www.sabiduriarcana.org/ciencia-y-espiritualidad.pdf). La presencia de lo psíquico en lo físico-químico y lo biológico es, por otra parte, tema de obras como The Conscious Universe, de Dean Radin Ph. D. (https://www.researchgate.net/publication/243772480_The_conscious_universe_The_scientific_truth_of_psychic_phenomena/download) o La Gnosis de Princeton, de Raymond Ruyer (https://www.amazon.com/s?k=9788485269433&i=stripbooks&linkCode=qs).

Flammarion trae a cuento una cita de Virgilio que resume la cuestión: "Todo lo que existe en el universo está penetrado del mismo principio, el alma, que anima la materia, que se mezcla con este gran cuerpo" (Flammarion, "La Muerte y su Misterio", Aguilar, México, 1947, T. I, p. 75).

Pero la investigación del mundo suprasensible es refractaria a los métodos de la ciencia experimental. Lo que sabemos de él es bastante más fragmentario y huidizo. De ahí que lo que en síntesis podríamos denominar las Ciencias Ocultas sufran enorme descrédito por su falta de rigor metodológico y lo aventurado de sus conclusiones, que a menudo son fantasiosas y se revisten de charlatanería.

No obstante ello, cabe admitir que hay múltiples interacciones entre el mundo natural y el sobrenatural. Este se pone de manifiesto en fenómenos como los milagros o las apariciones, así como en el interior de las mentes humanas (sueños, inspiraciones, etc.). Por su parte, la acción humana incide en lo sobrenatural para obtener resultados positivos (oración, sanación) o negativos (magia, brujería). Sobre esto último, es importante traer a colación las impresionantes experiencias que relata el padre Juan Carlos Callejas en su libro "Contra la brujería" (Vid. https://www.youtube.com/watch?v=HdcK14-ZBqo).

El gran tema de la distinción entre lo natural y lo sobrenatural es la supervivencia del alma a la muerte del cuerpo, vale decir, su tránsito de esta vida mortal a la eterna, al más allá o lo que denomina Jean Prieur como el "País del Después". 

¿Cómo sucede ese tránsito? ¿Qué se lleva en él? ¿Qué encuentra en ese después? ¿Cómo transcurre ahí su nueva existencia?

Sobre esto hay abundantísima bibliografía. Citaré, por lo pronto, una obra de referencia: "L'après-mort", de Georges Barbarin (Vid. https://www.amazon.fr/Georges-Barbarin-LApr%C3%A8s-mort-probl%C3%A8me-lau-del%C3%A0/dp/B0018J4DIC). 

miércoles, 13 de febrero de 2019

Descorriendo el velo

Camille Flammarion fue un famoso astrónomo francés que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX. Fuera de su notable aplicación a las matemáticas y el estudio de los astros, se destacó a través de investigaciones muy juiciosas y detalladas que hizo en torno de lo que hoy llamamos fenómenos paranormales o parapsicológicos. 

Contrariando tendencias dominantes en su tiempo, presentó una muy convincente refutación del materialismo, dentro de una tónica similar a la de un libro relativamente reciente de Charles Tart, "The End of Materialism", que he mencionado en este blog en otras oportunidades (Vid. https://www.amazon.com/End-Materialism-Evidence-Paranormal-Bringing/dp/1572246456). Su obra principal en este campo es "La Muerte y su Misterio" (Vid.http://libroesoterico.com/biblioteca/Espiritismo/Camille%20Flammarion%20La%20Muerte%20y%20Su%20Misterio.pdf). Poseo una edición castellana en tres volúmenes, publicada por Aguilar en México en 1947.

Dos tesis fundamentales emergen de las investigaciones de Flammarion: la existencia real de lo sobrenatural y la supervivencia del alma respecto de la muerte del cuerpo biológico.

Flammarion escribió en una época en que el espiritismo se puso de moda, para después desacreditarse por la proliferación de fraudes y de una literatura fantasiosa, supuestamente basada en  revelaciones de entidades procedentes del más allá que chocaban con creencias religiosas dominantes y hasta con el buen sentido.

Otro motivo de descrédito de las experiencias espiritistas radica en su evidente peligrosidad. Tomarlas como un juego, sobre todo por medio de la Ouija, no solo ha generado obsesiones, sino otros efectos que evidencian la acción de entidades malignas. Sobre el particular hay abundante literatura y yo mismo conozco de buena fuente casos verdaderamente aterradores de personas que imprudentemente se han aventurado a ese juego.

La Iglesia, siguiendo una tradición que viene del Antiguo Testamento, se ha mostrado reacia a estas experiencias, y con buenas razones, dado que ellas pueden dar lugar a tendencias morbosas, a engaños por parte de quienes las ejercitan y, lo peor, a abrir portales que sería preferible mantener bien cerrados.

Hay, por otra parte, una razón muy poderosa para desaconsejarlas, ya que a los difuntos es preferible no perturbarlos. Sé de una dama cuyo esposo falleció en circunstancias trágicas y ella se dedicó a invocarlo por medio de la Ouija. Un buen día una vecina le comentó que el esposo se le había aparecido en un sueño, pidiéndole que le dijera que estaba bien y dejara de molestarlo. con sus invocaciones.

Una amiga mía que enviudó precozmente cuenta que poco tiempo después de la muerte de su esposo pasaba cerca de una oficina y se le ocurrió hacer una diligencia que tenía pendiente en ese lugar.  A su lado, en la sala de espera, había una mujer desconocida para ella que, de pronto, le dijo: "Déjelo ir". Mi amiga replicó: "¿A quién?". La desconocida le dijo:"Al señor que entró con usted, que venía con una chaqueta de cuero a la que le faltaba un botón". Mi amiga reconoció ahí la descripción de su finado esposo, a quien, en efecto, le gustaba mucho lucir esa chaqueta.

Provocar las manifestaciones de los difuntos los perturba y es tan indeseable para ellos como peligroso para quienes lo intentan.

No obstante ello, hay manifestaciones espontáneas de quienes habitan lo que Jean Prieur ha denominado el "País de Después" (Vid. https://aquialla.wordpress.com/category/el-pais-de-despues/). Esas manifestaciones nos ofrecen valiosísimas enseñanzas acerca de lo que le  sucede al alma después de la muerte.

Unas de esas manifestaciones se dan en las Experiencias de Muerte Cercana (EMC; en inglés, NDE: Near Death Experiences), sobre las que se consigue muy abundante bibliografía, dentro de la cual se destacan libros como "La Muerte: un amanecer", de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross; "Vida despues de la vida", del Dr. Raymond Moody; o "La Prueba del Cielo: el viaje de un neurocirujano a la vida después de la vida", del Dr. Eben Alexander (Vid. http://madrid.iacworld.org/experiencias-cercanas-a-la-muerte-libros/). 

El examen de las experiencias de quienes han salido del cuerpo habiendo sido declarados clínicamente muertos y luego han resucitado es contundente, pese al infundado alegato de quienes aducen que son producto de alucinaciones producidas por la química cerebral de los agonizantes. El Dr. Tart demuestra que esos testimonios acreditan experiencias reales que en, general pero no siempre, siguen ciertos patrones. Uno de ellos es el contacto con parientes difuntos.

A partir de sus experiencias con agonizantes, el Dr. Jean-Jacques Charbonier publicó un texto de referencia, "Les 7 bonnes raisons de croir à l'au-delà" (Vid. http://ekladata.com/0xdadWRT9qHaebtc-TbeLCvhGQg/Dr-Charbonier-Les-7-bonnes-raisons-de-croire-a-lau-dela-FR-PDF-.pdf)

Muchas otras manifestaciones ocurren a través de los que ahora se llaman canalizadores y antes médiums.

El fenómeno de la mediumnidad es conocido en todas las culturas, pero solo en los últimos tiempos ha sido objeto de investigaciones rigurosamente científicas, como las que adelanta el Instituto Winbridge (http://www.windbridge.org/). Mis experiencias personales al respecto no me dejan dudas acerca de la confiabilidad de ciertos médiums. Pero sería una historia larga de contar.

Debo destacar los estudios de Jean Prieur, a quien cité atrás, y el padre F. Brune, ambos recientemente fallecidos en Francia y autores de libros tan serios como "Los muertos han dado señales de vida" y "Mis encuentros con los muertos", que pueden consultarse en el blog  Teología de Aquí-Allá, de Alfredo Camarero-Gil.(https://teologiaaquialla.wordpress.com/about/)

El sitio de Victor Zammit es muy polémico, pero ofrece también aportes bastante significativos para el estudio de estos asuntos. Zammit es un abogado australiano que aplicó las técnicas de investigación jurídica al caso de la supervivencia. (Vid. http://survivalafterdeath.blogspot.com/2013/12/victor-zammit-vida-despues-de-la-vida.html). Publica todos los viernes en su Friday Afterlife Report noticias y comentarios sobre el Más-Allá y es posible suscribirse para recibirlo gratuitamente..

Las informaciones que por estos medios se obtienen deben ser objeto de discernimiento. No todas son creíbles ni pertinentes. Puede haber distorsiones en la transmisión y la recepción de los mensajes. Pero muchas son del todo confiables y no provienen, como ciertos prejuicios indican, de entidades malignas o burlonas. Como lo muestran las referencias de Jean Prieur y el padre Brune, los hay de profundo contenido espiritual y muy exquisita elevación mística, tales como los de Pierre Monnier  y Roland de Jouvenel (https://elcarterodepierre.wordpress.com/2014/07/27/francois-brune-mis-encuentros-con-los-muertos-4-capitulo-2/).