jueves, 31 de marzo de 2022

El Lado Oscuro de la Fuerza

La famosa saga de "El Señor de los Anillos", de J.R.R. Tolkien, tiene un trasfondo si se quiere metafísico o, más bien, teológico, conforme al catolicismo que él profesaba: la lucha entre el bien y el mal protagonizada por los Hijos de la Luz y los de las Tinieblas, tal como lo enuncia el Evangelio en Lucas 16,1-8. 

El autor parte de la base de que hay dos fuerzas cósmicas en colisión, la Luminosa y la Oscura. Ahí se finca Fr. Dwight Longenecker para el desarrollo de su precioso texto introductorio "Catholicism Pure and Simple" (vid. Catholicism Pure and Simple: Longenecker, Fr Dwight: 9780615673899: Amazon.com: Books).

Esa dialéctica de la Luminosidad y las Tinieblas se da frecuentemente en la vida política. En mi último escrito para este blog observé que la yunta de Fico y Rodrigo es luminosa. No así la de Petro y Francia, que es tenebrosa a más no poder. 

Ambos insinúan la presencia de sombras asustadoras en sus respectivos pasados.

Vicky Dávila le dijo hampón a Petro en su cara, recordándole su militancia en el funesto M-19 ("No me diga hampón": el fuerte cruce entre Petro y Vicky Dávila - CABLENOTICIAS).  Petro trató de defenderse diciendo que el delito que podría imputársele junto con otros jóvenes integrantes de esa organización subversiva es el de rebelión, que él justifica por el propósito de alzarse contra unas autoridades tiránicas. No reconoce la miríada de delitos atroces que los del M-19 cometieron, ni muchísimo menos los demás que le serían directamente imputables por sus propios procederes o su complicidad con los de otros de sus conmilitones.  Tampoco se le ha ocurrido pedir perdón y ofrecer reparación por tantos desafueros. Verdad, justicia y reparación no tocan con él ni con sus procederes.

Ha llegado a decir que, si bien portaba armas, no mató a nadie y que si alguna vez disparó lo hizo creyendo que era un arma de juguete.

Sergio Alzate, que colaboró con el finado Herbin Hoyos, ha desmentido con base en una rigurosa investigación las disculpas de Petro. En You Tube, bajo el rubro de Pacto de Silencio, están los videos que ilustran sobre  sus actuaciones en el M-19, al que ingresó cuando era un adolescente y en cuyas filas ascendió rápidamente en una edad temprana hasta hacer parte de sus cuadros directivos (vid. (481) Desenmascarando a Gustavo Petro - YouTube)

Esta y otras investigaciones acreditan que Petro actuó como carcelero, recaudador de extorsiones y pago de secuestros, reclutador y entrenador de menores, promotor de desórdenes, etc. Un periodista tolimense lo acusa de haberlo amenazado de muerte para obligarlo a no declarar contra una compañera sentimental suya que estaba presa (vid. (481) Petro: el monstruo comunista de las víctimas. - YouTube).

En Ciénaga de Oro se habla de su conexión con la muerte de un teniente del ejército. Un habitante de La Estrella que trabajó para Pablo Escobar ha denunciado los nexos de Petro con el capo. El finado Carlos Gaviria, por su parte, lo acusaba de alterar las actas del movimiento político al que ambos pertenecían. Circulan en las redes sociales graves señalamientos sobre el trato cruel que les infligía a los secuestrados que custodiaba. Si no participó directamente en la toma del Palacio de Justicia fue porque pocos días antes lo detuvieron por porte ilegal de armas, delito por el que fue condenado por la justicia penal militar. Esa condena sería suficiente para inhabilitarlo para ser elegido congresista y presidente, de acuerdo con los artículos 179 y 197 de la Constitución Política, mas debido sus argucias Petro ha logrado eludir este nítido impedimento. 

La Ley 77 de 1989 favoreció sin nombrarlo al M-19 autorizando al Presidente para concederles a sus integrantes indultos por los delitos de sedición, rebelión y asonada, junto con sus conexos, pero  con exclusión de los homicidios cometidos fuera de combate o colocando a la víctima en estado de indefensión, así como de los actos de ferocidad o barbarie y los cometidos por organizaciones terroristas. Previó también cierta forma de amnistía consistente en la cesación de procedimientos en curso por los delitos indultables.

Gustavo Petro no se acogió al indulto, según consta en certificado del Ministerio de Justicia y el Derecho, y como ya había purgado su pena, tampoco era el caso de pedir cesación de procedimiento alguno, salvo el que se había iniciado contra los jerarcas del M-19 y que dio lugar a la expedición de dicha Ley 77.

Si incurrió en alguno de los delitos excluidos de los beneficios según el artículo 6 de la Ley en mención, sólo podría alegar la prescripción de la acción penal en cuanto ésta le fuere aplicable.

Vicky Dávila tenía pues toda la razón al enrostrarle su pasado delictivo, que no se limita, como él dice, a una versión edulcorada del delito de rebelión, pues incluye otros de enorme gravedad.

De hecho, como lo evidencia un sesudo estudio del abogado Fernando Alonso Castelblanco Pineda, la Ley 77 de 1989, que se expidió a las volandas para poner término a una valerosa actuación judicial que involucraba por los terribles acontecimientos del Palacio de Justicia a la cúpula del M-19, dentro de la que obraba Petro, violó no sólo la Constitución por ese entonces vigente, sino la Convención Americana de Derechos Humanos (vid. CastelblancoPinedaFernandoAlonso2016.pdf;sequence=3 (unimilitar.edu.co)).

Muchos consideran que Petro es el peor alcalde que ha tenido Bogotá. Dejó justificada fama de pésimo administrador. Sus promesas incumplidas y los errores que cometió son inocultables. Vargas Lleras ha hecho una bochornosa relación de sus falencias.

Nicolás Gómez Arenas y Felipe Rodríguez Marroquín publicaron un libro sobre la corrupción bajo la alcaldía de Petro en Bogotá (vid.Lanzan investigación sobre corrupción durante el mandato de Petro en Bogotá | CONtexto ganadero). Las acusaciones son contundentes, pero Petro no les ha dado respuesta. El libro podía descargarse en Scribd, pero una queja lo retiró de la circulación por ese medio. En todo caso, el detrimento patrimonial que denunciaron los autores ha dado lugar a que las autoridades de control tengan embargados los bienes e ingresos de Petro por unas sumas ingentes. No obstante ello, Petro se da la gran vida, lo cual suscita la pregunta acerca de cómo obtiene el dinero que se lo permite.

El episodio de las bolsas podría arrojar alguna pista sobre el particular, pero una administración de justicia sospechosamente proclive a beneficiarlo ha impedido que se lo investigue.

Cierta tolerancia que reina entre nosotros excluye del debate público lo concerniente a la vida privada de los personajes que inciden en la dirección de la vida colectiva. Ello no sucede en otros países, en los que se a los dirigentes se los somete a severo escrutinio. 

En el caso de Petro convendría explorar más concienzudamente ciertos aspectos de su vida familiar y sus costumbres privadas, que ponen de manifiesto  tendencias desordenadas y poco ejemplares. Se sabe que ha tenido hijos en tres mujeres, que es aficionado al alcohol y quizás a las drogas, que es bastante promiscuo en sus relaciones y que en su entorno se practica la brujería. La comunicadora Isabela Ariza Tobos ha publicado bajo el título de "El Petro que conocí" una semblanza que lo deja muy mal parado (vid. El Petro que conocí (ifmnoticias.com)).

Enrique Gómez Martínez considera que Petro exhibe rasgos psicopáticos. Algo dijo sobre lo mismo Ingrid Betancur hace poco. Y una psicóloga clínica cuya versión circula por las redes sociales corrobora esos puntos de vista.

En síntesis, Petro es un personaje oscuro a más no poder y nada confiable. Arrogante e ignorante lo considera Juan Carlos Echeverri, con sobra de razones.

De su compañera de fórmula, Francia Márquez Mina, poco conocemos en detalle, pero hay sospechas alarmantes sobre sus nexos con las Farc, el Eln y los vándalos de la Primera Línea. Sus manifestaciones públicas evidencian su crasa ignorancia y su falta de tino. La sola eventualidad de que pueda llegar a ocupar la primera magistratura eriza la piel.

En síntesis, el tándem Petro & Márquez ilustra sobre la presencia de la fuerza oscura entre nosotros. De ellos sólo cabe esperar calamidades sin cuento.



























































lunes, 28 de marzo de 2022

Luz en la Poterna y Guardián en la Heredad

 En la pintoresca evocación del encuentro de Gardel y Razzano "allá por el año once", rezan los versos de Enrique Cadícamo que el presentador los anunció diciendo con orgullo: "Aquí traigo una yunta que cantando hace primores" (El Morocho y el Oriental (Gardel-Razzano). Milonga (1946) (todotango.com)).

Otra yunta llamada a hacer primores es la de Fico Gutiérrez y Rodrigo Lara Sánchez, que se han asociado para aspirar en su orden a la presidencia y la vicepresidencia de Colombia en las elecciones venideras.

El justificado entusiasmo que suscitó el triunfo de Fico el 13 de este mes en la consulta del Equipo por Colombia se ha incrementado con el anuncio que hizo de su compañero de fórmula vicepresidencial el sábado último.

Fue una sorpresa, pues el nombre de Rodrigo Lara Sánchez no se mencionaba en los mentideros, que barajaban otras hipótesis. Pero a no dudarlo se ha tratado de una gratísima sorpresa, pues de entrada Lara conquistó el apoyo de vastos sectores de la opinión nacional por sus apreciables cualidades personales.

Fico y Rodrigo aportan un soplo fresco, una luminosa alborada, un torrente de esperanza en medio de las incertidumbres y los temores de la hora presente.

Ambos ponen de manifiesto el idealismo y la vitalidad de la juventud como un élixir tonificante llamado a superar el pesimismo colectivo que estaba dando por sentado el triunfo electoral del castro-chavismo destructor de nuestra democracia y nuestras libertades.

A la ominosa dupla Petro-Márquez, de inocultable vocación comunista, ya hay otra capaz de hacerle contrapeso y derrotarla en el próximo debate electoral.

Ahora que tanto se predica la necesidad de instrumentar cambios significativos llamados a mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, Fico y Rodrigo señalan que hay que buscarlos consultando a la gente con sentido constructivo, mirando las realidades y actuando sobre ellas con buen criterio, sin prejuicios ni exclusiones que susciten confrontaciones ruinosas.

Su carta de presentación anuncia que aspiran a unir a los colombianos, aprovechando lo que cada sector de la opinión pueda ofrecer en procura del bien común. Ellos podrían hacer suyo el famoso planteamiento que, palabra más palabra menos, hizo Kennedy al tomar posesión de la presidencia norteamericana: "No piense en lo que los Estados Unidos pueden hacer por Ud., sino en lo que puede hacer al servicio de la nación".

Fico y Rodrigo no representan el pasado ni la continuidad de visiones perimidas sobre la problemática colectiva. Pero tampoco ofrecen romper con nuestra idiosincrasia institucional. Quieren edificar sobre lo construido, modificando lo que fuere menester e innovando en todo aquello que la conveniencia pública lo requiera. 

Quieren hacer una campaña sin ofensas, amenazas ni descalificaciones. Pero es inevitable aconsejarle a la gente lo mismo que un lema publicitario de hace años: "Pese y compare".

De lo que se trata es de mejorar nuestra democracia y nuestras libertades, y no de someterlas a unos giros susceptibles de destruirlas, como ha sucedido en nuestra vecina Venezuela. Ya la candidata Francia Márquez ha manifestado en un trino, que más bien parece un graznido, que su ideal es la pauperización que padece el pueblo venezolano, sin codicia, ni bienes superfluos y apenas con lo estrictamente indispensable para sobrevivir. Ahí no se habla de cambios que conlleven progreso, sino retroceso. Su programa es la destrucción de la clase media y la nivelación por lo bajo en la calidad de vida de la gente.

miércoles, 16 de marzo de 2022

En el camino se arreglan las cargas

Los guarismos electorales que arroja el pasado domingo indican que la confrontación final en las elecciones presidenciales se dará entre Fico y Gustavo Petro. Probablemente haya que acudir a una segunda vuelta si las aspiraciones de Rodolfo Hernández, Ingrid Betancur y algotros más se atraviesan para impedir que uno de aquéllos triunfe en la primera, que tendrá lugar el 29 de mayo.

Las alternativas son nítidas. Fico representa la garantía de la continuidad de la democracia liberal y las libertades que a lo largo de la historia de nuestro país han caracterizado a nuestra institucionalidad. Petro, en cambio, es comunista, aunque lo niegue y trate de ocultarlo. Su proyecto político es totalitario y liberticida. Se inspira en los regímenes que imperan en Cuba, Venezuela y otras latitudes.

Para preservar nuestra democracia y nuestras libertades será necesario que Fico reúna en torno suyo una gran coalición que, como decía Álvaro Gómez Hurtado, se ponga de acuerdo sobre lo fundamental.

Hay un programa mínimo que debe concertarse acerca de temas como el déficit de las finanzas públicas, el endeudamiento del Estado, la reactivación de la economía, el empleo, la inflación, la inseguridad en campos y ciudades, el narcotráfico o, last but not least, la corrupción, entre otros.

Cada uno de ellos suscita diversas opiniones sobre las que habría que buscar un mínimo común denominador. Aquello que suscite desacuerdos difíciles de resolver podría dejarse para después.

Es probable que respecto de unos de esos desacuerdos sea preferible que se consulte a la ciudadanía mediante alguno de los mecanismos de participación democrática previstos en la Constitución. Tal sucede, por ejemplo, con la modificación de los acuerdos con las FARC o la fumigación aérea con glifosfato, sobre los que median opiniones muy encontradas.

Hay una coalición que no resulta difícil de integrar, como la que permitiría que el CD o CR adhirieran a la candidatura del Equipo Colombia. En cambio, hay dificultades que no considero insalvables para atraer al Partido Liberal y la coalición que lidera Fajardo. Así haya susceptibilidades en estos últimos, conviene recordar lo que en su momento manifestó el general Benjamín Herrera: "La Patria por encima de los partidos".

Es precisamente la Patria la que corre enorme peligro frente a la posibilidad de un triunfo electoral de Gustavo Petro. Quizás ya equivalga a llover sobre mojado reiterar que no sólo Petro es pésima persona, sino que también sus ideas y sus secuaces lo son. No es el caso de satanizar de suyo a lo que se considera la izquierda, pues a ésta se deben valiosísimas iniciativas que han contribuido a mejorar las condiciones de vida de millones de personas. Pero lo que representa Petro es una tendencia extremista y destructiva que resultaría letal para Colombia.

En mi caso personal, aunque he considerado que el mejor candidato era Óscar Iván Zuluaga, voté por Fico en la consulta del Equipo Colombia, pensando en un plan B. Estoy convencido de que posee las condiciones para ser un gran gobernante, el que se requiere para las procelosas circunstancias actuales.



martes, 8 de marzo de 2022

Voto por el Centro Democrático

Álvaro Uribe Vélez, desde el gobierno, el congreso o como líder del Centro Democrático, ha sido, a no dudarlo, decisivo para frenar la expansión del comunismo en nuestro país. Ello explica la inquina mortal que le profesan los que pretenden entronizarlo entre nosotros. La campaña bien orquestada desde distintos escenarios, en la que descuella el siniestro senador Cepeda, para desdibujar su imagen y desacreditarlo ante propios y extraños ha hecho mella ciertamente en la opinión pública, pero no lo ha amilanado y por eso lo vemos recorriendo hoy el territorio nacional para advertirnos el peligro que se cerniría sobre nuestra institucionalidad democrática si en las elecciones venideras llegare a triunfar el proyecto totalitario y liberticida de la mal llamada "Colombia Humana" que sigue al demoníaco Gustavo Petro.

A las propuestas delirantes, cada vez más alocadas, de ese dirigente tóxico, Uribe y el Centro Democrático responden con planteamientos sensatos, fincados en nuestra realidad y las posibilidades que ofrece para mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades. 

El punto de partida es la seguridad democrática, esto es, la garantía de los derechos fundamentales mediante el ejercicio firme de la autoridad sometida escrupulosamente al ordenamiento jurídico. Los promotores de la anarquía pretenden sustituirla por primeras líneas y otros grupos armados de carácter delincuencial que se imponen arbitrariamente para fines contrarios al bien común. Tanto en los núcleos urbanos como en vastas extensiones rurales hoy campean de hecho bandas de distinto pelambre que usurpan la autoridad legítima para someter a las comunidades a sus depredaciones. Hay un trasfondo que suscita esta disolución: el narcotráfico. Y es el CD el partido que con mayor decisión lo enfrenta.

El CD no es enemigo de la paz, pero tiene claridad acerca de las condiciones que se requieren para alcanzarla y preservarla. Sabe bien que sin verdad, justicia y reparación lo que se logra es apenas un simulacro que enciende nuevas confrontaciones. El tema no es finiquitar los acuerdos mal concebidos de Santos con las Farc, sino corregirlos para bien del país.

Colombia sufre el flagelo de la corrupción. Hay quienes consiguen votos diciendo, como Petro, que la quieren derrocar, pero llegan al poder y la acrecientan, como se ha visto con las alcaldías que conquistaron las izquierdas en las últimas elecciones locales. Un remedio eficaz es el Estado austero que ordena racionalmente la aplicación de los recursos fiscales y establece controles para impedir el derroche y su desviación. El CD es campeón en estas consignas, que desafortunadamente no se han mantenido con coherencia bajo la actual administración. A decir verdad, como lo escribí hace algún tiempo, hemos estado bajo un gobierno sin partido y un partido sin gobierno, lo que es causa de su desgaste ante la opinión pública.

El CD propone políticas económicas y sociales equilibradas que armonicen las necesidades del sector empresarial con las de los sectores populares. Favorece el emprendimiento privado al tiempo que la acción social del Estado para mejorar las condiciones de vida de las comunidades. No promueve, como Petro, el odio de clase, sino la cooperación de todos en beneficio de los más necesitados. La cohesión social es su consigna.

De ahí que intelectuales que antes militaron en las filas marxistas sean ahora fidelísimos seguidores del CD. Tal acontece, por ejemplo, con Alfonso Monsalve Solórzano y Libardo Botero Campuzano, que ofrecen elocuentes testimonios a través de sendos libros publicados por Alvear Editor cuya lectura recomiendo vivamente, a saber: "El Secuestro de Borge" y "Réquiem por una ilusión". En ellos se pone de manifiesto el desengaño que produce la dura realidad de la empresa revolucionaria en quienes, animados por el idealismo juvenil, la han conocido y padecido de cerca. 

Como se dice en las redes sociales, si Ud., apreciado lector, quiere volver a emitir su voto en 2026, vote bien ahora. El CD no lo defraudará..


miércoles, 2 de marzo de 2022

Un Dañado y Punible Ayuntamiento

Dicen algunos comentaristas que la campaña de la Colombia Humana parece un vehículo recogedor de basuras que transita por país acumulando detritus que aspira a reciclar convirtiéndolos en votos.

No es sino mirar el heterogéneo compost de quienes la apoyan, como, por ejemplo, Timochenko, Roy, Benedetti. Piedad, Iván Cepeda, Velasco y otros especímenes de nuestra zoología política, para darse cuenta del desprolijo criterio de selección que la anima. Todo el que pueda aportar algo es bien recibido, salvo algún dirigente antioqueño cuyo desprestigio lo hace inadmisible en esa mancebía.

Ingrid Betancur ha dicho que de este modo Petro le ha vendido el alma al Diablo. Ignora que a través de él actúa el mismísimo Príncipe de la Mentira y lo que hace es convocar en torno suyo toda una cohorte de entes malignos que al reunirse forman un verdadero aquelarre. Una convención petrista es comparable a una Noche de Walpurgis en la que se juntan brujas, trasgos, duendes, ogros y hasta pobres diablos en una orgía infernal en la que se deja oir el horrísono graznido de la blasfema Margarita Rosa.

Pero el Hades siempre estará abierto para recibir nuevos habitantes y ahora dizque se apresta para darle el beneplácito al expresidente Gaviria.

De ser ello verdad, esa juntanza no merecería otro calificativo que el de dañada y punible, aunque bien dijo Churchill que la política suele reunir a muy extraños compañeros de cama.

¿Qué pueden tener en común Petro y Gaviria? ¿ Qué podría explicar que se asociaran para convertir a Colombia en algo peor que la Venezuela de hoy?

Así pretenda ocultarlo bajo una deshilachada piel de oveja, Petro es un lobo comunista, secuaz de la tiranía cubana y la narcodictadura venezolana. Sus nexos con los Comunes, el ELN, las FARC, la Primera Línea  y cuanto revoltoso ande por ahí son notorios. Más que iliberal, su proyecto político es radicalmente antiliberal.

César Gaviria, en cambio, hizo un gobierno de tintes neoliberales que han merecido la desaprobación de la izquierda que sigue a Petro.

Así los viejos estatutos del Partido Liberal que redactó Carlos Lleras Restrepo lo definan como una coalición izquierdista que promueve una sociedad igualitaria, la distancia que lo separa de los comunistas es insalvable. Es la misma que los enfrenta históricamente con los social demócratas, que no es otra que la que aleja al pluralismo del  totalitarismo.

Hay que insistir, en efecto, en que el el proyecto petrista es totalitario y liberticida, como lo que rige en Cuba, Venezuela o Nicaragua.

Mal haría Gaviria, como Jefe Único del Partido Liberal Colombiano, en adherir a una empresa que de llevarse a cabo terminaría liquidándolo. El fruto de esa unión, como lo describía la ley antigua, sería adulterino, incestuoso y sacrílego.