Como bien se sabe, el Acuerdo Final del gobierno de Santos con las Farc es un ampuloso documento de 297 páginas que está plagado de lugares comunes y enunciados declamatorios, Es decir, tiene mucha paja que desorienta al lector poco entrenado para leer entre líneas e ir al fondo de lo decidido.
Según una vieja y sabia recomendación, al abordarlo se hace menester que se separe la paja del grano.
Pero este es también engañoso y no permite captar de buenas a primeras qué es lo que realmente se pretende. Para entenderlo hay que ir más lejos y concentrarse en los desarrollos posibles de los enunciados del Acuerdo Final.
Hay dos claves que nos permiten dilucidar sus vericuetos.
La primera toca con la "Comisión de Implementación, Seguimiento y Verificación del Acuerdo Final de Paz y de Resolución de Diferencias" (CSVR).
Según escrito de Libardo Botero que merece releerse una y otra vez, con este engendro se consagra nada menos que la dictadura que las Farc ejercerán sobre Santos y, a través de este, sobre el país.(Vid. http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/12616-la-dictadura-de-las-farc).
La CSVR estará integrada por tres representantes del gobierno y tres de las Farc. Contará, además, con un componente internacional de sendos delegados de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Chile y Noruega.
Escribe Botero:
"...Si revisamos sus funciones encontramos el veneno que nos están tratando de hacer ingerir. Destaco las siguientes: “Resolver cualquier diferencia o situación imprevista que pueda surgir en la interpretación de los acuerdos…”; “Constatar que el contenido de todos los proyectos de decreto, ley o acto legislativo que sean necesarios para implementar el Acuerdo Final, corresponda a lo acordado, antes de que sean expedidos o presentados, según sea el caso, por el Presidente de la República”; “Proponer borradores de normas que deban ser acordadas para la implementación del Acuerdo Final”..."
Léase bien: toda la normatividad atinente a la implementación del Acuerdo Final deberá pasar previamente por el filtro de la CSVR, que podrá proponer los proyectos pertinentes.
La segunda clave la encontramos en las facultades extraordinarias que con algunas restricciones prevé el "Acto Legislativo para la Paz" y que podrá ejercer Juan Manuel Santos precisamente para la implementación del Acuerdo Final.
Pues bien, estas inusitadas facultades que bien han dado pie para que se diga con entera razón que Santos quedará investido de poderes dictatoriales, las ejercerá él bajo la tutela de la CSRV, vale decir, de las Farc y los gobiernos de Cuba, Venezuela, Chile y Noruega..
Entonces, todo lo que quedará por reglamentar del Acuerdo Final sufrirá la impronta del Socialismo del Siglo XXI, es decir, del comunismo castro-chavista.
Lo que algunos ingenuos escriben, por ejemplo, acerca de una reforma agraria que no va a despojar a nadie significa, simple y llanamente, que piensan con el deseo. Lo que se busca está disimulado en la palabrería: la destrucción de la empresa agropecuaria y todo lo que signifique iniciativa privada en el sector.
El Acuerdo Final habla a troche y moche de la apertura y la profundización de la democracia. Ya sabemos que para tal efecto se otorgarán a las Farc privilegios exorbitantes que a poco andar convertirán al partido que de ellas emane en una poderosísima máquina política. Todo ello vendrá con el añadido de una reforma electoral que no sabemos en qué habrá de consistir. Solamente se nos ofrece el caramelo de que se inspirará en recomendaciones de expertos nacionales y extranjeros. Pero no hay que ser muy mal pensados para concluir que esa reforma se hará a la medida de las Farc y sus aspiraciones de toma del poder.
¡Pobres los políticos que, empalagados por la mermelada santista, han apoyado este proceso! Junto con los miopes empresarios que apenas ahora parecen estar abriendo bien sus ojos, serán las primeras víctimas de la revolución a que el traidor Santos se está prestando.
En otros escritos me he referido a la inquietante Jurisdicción Especial para la Paz y la proditoria policía política que bajo la inspiración de los cubanos se pretende instaurar, dando así pábulo al proyecto totalitario y liberticida de las Farc.
Para no fatigar a los lectores, tocaré por último el tema de la imposición de la Ideología de Género, al que acaba de referirse Ana Mercedes Gómez en el siguiente escrito: http://desde-el-asfalto.blogspot.com.co/
El país reaccionó con manifestaciones multitudinarias en las principales ciudades contra las famosas cartillas con que el ministerio de Educación, bajo el mando de Gina Parody, ha pretendido imponerles a los niños desde sus más tiernas edades el adoctrinamiento homosexual. Ante ese rechazo, Santos y su ministra salieron a negar que tal fuera su propósito; la ministra dijo en el Congreso que no sabía nada de la Ideología de Género; y Santos fue explícito al afirmar que su gobierno no la iba a imponer.
Pues bien, a lo largo y ancho del Acuerdo Final se habla una y otra vez del tema del género de tal modo que no deja duda alguna de que la pretensión de las partes es consagrar la famosa Ideología con rango supraconstitucional.
No hay que olvidar que lo que se busca al reconocerle al Acuerdo la abusiva y extravagante categoría de acuerdo especial de conformidad con los Convenios de Ginebra es hacerlo inmodificable, de modo que sea como una camisa de fuerza que le impediría al pueblo colombiano volverse atrás si llegare a votar sí en el plebiscito del próximo dos de octubre. O algo peor, un auténtico collar bomba, tal como lo he dicho en pasada ocasión.
La Ideología de Género, que las altas Cortes han tratado de introducir de contrabando en nuestro ordenamiento jurídico, quedaría así incrustada de modo inexpugnable en la raíz misma de nuestra institucionalidad.
Yo soy católico, apostólico y romano. No solo no me avergüenzo de serlo y proclamarlo a los cuatro vientos, sino que, previendo que se acerca la hora postrera en que habré de rendir cuenta al Creador de lo que hecho con mi vida, cada vez me siento más firme en mis creencias religiosas.
Pienso que ningún católico que sea consciente de su fe y su compromiso con el Señor puede votar favorablemente un Acuerdo Final que impondría, so pretexto de la búsqueda de la paz, una ideología cuyo objetivo final es la erradicación del cristianismo, tal como lo evidencia el profesor Alberto Bárcena en el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=q0yVl54yPVc
Sobre estos tópicos, recomiendo la lectura del importantísimo libro del padre Michel Schoojans, "La Cara Oculta de la Onu", que puede descargarse a partir del siguiente enlace: http://www.michel-schooyans.org/images/publications/LibrosSP/2002CaraOcultaONU.pdf
Invocando mi condición de creyente, le pregunto a la jerarquía eclesiástica de mi país por qué no se ha pronunciado sobre esta circunstancia de enorme gravedad que rodea la aprobación del Acuerdo Final, pues no es otra cosa que una puñalada trapera que Santos y sus compinches de las Farc pretenden asestarle a la religiosidad de los colombianos.
Sé que no habrá respuesta, pues tengo para mí que la debilidad complaciente de destacados jerarcas católicos frente a los diálogos con las Farc es un indicio más de la apostasía de la Iglesia que se ha predicho para los tiempos apocalípticos. Es algo que corresponde a las impresionantes revelaciones que hizo la Santísima Virgen en Akita.(Vid.http://www.corazones.org/maria/akita.htm).
He aquí uno de sus mensajes:
"La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros...iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.
"El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos.
"Con valentía, habla con tu superior. El sabrá como dar a cada uno valor para rezar y lograr obras de reparación".
Excelente artículo, doctor Jesús. Todas sus profecías se cumplirán al pie de la letra. Sólo resta elevar oraciones de oposición para que ese mal llamado proceso de paz con las Farc, que más parece un suicidio colectivo de todo un país, se haga realmente efectivo. Ese acuerdo es un frágil tendido de obleas, que se romperá por cualquier lado y en el momento menos esperado. Santos también le incumplirá a las Farc, su naturaleza felona no conoce la lealtad y los acuerdos son incumplibles económicamente hablando. No hay dinero para los caprichos de las Farc y para los políticos enmermelados. Recuerde lo ocurrido entre Montealegre y Santos. Y como Montealegre hay muchos con ambiciones políticas que han creído las falsas promesas que Santos les ha hecho.
ResponderEliminarEXCELENTE COMENTARIO.
EliminarEfectivamente, "Gelatino" Santos y sus megalómanos "amiguis", todos amantes del dinero y del poder, nos llevan hacia un salto colectivo al vacío, pero no nos vamos a dejar. Colombia unida a VOTAR NO. Y no bajar los brazos.
Juanfer
Felicitaciones Jesús por tu excelente artículo. De una cosa si estoy seguro y es que "Gelatino" y sus "amiguis" con esa constituyente disimulada de 297 páginas y que más bien parece un nido de pájaros: "Pura paja y mierda", no nos van a quitar lo más sagrado que tenemos:Dios,la Libertad, la Familia, la Democracia, la Paz y la Patria.
ResponderEliminarSaludos,
JUANFER