domingo, 14 de junio de 2020

Lecturas recomendadas

Les debo una explicación a los amables lectores de este blog. En los últimos meses he sufrido quebrantos de salud que no me permitían concentrarme para escribir algo que tuviese sentido. Pero en la semana pasada el Dr. Carlos Prada Winkler me practicó una cirugía de fémur y cadera cuyos resultados cada día voy encontrando más promisorios. Esta mañana le comentaba a un amigo que antes experimentaba dolores sin esperanzas de alivio; hoy sigo experimentando otros, pero confiado en que día a día mi salud irá mejorando hasta recuperar una calidad de vida satisfactoria para mi ya avanzada edad. Laus Deo. Aprovecho para darles gracias muy sinceras a todos cuantos se han interesado por mis dolencias. Sólo puedo decirles: Dios se los pague.

Retomo no ya la pluma, sino el teclado de mi computador, para recordar que a mis discípulos solía recomendarles encarecidamente dos lecturas: la de los Santos Evangelios y la de los Pensamientos de Pascal.

Ahora, yo mismo estoy siguiendo muy juiciosamente mi propio consejo.

En las clases de los lunes solía preguntarles por el Evangelio de la víspera. Muy pocos daban razón de él. Entonces, les decía: léanlos, aunque no sea por fe, sino por el inconmensurable valor literario que exhiben. Piensen, tan solo, que esos cuatro libros han fundado dos civilizaciones: la nuestra y la Bizantina. A Alfonso López Michelsen le preguntaron alguna vez por sus lecturas filosóficas y respondió, palabra más palabra menos:"Me limito a los Evangelios; ahí está todo". Bien decía Bergson, creo que en sus diálogos con el padre Pouget, que Cristo era más que un hombre, pues según él  solo  Dios o un hombre en que Él encarnara habría podido pronunciar el Sermón de la Montaña.

A menudo les citaba a Pascal. También les decía: léanlo, es mucho lo que les va a enseñar.

Lo traigo a colación porque tiene muy clara su concepción sobre la naturaleza caída del ser humano. No es ángel, ni bestia, pero sus inclinaciones lo llevan a añorar la altura luminosa de aquél y a hundirse en la oscuridad de la segunda. Y si en algún aspecto de la actividad humana  se da esa proclividad hacia la degradación es en la política.

No resisto a la tentación de transcribir este párrafo:

"Él (Dios) solo es el verdadero bien del hombre; y desde que lo ha perdido, es cosa extraña que no haya nada en la naturaleza que no haya sido puesto en su lugar: astros, cielo, tierra, elementos, plantas, coles, puerros, animales, insectos, becerros, serpientes, liebre, peste, guerra, hambre, vicios, adulterio, incesto. Y desde que ha perdido su verdadero bien, todo igualmente puede parecerle tal, hasta su propia destrucción, aunque tan contraria a Dios, a la razón y a la naturaleza juntamente" (Pascal, "Pensamientos", SARPE, Madrid, 1984, p. 129).

Es lo mismo que siglos después dijo Chesterton, otro al que hay que leer y releer constantemente: "El que ha dejado de creer en Dios está dispuesto a creer en cualquier cosa".

En otro lugar, que aquí me interesa poner de manifiesto, nos habla de los empeños de Platón y de Aristóteles de encontrar la racionalidad en la política:"Si han escrito de política, era como si trataran de arreglar un hospital de locos; y si han aparentado hablar de ello como de una gran cosa, es que sabían que los locos a quienes se dirigían pensaban ser reyes y emperadores. Tenían en cuenta sus principios para moderar su locura, lo menos mal que se podía hacer".(Id., p. 104). Más adelante agrega:"La potestad de los reyes está fundada sobre la razón y sobre la locura del pueblo, más bien sobre la locura" (Id.).

Los discursos de los políticos y de sus inspiradores o amanuenses, los juristas, invocan a menudo la razón y la ciencia, tal como acabo de leerlo en el mamotreto en que un zascandil al servicio del pintoresco Alcalde de Medellín pretende que la religión nada tiene qué ver con el derecho y que la promoción de  aspiraciones destructivas a cuyo servicio se quiere poner el presupuesto público, según acaba de denunciarlo lúcida y valerosamente mi gran amigo José Alvear Sanín en su artículo "Financiación pública de la agenda LGTBI", se funda exclusivamente en la razón, en supuestas razones consagradas en la Constitución y, en últimas, en la ciencia

¿Qué dice Pascal sobre la racionalidad de las Constituciones y en general de las construcciones jurídicas? Nada menos que es tan débil que el contenido del derecho cambia con solo cruzar un río o atravesar una montaña. No es una geometría o algo equivalente, como lo pensaba Hugo Grocio.

¿Qué nos enseña ese gran sabio sobre el edificio conceptual de las ciencias, él, que fue uno de los promotores de la ciencia moderna?

Pascal, lo mismo que otra alma luminosa, Goethe, desconfía de esas construcciones. A mis discípulos me gustaba recordarles estas sapientísimas palabras que, burlonamente, ponía en boca de Mefistófeles: "Gris, amigo, es toda teoría; verde, el árbol dorado de la vida". Pascal y Goethe, igual que Ortega, invitaban a ir a las cosas mismas, a explorar la realidad tal como ella se manifiesta. Descreían de las armazones conceptuales con que, reitero, principalmente los políticos, los juristas y los académicos, sobre quienes el primero se expresa del modo más despectivo, pretenden dizque dar razón sobre todo de los fenómenos sociales y, en general, de lo que recordando a Teilhard de Chardin, podemos llamar el "fenómeno humano", que es complejo a más no poder.

Las ideas de libertad, igualdad y dignidad que reinan hoy en el universo político-jurídico son deudoras, pese al zancandil de marras, de una concepción del hombre netamente religiosa, la que heredamos de la tradición judeo-cristiana y está claramente expuesta en el Evangelio de San Juan y las Epístolas de San Pablo. Todos esos valores eminentes anclan en la idea pascaliana de nuestra vocación angélica. Y no es posible entenderlos sin admitir que somos esencialmente seres sociales (animales políticos, decía Aristóteles) y, por ende, sin considerarlos dentro del contexto del bien común.

¿Es favorable al bien común la revolución sexual que con fundamento en los delirios de unos pervertidos se está imponiendo a troche y moche en la sociedad contemporánea, con ayuda de quienes sustentan concepciones de la moral y el derecho que desatienden la realidad de la naturaleza humana, tal como lo ha denunciado E. Michael Jones en un libro que he mencionado varias veces y no me canso de recomendar en este blog: "Libido Dominandi: Sexual Liberation & Political Control" (vid. https://www.pdf-archive.com/2017/05/22/e-michael-jones-libido-dominandi/)?

La agenda LGTBI es  política, a no dudarlo, y en ello tiene toda la razón mi amigo Alvear. So capa de altos valores humanísticos, coadyuva el propósito de desvincular sexualidad y reproducción, estimulando la primera para controlar a los seres humanos manipulando sus apetitos, al tiempo que se restringe la segunda, en aras del control del crecimiento de la población humana. Pero sus propósitos van mucho más allá: se quiere con ella erradicar la cultura judeo-cristiana y la destrucción de la familia, que es su principal aporte a la civilización humana. Baste con citar lo que acaba de manifestar la gente de Soros: la pandemia en curso ofrece la oportunidad de eliminar la familia.(Vid. https://www.opendemocracy.net/en/oureconomy/coronavirus-crisis-shows-its-time-abolish-family/?mkt_tok=eyJpIjoiWkRnNE16aGhORFJrWXpGbCIsInQiOiJ2V3BTZ1d2RXlTMGFxMTVNeGxIdHdoVDlkeDVTQ2FNK2pteWNXQkVrajh3QUJzbHA5VUZCOXQwM25iWFVQUlJ6RFFNMFZyT2hoNkV0QVptQzFEV3R1WWJPZFd0Wm80UGFxT2ZFWUhwd3VSY2ZKdU5LYlVHWjBORkpmWitHZmpYTSJ9).

¿Está de acuerdo el pueblo colombiano con ese propósito?









2 comentarios:

  1. Mil felicitaciones y agradecimientos, mi queridísimo maestro, por tan supremamente luminoso bloc de hoy. Lo reproduciré en mi facebook. Me encanta saber que su salud va en mejoría. Con la ayuda de Dios, muy pronto será total. Que Él lo guarde siempre.

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  2. Maravilloso el bloc. Ya le he puesto a circular a todos los contactos que se tendran mucho interes. Muy buenas noticias sobre tu salud, y creo que vas camino a una recuperacion completa.

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